viernes, 29 de abril de 2011

1968: los muchachos que soñaban con un mejor país. Las bayonetas fueron la respuesta del gorila GDO

Los muchachos de 1968 a merced de las bayonetas. Su pecado: soñar con un país más justo.

Díaz Ordaz el asesino de Tlatelolco tiende la mano a Fecal, el genocida de estos tiempos.

Estos tiempos, peores que el otoño de 1968 por eso los moneros ligan el presente con el ayer. En la gráfica el asesino Díaz Ordaz tiende la mano a otro genocida de nombre impronunciable.

Díaz Ordaz el asesino de estudiantes.

¿Por qué no podemos aceptr la propuesta de Javier Sicilia?

Guadalupe Lizárraga

Con todo su dolor, Sicilia habla a los medios para pedirnos a los mexicanos, prácticamente que olvidemos el pasado y empecemos de nuevo. Nos pide que “Lleguemos a un pacto, por lo menos un pacto nacional entre nosotros, porque si no, no vamos a salir, pero la convocatoria no puede salir de mí, –dice– quienes están al frente del país son los que tienen que convocar a esto” y les pide a los sicarios que vuelvan a su "código de honor".

Y con todo respeto que nos merece su trágica pérdida, hemos de responder precisamente con la congruencia que el dolor de un país tan lastimado como el nuestro puede darnos. Pero la congruencia no puede venir sólo del dolor, ciertamente, tenemos que hacernos muchas preguntas, muchas reflexiones y hacer memoria para tomar decisiones colectivas, hoy, en un momento crítico en el que México sigue muriendo.

¿Contra quién sería ese pacto nacional que propone Sicilia? ¿Contra las mafias narcotraficantes? ¿Contra los que han estado asesinando impunemente a los jóvenes, mujeres y niños? ¿Cuál es el problema realmente? ¿El que asesinen indiscriminadamente, el que trafiquen ilegalmente, o el que queden en impunidad? ¿Podrá ser racional un ejecutor que ha degollado a una veintena de personas lo mismo que el narcojefe Chapo Guzmán que se ha vuelto multimillonario reconocido internacionalmente? ¿Realmente se puede hablar de un código de honor para asesinar? ¿El pacto es pedirles que sólo se maten entre ellos? ¿Y los 25 mil niños que trabajan para el narcotráfico, está bien que mueran, mientras no se metan con "nosotros", los del pacto? ¿Podrán estos “señores” criminales comprender la razón intrínseca en un pacto de esta naturaleza?

¿Quiénes son los que están al frente del país y que según Sicilia “tienen que convocar a ese pacto”? El actual titular del Ejecutivo federal es producto de una elección fraudulenta que nos impidió tener la certeza de resultados legítimos y legales de las elecciones en 2006, una historia repetida en nuestro país. ¿No es acaso un criminal quien se roba las elecciones? ¿No es acaso un criminal quien miente a sus electores? Por supuesto que hay de criminales a criminales. Pero, querido lector, te pido que sigas leyendo hasta el final del texto.

La investidura del presidente de la república no es suficiente para convocar un pacto de no violencia, y olvidar sus acciones del pasado, mediato e inmediato. La guerra existe por convenio firmado en noviembre de 2007 entre Calderón y Bush. Fue una decisión, al margen del pueblo. El gobierno mexicano ha recibido más de 2 221 millones de dólares para combatir al narcotráfico, pero el cártel de Joaquín Chapo Guzmán sigue intacto. Las narcomantas, que han aparecido junto a los muertos y decapitados desde 2006, han puesto en evidencia que el combate es selectivo y la reacción sanguinaria de los rivales del Chapo no va a parar hasta que se respeten sus plazas.

Al frente del país están también los legisladores y jueces. ¿No son acaso quienes nos están robando y acordando reformas en contra de nosotros mismos? ¿Son ellos los que quiere que nos convoquen a un pacto de no violencia, mientras permitimos que sean violentos contra los derechos de los trabajadores?

¿Qué han hecho por el pueblo mexicano estos “señores” del poder público, señor Sicilia? ¿Irse de vacaciones a París o a Roma con el erario, en plena crisis económica y cuando las muertes se cuentan por miles de jóvenes sin apellido prominente? ¿Por qué ellos, los del poder, habrían de convocarnos a un pacto contra el narcotráfico, si cada día nos cuestan las drogas que consumen personalmente, nos cuesta el alcohol que se beben, los viajes que realizan, los escandalosos sueldos que ganan? ¿No es eso violento?

