Aunque todavía de pie, el imperio de rapiña de Tereso Medina Ramírez se tambalea; es más, los huesos del dirigente charro pueden pasar una buena temporada a la sombra en el Penal de Saltillo, pues ha dispuesto del dinero de los trabajadores en acciones que pueden tipificarse bajo el delito de fraude.
Así lo expresó uno de los integrantes del cetemio coahuilense quien pide que su identidad no sea revelada pues teme a las represalias no sólo de Medina Ramírez, sino del resto de los cómplices del dirigente que han expoliado a los trabajadores durante los últimos diez años.
Según el Código Penal para el estado de Coahuila, "comete fraude el que engañando a alguien o aprovechándose del error en que éste se haya, se haga ilícitamente de alguna cosa o alcance un lucro indebido". El fraude de cuantía mayor se castiga con prisión de dos a ocho años y multa cuando el valor de lo defraudado es mayor de quinientas veces el salario mínimo.
De acuerdo con lo anterior, Tereso Medina Ramírez y su pandilla cetemista han engañado a los trabajadores y además se han aprovechado de su ignorancia para comprar residencias, casas, ranchos y vehículos onerosos, además de mantener en la nómina de la CTM a su esposa, a sus hermanos y a sus primos, sin soslayar la exigencia permanente que mantiene sobre los tornilleros de los comedores industriales a quienes les solicita una camioneta último modelo anualmente.
También está dentro la esfera de la conducta delictiva del dirigente cetemista, el uso discrecional del dinero de las cuotas sindicales de los obreros para hacer regalos onerosos a sus subordinados, como el caso en el que le entregó un reloj de la marca Rolex a Jesús Berino Granados.
También le tipificarán como fraude los vehículos que exige a las empresas para tranquilizar a los obreros como sucedió recientemente con la empresa Fujikara que le entregó dos Chevrolet Equinox. Uno de estos automóviles lo usa Rocío Medina López, hija del dirigente charro y circulaba con las placas FBL3981 a nombre del Instituto de Educación Obrera. Otro vehículo de la misma marca lo conduce Jesús Berino Granados y fueron adquiridos en Piedras Negras, curiosamente en los tiempos en que estallaba el conficto entre Fujikara y sus obreros.
El imperio de rapiña que mantiene en pie el dirigente charro de la CTM Tereso Medina Ramírez, atraviesa en estos días por el cuestionamiento de los líderes regionales del cetemio coahuilense, cuyos puntos de influencia son la comarca lagunera y las regiones norte y centro del estado.
En Torreón, Piedras Negras y Monclova, los dirigentes se han dado cuenta de la fortuna que ha amasado el descarado dirigente, con el sudor y la sangre de los obreros adheridos a esa central. Los obreros de Saltillo siguen igual de dormidos y son los únicos que se mantienen fieles al charro cetemista.
En Piedras Negras y Torreón, hasta donde se cuenta con información, los dirigentes cetemistas han reproducido en copias fotostáticas las últimas dos ediciones de esta públicación, entregándola a los obreros, en maquiladoras y centros de trabajo en los que la CTM tiene influencia.
Lo anterior porque existe descontento contra Medina Ramírez, quien se ha enriquecido como cualquier sinvergüenza, aprovechando todos los recovecos legales, desde el uso discrecional de las cuotas sindicales de los obreros, hasta el cobro que hace a los empresarios por una capacitación técnica que en los hechos no existe.
En jefe del charrismo cetemista se encuentra sumamente molesto con esta publicación que ha recorrido de mano en mano toda la geografía coahuilense, rebasando las fronteras estatales para ir a parar a los escritorios de los altos jerarcas de la CTM en la capital del país, quienes no ven con buenos ojos el enriquecimiento criminal de Tereso Medina Ramírez.
Ahora, ya muchos obreros saben que el dirigente de la CTM en Coahuila es dueño de dos mansiones, una enclavada en el bucólico pueblecito de Bella Unión, al pie de la sierra de Arteaga y la otra en el fraccionamiento Bugambilias de Saltillo. Esta residencia pertenecía a polémico político parmpriista Jorge Masso Masso y le costó cinco millones de pesos.
En la edición anterior de Territorio Libre se publicó en portada lo siguiente: "…para el dirigente charro de la CTM de Coahuila, el precio de su riqueza es bastante alto: la traición a los obreros. Convertido desde hace muchos años en el cancerbero de los intereses de los empresarios, Tereso Medina Ramírez ha tenido que echar mano de instrumentos asquerosos como las claúsulas de exclusión y las listas negras que aunque lo envilecen aún más, lo ayudan a medrar con el sufrimiento del obrero.
"Aparte de la manida frase de la nueva cultura laboral, el charro cetemista y los industriales corruptos han torcido el espíritu de la bellísima frase con la que culmina el Manifiesto Comunista de Engels: ‘Proletarios uníos… pero para chingarlos mejor’.
