domingo, 30 de marzo de 2008

¿QUÉ PASA REALMENTE EN LA SECCIÓN 38 DEL SNTE, DONDE LOS LADRONES DEL AYER SON LOS HÉROES DE HOY?



¿Qué pasa realmente en las entrañas de la Sección 38 donde los bandidos del ayer son los héroes de hoy?
Mientras el discurso inicial de Carlos Moreira a su arribo a la dirigencia sindical ponía el cuero de gallina a la vieja nomenklatura sindical, hoy las aguas parecen haber regresado a sus antiguos cauces, con homenajes a exsecretarios generales de reconocida insolvencia moral como Eliseo Loera Salazar y Alfonso Cepeda Salas; además, la convivencia fraternal con funcionarios sobre los que pesa la carga de la sospecha de enriquecimiento ilícito como Francisco B. Parra Mireles, comienzan a despertar sospechas en el gremio profesoral.

Los exsecretarios generales de la 38: de bandidos a héroes.


A 90 días de que Carlos Moreira Valdés arribara al poder de la Sección 38 del SNTE en medio de una burbuja impulsada por los vientos tempestuosos del poder, todo sigue igual en esta organización sindical,con el agravante de que ahora los bandidos son héroes,que han sido elevados al rango de deidades sindicales mediante homenajes.
Hasta el momento nadie entiende hacia dónde va Carlos Moreira, pues aunque llegó a la dirigencia sindical con la espada desenvainada, amenazando con meter en la cárcel a tirios y troyanos de la vieja ‘nomenklatura’ sindical por haber llevado a la ruina a las instituciones de seguridad social, unas semanas después anunciaba que mensualmente se homenajearía a un exsecretario general.
Tres meses después no hay novedades y todo sigue igual: Eliseo Loera Salazar, el viejo dirigente que terminó sus días en 1988, en condiciones misteriosas, en una cabaña con valor de 100 millones de pesos de aquellos años, ubicada al pie de la Sierra Zapalinamé, cuando los profesores ganaban mensualmente 100 mil, recibió su homenaje en enero, no obstante que al morir, tan sólo la ‘leonera’ que usaba como Priapo en decadencia, tenía un valor comercial que rebasaba mil meses de salario profesoral; es decir, para levantar una construcción de este precio, un profesor equis del magisterio de aquella época habría tenido que trabajar 83.33 años sin desviar un solo centavo para cubrir otras necesidades. La proporción anterior permite al lector forjarse un concepto muy claro de la cantidad exorbitante sustraída de las arcas de la Sección 38, porque aunque el profesor común es de entendederas muy cortas, sí puede inferir que el ‘nidito de amor’ de Loera Salazar era en ese momento una necesidad secundaria, por lo que con un mínimo ejercicio de imaginación, se puede conjeturar con muchas probabilidades de acierto que las necesidades primarias eran cosa del pasado para el vetusto dirigente.
Los datos anteriores no le importaron a Moreira Valdés al momento de tomar la determinación, a título personal, de efectuar un homenaje al extinto y corrupto dirigente que había sucedido en el cargo a otro par de mafiosos y ladrones: Dionisio y Candelario Sánchez Villaseñor.
Lo más seguro es que por lo menos Dionisio, dentro de poco reciba su homenaje bajo los conceptos de paradigma del sindicalismo, adornado con los epítetos de visionario y forjador de la cultura sindical, pues Carlos Moreira desconoce la historia, por lo que no alcanza a comprender el pensamiento de Bolívar que puede sintetizarse en la siguiente paráfrasis: "un gremio ignorante de su historia es el instrumento ciego de su propia destrucción".
Poco después, aunque en la clandestinidad, Moreira Valdés rendía homenaje a Alfonso Cepeda Salas quien también fue secretario general de la Sección 38 del SNTE. Nadie conoce los motivos por los que Carlos tomó esta determinación si durante la semana santa de 1996 a través de su columna Mesa Seis que se publicaba en el Diario de Coahuila escribía lo siguiente bajo el título: Sección 38: Días difíciles (sic): "Por la situación económica que vive el país, los actuales son días difíciles para las organizaciones que intentan defender los derechos de los trabajadores.