¿Por qué los ciudadanos vamos a pactar con quienes nos están denigrando, los que nos están expulsando de nuestro propio país, los que nos están robando y amenazando a diario? No, señor Sicilia, hay un problema para aceptar su propuesta, al menos de muchos mexicanos que no podemos ni olvidar ni perdonar lo que le han hecho a nuestro país ni a nuestras familias.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación también está al frente de México. ¿Por qué habrían de convocarnos los jueces a un gran pacto nacional para frenar la violencia que les resulta indiferente a ellos? ¿Cuántos hijos de ministros y jueces han asesinado en estos cuatro años? ¿Cuántas hijas de jueces han secuestrado, violado y tirado en un terreno baldío? ¿Hay alguna hija de un alto funcionario que haya desaparecido junto con las jóvenes de Ciudad Juárez? ¿Cuántas casas de los ministros han incendiado, después de una denuncia de de derechos humanos? ¿Podrán abanderar un verdadero pacto estos “señores” que están tan ajenos a nuestro dolor y tan cercanos al crimen organizado?

Piense señor Sicilia, ¿por qué habríamos de pactar con quienes han declarado la absolución de criminales como Raúl Salinas de Gortari (2009), el desparecido ex diputado Manuel Muñoz Rocha que nunca pisó la cárcel, absuelto también en 2009, o en un caso más reciente el asesino confeso de Ciudad Juárez, Sergio Barraza Bocanegra, en 2010, sólo por mencionar algunos? ¿Acaso no han sido estos jueces los responsables de que nuestro sistema de justicia, local y nacional, esté quebrado, corrompido y sólo sirva para proteger a criminales confesos o disfrazados de funcionarios?

Piense, señor Sicilia, ¿realmente podemos dejarnos liderar por los criminales que ocupan el poder público? ¿O cómo le llamaría usted a un funcionario que recibe dinero por dejar absuelto a un criminal? ¿No sería también un criminal? ¿Y al funcionario que permite el paso de la droga en la aduana? ¿Y al presidente del país que insiste en la masacre, en vez de convocar a una cumbre para la legalización del tráfico? ¿No le resulta tan sospechoso que siendo tan fallida la guerra, tan costosa en vidas, se insista en la misma estrategia? ¿No es criminal eso?

No podemos aceptar ningún pacto, ninguna convocatoria, de quienes nos han ofendido, depredado y diezmado, sólo porque están ahora al frente del país. No señor. No podemos olvidar que “ellos”, los ocupantes de los poderes públicos, están al frente del país, no porque los ciudadanos los hayamos puesto. Llegaron ahí por el tráfico de influencias, por nepotismo y por corrupción.

Quienes están al frente del país son también los integrantes del Congreso de la Unión. ¿No son acaso quienes nos han robando y acordado reformas en contra de nosotros mismos? ¿Son ellos los que quiere usted que nos convoquen a un pacto de no violencia?

Usted dice, señor Sicilia, “que puede sentarse con todos los sectores a dialogar, pero el que tiene que convocarlos a un pacto nacional, por estar al frente del país, es el presidente Felipe Calderón”. Con todo respeto, usted señor Sicilia es una víctima más del mal gobierno de Felipe Calderón. No es una cuestión personal, ni mucho menos, es un problema sistémico que ningún diálogo con ningún sector puede arreglar. No es pues, un asunto de palabras. Nunca lo ha sido. Es un asunto de acciones colectivas contra ellos mismos, contra quienes tienen al país hundido.

El estado de derecho ha sido fracturado porque se permite la impunidad, a quienes les pagamos por no permitirla. Cada uno de los mexicanos con cierto poder, dinero o influencias políticas, puede violar a nuestras hijas y matar a nuestros hijos, y tener total impunidad. Con Carlos Salinas de Gortari aprendimos lo que era la impunidad de los poderosos. Eso no podemos olvidarlo ni perdonarlo. Calderón solamente es un peón del gran juego de ajedrez que se mueve en torno al narcotráfico. No nos pida que un criminal convoque a un pacto contra criminales.

Por eso, no podemos aceptar su propuesta. Hablo por mí, por mi familia y por los 40 mil asesinados que hoy no olvidan ni perdonan haber muerto.



sábado, 2 de abril de 2011

Rubén Moreira Vs. Guillermo Anaya

Cuando el calendario de 2011 se deshaga del último pétalo de abril los coahuilenses estaremos a tan sólo unas horas del despegue de la campaña de cada uno de los actores políticos de los distintos partidos. El 3 de mayo, día de la Santa Cruz que festejan los albañiles Rubén Moreira y Guillermo Anaya harán las primeras fintas en el cuadrilátero político de la entidad. Por donde se le vea, este proceso electoral es inédito, pues la pelea se dará nada más ni nada menos –como dicen los cronistas deportivos- entre el hermano del gobernador con licencia Humberto Moreira Valdés y el compadre del presidente de la república Felipe Calderón. El pueblo, políticamente analfabeto, por lo que no debería salir a votar será juez y parte: será juez porque emitirá su voto mojado en el tintero de la estulticia y será parte porque el PRI representa la Tarjeta del Hogar que equivale a una cocacola de 600 mililitros diariamente, mientras el PAN significa la demagogia del programa Oportunidades.