"La falta de prácticas democráticas sume en el silencio abyecto a los trabajadores, pero esto le conviene al charrismo sindical, que encuentra en esta coyuntura su mina de oro.
Y, es que a Medina Ramírez le han bastado sólo diez años para remontar su origen miserable. Por su actitud criminal ante los obreros, ni después de muerto podrá ocultar los conceptos sociales demoledores de charro, ladrón y vendedor de la sangre y el sudor de los trabajadores.
Lo anterior, porque el amo del cetemio coahuilense no aborrece ninguna forma de enriquecimiento: tiene a cuota a los tortilleros que introducen el producto en los comedores industriales, que están obligados a entregarle una camioneta último modelo cada año.
El dirigente charro no sólo es dueño del par de residencias ya señaladas. También se ostenta como propietario de algunos ranchos en los que se dedica a la crianza de animales, sin soslayar la propiedad de caballos pura sangre, que monta acompañado de su hija la charrita menor Rocío Medina López.
Los obreros de Coahuila ya saben que la empresa LALA le entrega 35 mil pesos mensuales al dirigente sindical con el fin de que mantenga la paz laboral por la fuerza, aplicando las claúsulas de exclusión y engrosando las listas negras. Además, cobra 200 mil pesos cada mes por concepto de capacitación técnica a los obreros, sin que esto se lleve a cabo.
Actualmente Tereso Medina Ramírez representa un lastre para el partido gobernante en Coahuila, pues no es cierto que la CTM aporte votos al PRI en los procesos electorales. Esto ha quedado claro desde las elecciones en las que resultó electo Carlos Salinas con alrededor de nueve millones de votos solamente, cuando la central obrera había prometido que sacaría a votar a 20 millones de obreros.
Lo anterior puede resultar intrascendente porque si los líderes priistas saben contar, comprenden que no cuentan con el charro cetemista, quien es odiado por el inconsciente obreril que no se rebela, porque de hacerlo, el jefe del charrismo está listo para aplicar a cualquier obrero la claúsula de exclusión, que lo colocaría en la lista negra, equivalente a no encontrar empleo nunca.
Toda la información anterior ya se encuentra en manos de obreros y dirigentes de las regiones Laguna, Norte y Centro de Coahuila, en donde ya se busca la forma de terminar con el cacicazgo de Tereso Medina Ramírez, que en los últimos meses ha visto cómo se tambalea su imperio de rapiña y se pone en peligro la riqueza malhabida que ostenta, además de que sabe que de probársele el delito de fraude, tendrá que cambiar su residencia al Centro de Readaptación Social para Varones, donde -dicen- lo espera el Llorarás.
Así lo expresó uno de los integrantes del cetemio coahuilense quien pide que su identidad no sea revelada pues teme a las represalias no sólo de Medina Ramírez, sino del resto de los cómplices del dirigente que han expoliado a los trabajadores durante los últimos diez años.
Según el Código Penal para el estado de Coahuila, "comete fraude el que engañando a alguien o aprovechándose del error en que éste se haya, se haga ilícitamente de alguna cosa o alcance un lucro indebido". El fraude de cuantía mayor se castiga con prisión de dos a ocho años y multa cuando el valor de lo defraudado es mayor de quinientas veces el salario mínimo.
De acuerdo con lo anterior, Tereso Medina Ramírez y su pandilla cetemista han engañado a los trabajadores y además se han aprovechado de su ignorancia para comprar residencias, casas, ranchos y vehículos onerosos, además de mantener en la nómina de la CTM a su esposa, a sus hermanos y a sus primos, sin soslayar la exigencia permanente que mantiene sobre los tornilleros de los comedores industriales a quienes les solicita una camioneta último modelo anualmente.
También está dentro la esfera de la conducta delictiva del dirigente cetemista, el uso discrecional del dinero de las cuotas sindicales de los obreros para hacer regalos onerosos a sus subordinados, como el caso en el que le entregó un reloj de la marca Rolex a Jesús Berino Granados.
También le tipificarán como fraude los vehículos que exige a las empresas para tranquilizar a los obreros como sucedió recientemente con la empresa Fujikara que le entregó dos Chevrolet Equinox. Uno de estos automóviles lo usa Rocío Medina López, hija del dirigente charro y circulaba con las placas FBL3981 a nombre del Instituto de Educación Obrera. Otro vehículo de la misma marca lo conduce Jesús Berino Granados y fueron adquiridos en Piedras Negras, curiosamente en los tiempos en que estallaba el conficto entre Fujikara y sus obreros.
El imperio de rapiña que mantiene en pie el dirigente charro de la CTM Tereso Medina Ramírez, atraviesa en estos días por el cuestionamiento de los líderes regionales del cetemio coahuilense, cuyos puntos de influencia son la comarca lagunera y las regiones norte y centro del estado.