La Sección 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no puede escaparse de tal contexto. Más aún cuando en estos momentos existen un sinfín de aspectos que tienden a agravar la situación, que perjudica sensiblemente las expectativas del magisterio estatal.
De entrada me permitiría subrayar la inestable situación de sus instituciones de seguridad social: el Fondo de Pensiones, el Servicio Médico, el Fondo de la Vivienda y el Seguro del Maestro; instituciones que en repetidas ocasiones han sido saqueadas y pésimamente administradas.
Cabe destacar que tales instancias salen las extraordinarias compensaciones de los líderes, sus carros último modelo y sus múltiples comodidades, entre ellas el tan mal empleado celular de Alfonso Cepeda Salas cuyo uso precisa ser tratado como temática de otra ocasión, (esto por el hecho de que requiere de una mayor extensión, como por encontrarnos en la Semana Mayor, y por ende inmersos en la religiosidad que impide estar tratando temas tan prosaicos). Olvidar que de tales instancias salió el dinero con el que se enriquecieron algunos de los exsecretarios generales de la Sección 38 del SNTE. El colmo en este aspecto, lo que nos indica que definitivamente ya no queda una pizca de vergüenza, es el hecho de que a los actuales líderes se les ha ocurrido ponerle el nombre de esos ladrones a los edificios sindicales.
A todo lo anterior habrá que agregar que el estilo para dirigir impuesto por Cepeda Salas deja mucho que desear. No considero como aplaudible que muestre un exagerado interés en sus relaciones personales con el CEN del SNTE y con los dirigentes del partido oficial; para un servidor, deja entrever que más que intentar incidir en un futuro más promisorio para sus representados, sólo desea asegurar su propio mañana en las lides políticas.
Pero además y a pesar de la personalidad que le caracteriza, no obstante que algunos pronosticamos que con él a la cabeza la Sección 38 tendría un fuerte liderazgo; hoy se observa un comité dividido, cuyos integrantes, a dos años de distancia, ya piensan en la renovación de mandos, y dirimen sus diferencias a golpes en pleno recinto sindical.
Alfonso Cepeda Salas practica dos tipos de negociaciones, ambas igual de detestables. A unos, seudoperiodistas y seudoopositores, los calla con billetes, con prebendas. Mientras las instituciones de seguridad social se encuentran en plena crisis, el Secretario General de la 38 no duda en gastarse importantes sumas de dinero con el fin de tener una imagen acorde a sus sueños de grandeza.
A otros, a sus adversarios políticos, intenta hundirlos en un mar de intrigas y deslealtades. Hombre de dos caras que saluda con una sonrisa y apuñala por la espalda, Cepeda Salas no ha podido o no ha querido madurar políticamente. Maneja a la perfección los golpes por debajo de la mesa y practica con maestría el arte de la traición; no conoce la ética.
Gracias a que cuenta con dinero ajeno puede o comprar el silencio de mezquinos opositores o pagarle a mercenarios para que ‘aniquilen’ a quien pretende criticarle.
En fin, Alfonso Cepeda tiene que entender que si la Sección 38 es grande es porque miles de maestros entregaron su vida, su capacidad y su esfuerzo para hacerla crecer. Y que si la Sección 38 se encuentra en problemas, es debido a que algunos malos dirigentes atracaron sus fondos.
Él, junto con la actual representación sindical, tiene la obligación de emprender acciones legales contra estos últimos, con el fin de rendirle honor a quienes verdaderamente formaron la organización, y a su vez servir con honestidad a sus compañeros.
Que no haya queja si mañana opta por la oscuridad y la complicidad. Que no nos pida silencio".