Hasta el momento nadie sabe cuál será el tono del discurso de los contendientes, pues por un lado, el pueblo analfabeto integrado por obreros, campesinos y sobrevivientes de la economía subterránea que como los bueyes se sienten orgullosos de llevar en su lomo los fierros de la CTM, CROC y CNOP no tienen miedo a las balas cruzadas entre soldados y sicarios porque como decía José Alfredo, para ellos “la vida no vale nada”.

Pero por el otro lado está la clase media medrosa que ha sido educada bajo la didáctica de las telenovelas del Canal de las estrellas que tanto defiende Alonso Lujambio, el Secretario de Educación del calderonato. Esta clase media dueña de pequeñas ambiciones y por lo mismo timorata, sí tiene miedo al fuego cruzado entre sicarios y marinos.

Hay un tercer estrato social: los ricos, los dueños de esta patria chica que no es mía, es de ellos, de los explotadores, de los que chupan el sudor y la sangre de los obreros, de los que explotan a los jornaleros, de aquellos que compran a precio de barata los productos del campo, tanto de los ixtleros como de los candelilleros. Ellos, los explotadores, que producen tanto monobloks para los vehículos automotores y cacerolas; leche y acero y que a la vez son dueños del alimento del pueblo. Ellos, los dueños del dinero no tienen miedo, tienen pavor. Ellos que generaron el caldo de cultivo para la reacción social violenta que hoy tiene en vilo a la Nación por los salarios de hambre que han pagado al pueblo están en espera de un discurso al estilo Pinochet.

Por lo demás, el pueblo raso que no sabe de discursos se conformará esta vez como los campesinos y obreros acarreados en la década de los 60 con un lonche y una coca.

Esto es en cuanto al discurso de los candidatos ante el reclamo de las clases medias que sociológicamente son las que exigen.

En esta contienda también falta ver la posición que asuman los medios de información, sobre todo los electrónicos que son los que históricamente influyen en el inconciente colectivo de un pueblo primitivo como el nuestro. Basta con recordar la campaña negra que los empresarios desataron contra López Obrador en 2006.

Todo apunta a que la contienda se dará en el cuadrilátero de la televisión y la radio pues el pueblo coahuilense, último en el ranking educativo está más acostumbrado a los sonidos y las imágenes que a las palabras. Sólo el 5 porciento de la población lee periódicos y cuando los compra se inclina por los policiacos. Cuando tienen en sus manos un periódico con cierto grado de decencia leen la sección deportiva. No dan para más. Las secciones editoriales como dijo Xóchitl Gálvez les dan “gueva”, pues no saben leer.

Y aquí está la parte medular del asunto electoral en el que participan por un lado Rubén Moreira hermano del gobernador con licencia y de Guillermo Anaya compadre del presidente de la república.

El que domine a la masa de palurdos e iletrados como los llama el poeta Cedillo será el triunfador en esta contienda cuyo trofeo será el solio principal del palacio rosa.

Seguramente los grandes temas que afectan al pueblo coahuilense no se tocarán. Primero porque a Rubén Moreira no le conviene desnudar los puntos flacos de la administración de su hermano Humberto como son justicia, educación, cultura y seguridad pública. Segundo porque Guillermo Anaya se ve tibio, timorato y frívolo.

Para los principales contendientes esta campaña política será la más difícil pues llegan acotados por las balas. Sólo basta imaginar un mitin en la plaza de Armas hasta donde llegue el rugir de la metralla mientras el candidato hable sobre la justicia social, sobre el empleo.

La gente ya no quiere demagogia. Quiere vivir en paz.

Sin embargo, todo apunta a que el discurso del candidato priista usará frases como “Arriba y adelante” de Luis Echeverría. “La solución somos todos” de López Portillo y “La renovación moral” de Miguel de la Madrid. Si esto dio resultados en el ayer, ¿para qué se quiebran la cabeza los priistas?

El PAN de Guillermo Anaya recurrirá a la descalificación mediante las campañas negras que tan bien dominan.

De cualquier manera es necesario estar atentos pues los tiempos barruntan sorpresas.

Ni a quién irle. Iguales de corruptos y pendejos tanto los priistas como los panistas y los pedorristas...