En Torreón, Piedras Negras y Monclova, los dirigentes se han dado cuenta de la fortuna que ha amasado el descarado dirigente, con el sudor y la sangre de los obreros adheridos a esa central. Los obreros de Saltillo siguen igual de dormidos y son los únicos que se mantienen fieles al charro cetemista.
En Piedras Negras y Torreón, hasta donde se cuenta con información, los dirigentes cetemistas han reproducido en copias fotostáticas las últimas dos ediciones de esta públicación, entregándola a los obreros, en maquiladoras y centros de trabajo en los que la CTM tiene influencia.
Lo anterior porque existe descontento contra Medina Ramírez, quien se ha enriquecido como cualquier sinvergüenza, aprovechando todos los recovecos legales, desde el uso discrecional de las cuotas sindicales de los obreros, hasta el cobro que hace a los empresarios por una capacitación técnica que en los hechos no existe.
En jefe del charrismo cetemista se encuentra sumamente molesto con esta publicación que ha recorrido de mano en mano toda la geografía coahuilense, rebasando las fronteras estatales para ir a parar a los escritorios de los altos jerarcas de la CTM en la capital del país, quienes no ven con buenos ojos el enriquecimiento criminal de Tereso Medina Ramírez.
Ahora, ya muchos obreros saben que el dirigente de la CTM en Coahuila es dueño de dos mansiones, una enclavada en el bucólico pueblecito de Bella Unión, al pie de la sierra de Arteaga y la otra en el fraccionamiento Bugambilias de Saltillo. Esta residencia pertenecía a polémico político parmpriista Jorge Masso Masso y le costó cinco millones de pesos.
En la edición anterior de Territorio Libre se publicó en portada lo siguiente: "…para el dirigente charro de la CTM de Coahuila, el precio de su riqueza es bastante alto: la traición a los obreros. Convertido desde hace muchos años en el cancerbero de los intereses de los empresarios, Tereso Medina Ramírez ha tenido que echar mano de instrumentos asquerosos como las claúsulas de exclusión y las listas negras que aunque lo envilecen aún más, lo ayudan a medrar con el sufrimiento del obrero.
"Aparte de la manida frase de la nueva cultura laboral, el charro cetemista y los industriales corruptos han torcido el espíritu de la bellísima frase con la que culmina el Manifiesto Comunista de Engels: ‘Proletarios uníos… pero para chingarlos mejor’.
"La falta de prácticas democráticas sume en el silencio abyecto a los trabajadores, pero esto le conviene al charrismo sindical, que encuentra en esta coyuntura su mina de oro.
Y, es que a Medina Ramírez le han bastado sólo diez años para remontar su origen miserable. Por su actitud criminal ante los obreros, ni después de muerto podrá ocultar los conceptos sociales demoledores de charro, ladrón y vendedor de la sangre y el sudor de los trabajadores.
Lo anterior, porque el amo del cetemio coahuilense no aborrece ninguna forma de enriquecimiento: tiene a cuota a los tortilleros que introducen el producto en los comedores industriales, que están obligados a entregarle una camioneta último modelo cada año.
El dirigente charro no sólo es dueño del par de residencias ya señaladas. También se ostenta como propietario de algunos ranchos en los que se dedica a la crianza de animales, sin soslayar la propiedad de caballos pura sangre, que monta acompañado de su hija la charrita menor Rocío Medina López.
Los obreros de Coahuila ya saben que la empresa LALA le entrega 35 mil pesos mensuales al dirigente sindical con el fin de que mantenga la paz laboral por la fuerza, aplicando las claúsulas de exclusión y engrosando las listas negras. Además, cobra 200 mil pesos cada mes por concepto de capacitación técnica a los obreros, sin que esto se lleve a cabo.
Actualmente Tereso Medina Ramírez representa un lastre para el partido gobernante en Coahuila, pues no es cierto que la CTM aporte votos al PRI en los procesos electorales. Esto ha quedado claro desde las elecciones en las que resultó electo Carlos Salinas con alrededor de nueve millones de votos solamente, cuando la central obrera había prometido que sacaría a votar a 20 millones de obreros.
Lo anterior puede resultar intrascendente porque si los líderes priistas saben contar, comprenden que no cuentan con el charro cetemista, quien es odiado por el inconsciente obreril que no se rebela, porque de hacerlo, el jefe del charrismo está listo para aplicar a cualquier obrero la claúsula de exclusión, que lo colocaría en la lista negra, equivalente a no encontrar empleo nunca.
Toda la información anterior ya se encuentra en manos de obreros y dirigentes de las regiones Laguna, Norte y Centro de Coahuila, en donde ya se busca la forma de terminar con el cacicazgo de Tereso Medina Ramírez, que en los últimos meses ha visto cómo se tambalea su imperio de rapiña y se pone en peligro la riqueza malhabida que ostenta, además de que sabe que de probársele el delito de fraude, tendrá que cambiar su residencia al Centro de Readaptación Social para Varones, donde -dicen- lo espera el Llorarás.
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