El texto anterior no tiene desperdicio y se nota que desde entonces el actual dirigente de la Sección 38 conocía al dedillo las entrañas purulentas de esta organización, el perfil de sus dirigentes, su vanidad y las fortunas forjadas por los exsecretarios generales. Tal vez sin otear el futuro, a través de su columna Mesa Seis trazaba la línea crítica que refrendaría al arribar a la dirigencia sindical que hoy lo obliga moralmente a seguir adelante encarcelando a los ladrones que han saqueado al sindicato magisterial. Así lo prometió a su llegada, pero aún no hay indicios de que esté dispuesto a cumplirlo luego del viraje de 180 grados que ha dado con el homenaje a Alfonso Cepeda Salas, "el hombre de dos caras que saluda con una sonrisa y apuñala por la espalda" según el documento que ha sido transcrito.
Un flashback brevísimo permite ubicar a Carlos Ariel Moreira Valdés en 1996 como un joven inquieto de 28 años de edad, hermano de Humberto, entonces delegado del Conafe, y de Rubén, director del departamento jurídico de la SEPC cuando el titular era Óscar Pimentel González en los tiempos ya lejanos del montemayorismo.
Tal vez en esa época, Moreira Valdés no soñaba siquiera con el encumbramiento político de su hermano Humberto y actuaba como opositor. Su discurso así lo exhibe, por la crudeza de los términos que usaba para referirse con desprecio a la la vieja ‘nomenklatura sindical’ a la que finalmente le tocó, primero someter y luego aplastar escudado en el poder enorme que detentan sus hermanos mayores en la estructura política de Coahuila.
Por estos días, en las filas del magisterio estatal existen dos versiones que sin excluirse una de la otra justifican el sesgo aparente que han tomado las baladronadas iniciales del dirigente sindical:
1).- El reculamiento de Carlos Ariel es temporal, mientras los funcionarios sindicales que migraron de la 5 a la 38 se empapan de las irregularidades en las que incurrieron durante dos décadas los notables de la ‘nomenklaturas sindicales’ del ayer, y a los que en la columna transcrita líneas arriba llamaba ladrones mientras se dolía de que los nombres de esos forajidos del sindicalismo fueran impuestos impunemente a los edificios de la Sección 38 del SNTE.
Se supone que luego de tener todos los pelos de la burra en la mano, el siguiente paso será la presentación de denuncias penales contra quienes fungieron como tesoreros, secretarios generales y titulares de las instituciones de seguridad social, de por lo menos las últimas cuatro administraciones sindicales.
2.- Moreira Valdés ya se hizo al caldo de la Sección 38 y ha decidido el borrón y cuenta nueva sin importar el estado crítico de las instituciones de seguridad social que él mismo denunció al arribar a la dirigencia sindical, con lo que sus palabras se han convertido en volutas de humo, pues Pensiones, Fovi, Seguro del Maestro y el Servicio Médico seguirán operando en números rojos.
Sea cual fuere la decisión que tome el dirigente de la Sección 38, la verdad es que se encuentra entre la espada y la pared, porque, primero, si toma la decisión de conducir al cadalso a la vieja nomenklatura sindical, el tiempo es breve y de aquí a tres años, Carlos Ariel puede ser medido con la misma vara, porque ni siquiera el poder enorme de que hoy disfrutan sus hermanos mayores, puede garantizarle una salida tersa e impoluta de la dirigencia que hoy ostenta; sin embargo, es difícil sustraerse al concepto maquiavélico que reza: "con poquísimos castigos ejemplares [el Príncipe] será más clemente que aquellos otros que, por excesiva clemencia, permiten que los desórdenes continúen, de lo cual surgen siempre asesinatos y rapiñas".
No obstante lo anterior, Carlos Ariel Moreira puede acogerse a otro concepto maquiavélico: "no puede un señor prudente - ni debe- guardar fidelidad a su palabra cuando tal fidelidad se vuelve en contra suya y han desaparecido los motivos que determinaron su promesa. Si los hombres fueran todos buenos, este precepto no sería correcto, pero- puesto que son malos y no te guardarían a ti su palabra- tú tampoco tienes por que guardarles la tuya".