Hace unos 20 años, un funcionario menor del gobierno panista de Rosendo Villarreal Dávila declaraba que las mujeres que fueran sorprendidas en la calle más allá de las 12 de la noche serían remitidas a la cárcel bajo los cargos de prostitución. No importaba que en aquel entonces la industria maquiladora estuviera ocupando mucha mano de obra femenina. Para la ultraderecha rabiosa de la ciudad, esas mujeres no eran obreras sino odaliscas.

También 20 años después en Jalisco, su gobernador Emilio González (a) Etilio declara que las mujeres que se liguen las trompas de Falopio como la medida más eficaz para evitar la procreación deberían estar en la cárcel. Etilio es el mismo que donó a la iglesia muchos millones de pesos para salvar su alma. Así son los panistas, ignorantes siempre ligados a los explotadores y a la iglesia. Así sucedió en Saltillo hace unos 5 años cuando murió Javier López del Bosque el más famoso explotador de la región: también donó parte de su fortuna al clero. Hoy se cuece a fuego lento en los infiernos pero al morir creyó con esto que iría al cielo.

En la Baja California Sur hoy se discute un tema de narcopolítica. Se acusa al gobernador Narciso Agundez de estar asociado con un grupo de norteamericanos para trasladar droga a los Estados Unidos. Narquizo Agundez es un miembro distinguido del Partido de la Revolución Democrática. Igual que el cuasimbécil Lazarito Cárdenas Batel. Igual también que Julio César Godoy Toscano, hermano del gobernador de Michoacán.

En Zacatecas, la exgobernadora Amalia García dejó temblando las finanzas del estado. Su nepotismo no tuvo límites: colocó a su hermana como subprocuradora de injusticia y a su hija Corichi la convirtió en Senadora de la República usando métodos muy parecidos a la Tarjeta del Hogar en un estado donde la pobreza es el común denominador y donde en los límites del absurdo la mayoría de la población vive en Estados Unidos.

Rosario Robles Berlanga, exgobernadora del Distrito Federal, con familiares en Arteaga sorprendió al mundo político cuando se descubrió aquella carta de amor en la que amenazaba a su amante Carlos Ahumada Kurtz con quemar la cama donde se habían ayuntado. Donde habían refocilado alegremente. Aquella cama donde habían acordado los grandes negocios de la Ciudad de México. La corrupción no tiene sexo.

En Yucatán un pariente del gobernador anterior asesina a su esposa y no pisa la cárcel.

En Nuevo León Natividad González Parás exgobernador priista, es desubierto comprando muchos kilómetros de playa cerca de Cancún con dinero del crimen organizado. Por eso Monterrey arde.

En Puebla el exgobernador Mario Marín (a) el gober Precioso amafiado con Kamel Nacif, empresario de la industria textil mete en la cárcel a la escritora Lidia Cacho porque denunció a una red de pederastas que alcanza a muchos políticos y empresarios que se relacionan sexualmente con niños y niñas pero que los domingos van a misa de mediodía.

En Chiapas, Ulises Ruiz, un político primitivo forjado en el viejo PRI cometió mil atropellos y dejó temblando las finanzas del estado. Gabino Cue, un político ligado al Peje no ha hecho nada por meterlo en la cárcel. Todo queda en familia.

En Veracruz, un estado sumido en la pobreza, su exgobernador Fidel Herrera presumía antes de dejar el cargo que tenía todo el poder. Así lo demostró dejando sucesor ante la mirada atónita de miles de opositores que no lograron colocar a su candidato en la gubernatura porque el neopanista Miguel Ángel Yunes estaba acusado de pederastia por Lidia Cacho en su libro Los Demonios del Edén.

Pero lo peor: en Tamaulipas asesinan a un candidato a la gubernatura y el pueblo coloca a su hermano como gobernador. El colmo de la imbecilidad popular en un estado que ha vivido bajo la economía del narco.

Mientras esto sucede en el país Ciudad Juárez se encuentra cubierta con el manto de la tristeza que produce el alto cosumo de droga. La ciudad está podrida y los juarenses lloran. No hay poder castrense que corrija los errores del ayer.

A grandes rasgos así está México: corrupción y narcotráfico. Coahuila y Saltillo no son las excepciones. Ya nos pudrieron la vida. Nos han quitado la tranquilidad de la que presumíamos todavía hasta hace una década.

Ni el alcalde ni el gobernador dan la cara por las balaceras que a diario padecemos los saltillenses. Ocultan la información. La ciudad vive en medio de la zozobra y la incertidumbre.

Esto no es vida.

Ni siquiera tenemos esperanza en el futuro. Ni siquiera tenemos esperanza en el próximo sexenio porque éste será la continuidad del presente. Pobre Saltillo. Pobre Coahuila. Lo que hace la Tarjeta del Hogar en un pueblo que arrastra la miseria de la educación pública muy al estilo de estos tiempos negros…