Tocante a la suspensión de la venta de boletos del sorteo magisterial De hoy y para siempre, al parecer, el único compromiso que ha cumplido el nuevo dirigente sindical también se encuentra incoado en la filosofía de Maquiavelo: "los príncipes debe ejecutar a través de otros las medidas que puedan acarrearle odio y ejecutar por sí mismo aquellas que le reportan el favor de los súbditos. Debe estimar a los nobles, pero no hacerse odiar del pueblo.
Aunque en las entrañas de la vieja ‘nomenklatura sindical’ hay incertidumbre, la verdad es que sigue viva y sujeta a otro concepto de don Nicolás de Maquiavelo: "los hombres viven tranquilos si se les mantiene en las viejas formas de vida. La incredulidad de los hombres, hace que nunca crean en lo nuevo hasta que adquieren una firme experiencia de ello".
No obstante las consideraciones de corte maquiavélico que aparecen entrecomilladas líneas arriba, Carlos Moreira Valdés está obligado por las leyes que rigen a las instituciones de seguridad social de la Sección 38 a conducirse con transparencia, no porque así lo haya dicho a su arribo a la dirigencia sindical, sino porque cada uno de los estatutos así lo establecen, y además, porque ya no es posible que se minusvalore y ofenda la inteligencia del gremio profesoral.
Tocante a lo anterior, si el concepto en el que ha tenido Carlos a los dirigentes de la Sección 38 es el de ladrones, pues el lugar de éstos es la cárcel, decisión que debe tomarse sin miramiento alguno, pues las fortunas que hoy ostentan muchos de losor supuesto, esto no los hace candidatos a homenajes que en nada coadyuvan al apuntalamiento de la organización.
Los gustos caros de Francisco Benito Parra Mireles.
El año pasado, en el programa Caza del Canal 2 de Monterrey, Francisco Benito Parra Mireles a la sazón tesorero de la Sección 38 del SNTE posaba para las cámaras al lado de un animal que había cazado en uno de los ranchos cinegéticos de Nuevo León. Aparecía acompañado de dos personas más.
Quienes saben de cacería afirman que tan sólo el cintillo que legitima la muerte de un venado cola blanca cuesta alrededor de tres mil 500 dólares más el equipo de caza, las armas, los vehículos, el pago de derechos federales, la alimentación y el hospedaje.
Parra Mireles cuya carga genética se encuentra anclada a la de un modesto carpintero adquirió gustos caros luego de su llegada a la tesorería de la 38. Se sabe que la cacería es un deporte de ricos, no de profesores, pues sólo el equipo que consta de camisa, pantalón, jersey, chaleco, abrigo, calzado y accesorios tiene un precio prohibitivo para el gremio profesoral.
En el programa Caza Parra Mireles lucía un chaleco confeccionado con algodón y poliéster con refuerzo en el hombro para apoyo de la escopeta, bolsillos exteriores y dos elásticos con capacidad para media docena de cartuchos. Sobre su cabeza a manera de diadema se podían ver las gafas de tiro y de uno de los bolsillos del chaleco sobresalían los guantes. Dentro guardaba el protector de oídos. La culata del rifle descansaba en tierra mientras Francisco Benito miraba radiante a las cámaras de televisión. Ya se sentía el sucesor de Alejandro Campos en la dirigencia de la Sección 38 del SNTE.
Los gustos onerosos de Parra Mireles no terminan con la práctica del deporte, pues se sabe –sin que esto se pueda comprobar pues no existe ninguna propiedad a su nombre en el Registro Público de la Propiedad, y la información se obtuvo mediante declaraciones cuyas fuentes se reserva esta revista- que luego de sus incursiones en los ranchos cinegéticos decidió adquirir dos de estos bienes edáficos, uno en Cuatrociénegas con entrada por Sanbuenaventura y otro en el norte del estado, cerca de Piedras Negras pues el negocio de la cacería es redondo por la demanda que existe en los Estados Unidos, donde se calcula que hay cerca de 14 millones de personas que practican este deporte.
La transparencia no es una cualidad en la vida de Parra Mireles. Como los bandoleros, se ha cuidado mucho de ocultar el botín. Ni siquiera la casa familiar que se ubica en la colonia Magisterio en la calle Carlos Espinosa Romero 1079 aparece en el RPP.
Aparte de lo anterior, se sabe que es dueño del Centro de Estudios para la Niñez y la Juventud (CENJU), un colegio que funciona en la calle Salazar, pocos metros al norte de Mixcoac y cuyas instalaciones se han visto fortalecidas desde que Parra Mireles forma parte del CES de la Sección 38, no obstante que para su edificación, su dueño, entonces docente de la Escuela Normal Superior exigía trabajo físico a los estudiantes atrasados de la especialidad de Ciencias Sociales para aprobar las materias, una especie de leva estudiantil que explotaba sin escrúpulos el ahora funcionario sindical.
Hasta donde se sabe, también es dueño de un predio en Ramos Arizpe que ha utilizado para reuniones de corte social. En el levantamiento de los muros también utilizaba mano de obra de los estudiantes atrasados académicamente de la ENS.
La ola de rumores que van y vienen en las filas del magisterio estatal lo ubican también como dueño de una residencia en Cuatrociénegas, muy cerca de donde tiene el rancho cinegético y que usa en la etapa previa de la temporada de caza de venado cola blanca.
Con su sueldo de profesor, sin despeinarse siquiera, de manera desahogada pudo enviar a sus hijos a estudiar al exclusivo Tecnológico de Monterrey.
Por si lo anterior fuese poco flota en el ambiente magisterial la sospecha de que Materiales Ferreparra, una empresa del ramo de la construcción, ubicada en el bulevar Eulalio Gutiérrez Treviño del fraccionamiento Praderas, realmente pertenece a Franciso Benito Parra Mireles, por tres razones fundamentales:
1°.- El negocio adquirió el rango de sociedad anónima el 11 de octubre de 2001 mediante la escritura pública 279, fue protocolizada por el notario público Gilberto Garza Martínez, ante quien comparecieron María Guadalupe de la Fuente Martínez, Evaristo, Berzabeth y Tanyuzka Parra de la Fuente. El capital social emitido fue de 50 mil pesos con acciones de un mil pesos cada una, de las que María Guadalupe era propietaria de 26 de la serie "A", y cada uno de sus hijos poseía ocho. Además se nombró como administrador a Ramiro Parra Mireles.
A partir de la fecha de su constitución como S.A., Ferreparra ha crecido de manera geométrica, pues de ser una ferretería de barriada que nació en un cuartucho de muros de adobe y techo de morillos en la acera norte de la calle Presidente Cárdenas, hoy mantiene un movimiento inusitado, superior a Ferremayoreo, pues vende cemento, block de concreto, grava y todo lo relacionado con ferretería. El negocio se encuentra en una superficie de cerca de una hectárea y según los registros del IMSS, permanentemente trabajan en la empresa 31 personas. Además, posee banco de materiales y una flotilla de vehículos entre los que se encuentran camiones materialistas y camionetas de reparto.
No obstante lo anterior, el tren de vida de los socios no corresponde a la bonanza que evidencia el negocio, pues María Guadalupe de la Fuente sigue viviendo en una casa de interés social en la calle Trigo 965 del fraccionamiento Praderas, cuyo valor en el mercado, por la edad de la vivienda no rebasa el millón de pesos; y Evaristo Parra de la Fuente vive en la calle Yeso de la colonia Bonanza en una casa minúscula que aún conserva las características originales; es decir, no ha sido modificada y su precio de venta no sobrepasa los 200 mil pesos.
2°).- La consolidación del negocio llegó curiosamente cuando Francisco Benito Parra Mireles arribó a la tesorería de la Sección 38 del SNTE.
3°).- Uno de los socios de la empresa encargada de levantar el edificio sindical ubicado en el recreativo Carlos Jongitud Barrios es Parra Mireles. A esta construcción se le adjudicó originalmente un costo de 72 millones de pesos conseguidos con crédito bancario, pero mensualmente salían 100 mil dólares que se prorrateaba entre las cuatro instituciones de seguridad social: Fovi, Pensiones, Seguro del Maestro y Servicio Médico, dinero que administraba Francisco Benito Parra Mireles en su carácter de tesorero de la Sección 38.
Pero al margen de si Ferreparra Materiales es o no del extesorero del sindicato magisterial, ¿de dónde ha salido el dinero para la adquisición de los ranchos y las residencias que ostenta?
Entre el patrimonio de la Sección 38 se cuentan alrededor de 15 salones de usos múltiples distribuidos a lo largo y ancho de la geografía coahuilense y en el periodo en el que Parra Mireles fungía como tesorero, éstos no contaban con el llamado comité de administración, por lo que el dinero que se recaudaba hebdomadariamente iba a parar a las arcas sindicales.
Cálculos conservadores indican que al rentarse tres días a la semana, los 15 salones de usos múltiples arrojan una ganancia de 250 mil pesos semanales, que multiplicados por cuatro dan un millón de pesos cada mes, con lo que en cuatro años, Parra Mireles administró alrededor de 50 millones de pesos.
Lo anterior sumado a las cuotas sindicales que asciende a uno porciento de la nómina estatal durante cuatro años, arroja otra suma millonaria de la que nunca se rindieron cuentas.
Pero lo más grave de todo es la patológica mentalidad criminal de Parra Mireles, sobre todo por el lugar que ocupa en la actual administración sindical: Presidente del Consejo de Administración del Servicio Médico de la Sección 38.
Totalmente ayuna de escrúpulos, la conducta del ayer de este individuo representa un serio peligro para la salud de los integrantes del magisterio estatal.
En ningún lugar puede causar más daño a los profesores estatales que en el sitio desde el que hoy despacha a despecho de la sospecha fundada de que durante su paso por la tesorería magisterial aumentó geométricamente su patrimonio. ¿De dónde resultó cazador consumado, si todavía hace dos décadas viajaba en un modesto automóvil de la marca chevrolet con una antiguedad de por lo menos un lustro?
Territorio Libre cuenta con más información que se irá dosificando en las próximas ediciones por cuestión de espacio.
Alfonso Cepeda Salas y su mujer Irasema Yazmín Garza Ramos.
De 1995 a 1998 el gremio profesoral de la Sección 38 padecía a Alfonso Cepeda Salas como secretario general. Había sucedido a Julián Montoya de la Fuente, actual diputado local, quien de la dirigencia sindical pasaría a administrar el Fovi.
Por aquellos años, los miembros del comité seccional no podían creer lo que sucedía.
En un acto de corrupción revestido de ‘lambisconería’, Julián había mandado construir una cabaña a la familia de Alfonso Cepeda en Jagüey de Ferniza. El dinero, por supuesto, salía de la institución que en teoría debe dotar de vivienda a los profesores estatales, pero resulta que la construcción no le gustó a Irasema Yazmín Garza Ramos, la esposa de Cepeda Salas y con la misma celeridad con que fue construida, tuvieron que demolerla para levantarla al gusto de la caprichosa hembra que durante diez años mantuvo en un puño a los trabajadores de la Escuela Normal de Educación Preescolar gracias a la influencia de su marido.
La vida político sindical de Cepeda Salas es tan asquerosa como su existencia privada. Pese a que arribó a la secretaría general cuando manejaba una vieja camioneta americana de doble cabina, poco después se le acusaría de comprar medio pueblo de Arteaga de donde es originario.
Luego de dejar la dirigencia de la 38 se colocaría como presidente del Seguro del Maestro desde donde sangraba a la institución con ocho mil pesos semanales más el pago de tarjetas de crédito que en ese entonces oscilaba entre los 40 y 50 mil pesos mensuales.
Además, el corrupto exdirigente se dio sus mañas para colocar como aviador –donde aún se encuentra- a su hijo Alfonso Cepeda Garza quien fracasó como médico y actualmente se encuentra haciendo una especialidad en la Ciudad de México con cargo al erario coahuilense.
Entre las propiedades que actualmente se le pueden contabilizar a Alfonso Cepeda Salas se encuentran las siguientes: una palapa en el corazón de Arteaga, una casa para su querida en Fundadores, una casa en el fraccionamiento Magisterio, un departamento en la Ciudad de México, una casa amplia en la misma ciudad y otra vivienda con alberca techada en Acapulco, Gro.
Juan Manuel Armendáriz y Jaime Zamudio.
En mayo de 2002 Territorio Libre publicaba la forma en que se había enriquecido Jaime Zamudio Delgado que en ese entonces fungía como tesorero de la Sección 38. La respuesta no se haría esperar y Juan Manuel Armendáriz Rangel a la sazón secretario general del gremio encabezaba una batida legal contra este modestísimo medio de comunicación. Se curaba en salud.
Entre los bienes adjudicados a Zamudio Delgado estaban: una Ford Harley Davidson, una Sonora, una Dodge Ram pick up y una camioneta Honda. Además, el extesorero había agregado más de 300 metros a su vivienda y el tren de vida que llevaba era tan ostentoso que levantaba comentarios hasta en el mismo CES de la Sección 38.
Para entonces Armendáriz Rangel ya era dueño de un rancho en la Sierra de Artega y de otro ubicado cerca de Ciudad Frontera, de una casa en el fraccionamiento Magisterio y de otra en su tierra natal. Además poseía una flotilla de vehículos clásicos que nunca hubiera soñado con tener de no haber llegado a la dirigencia de la Sección 38.
Además, el período en el que fungía como secretario general es recordado con dulzura por las odaliscas de de distintas mancebías, pero en particular el Capri, donde llegaba a pagar cuentas hasta por 30 mil pesos en una sola noche de placeres.
El poderoso despacho de Antonio Berchelman Arizpe era el encargado de levantar las denuncias por difamación y calumnias contra el reportero que había firmado el texto informativo.
Actualmente Armendáriz Rangel repite como presidente del Seguro del Maestro, pese a los negros antecedentes que lo ubican como uno de los ladrones sindicales a los que se ha venido refiriendo el actual dirigente Carlos Moreira Valdés.
Alejandro Durón Ibarra.
Entre los personajes siniestros que han saqueado las arcas de la Sección 38 se encuentra también Alejandro Durón Ibarra. Este individuo que ha permanecido en el seno de la organización por más de dos décadas fue reclutado de la Secretaría de Finanzas en los tiempos negros de Eliseo Loera Salazar, con el objetivo de que ayudara a limpiar el cochinero contable en el que se debatía el Servicio Médico.
Por estos días ha sido promovido a la tesorería del Fondo de la Vivienda. Aunque de bajo perfil, no ha perdido el tiempo pues actualmente es dueño de una flotilla de taxis, socio de una imprenta, dueño de una casa en el exclusivo fraccionamiento San Lorenzo y de un rancho en Arteaga.
Epílogo
Si Carlos Moreira Valdés pretende seguir por la senda que legitime su liderazgo, tiene que limpiar la casa de los profesores estatales retirando el estiércol acumulado durante más de dos décadas en las que la rapiña ha sido la constante.
De acuerdo con su propio dicho, el actual dirigente de la Sección 38 está rodeado de ladrones y el lugar de éstos es la cárcel. Podría empezar exigiéndole a Francisco Benito Parra Mireles que demuestre el origen lícito de sus bienes.
Que no se olvide Carlos que allá en su ranchito de Ramos Arizpe, Parra Mireles dijo a sus comensales durante una fiesta: "Esos Moreira ya tienen hasta la chingada a los coahuilenses".

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