domingo, 30 de marzo de 2008

DIARIO DE UN CAPITALISTA

¿Qué no hay que privatizar Pemex, porque el petróleo es de los mexicanos? Bárbara estupidez, a mi nunca me ha llegado un cheque por concepto de reparto de utilidades de Pemex?


Por Damián García Gómez

De nuevo 18 de marzo y como siempre en diversos lugares se preparan eventos conmemorativos a la expropiación petrolera. En las escuelas de educación básica probablemente en días pasados se prepararon honores a la bandera conmemorativos del aniversario de la mencionada expropiación. Lázaro Cárdenas del Río fue y sigue siendo para muchos, incluso probablemente para el presidente y algunos gobernadores, un verdadero héroe nacional. Pero para mí Lázaro Cárdenas del Río fue un estúpido traidor a la patria que le dio a México un profundo golpe cuya gravedad y dolor aún se sigue sintiendo de una manera muy intensa y con tendencia a empeorar.
Si jamás hubiese ocurrido el nefasto suceso de la expropiación petrolera, en México hubieran continuado las operaciones de las que hoy son Penzoil, Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, Shell y algunas empresas mexicanas petroleras de aquellos tiempos. Seríamos un país avanzado en cuestión de producción de hidrocarburos y tendríamos precios altamente competitivos y productos de excelente calidad.
Pero bueno, el hubiera no existe y lo que pasó pasó. Ahora debemos converger y centrarnos en la idea de revertir el absurdo monopolio respaldado por leyes mexicanas y pensar seriamente en la idea de abrir el mercado a las petroleras extranjeras. Imagínense poder consumir gasolina de excelente calidad a precios determinados según la oferta y la demanda, en lugar de la porquería que vende PEMEX. Híjole, suena fantástico y hasta cierto punto excitante.
¿Qué no hay que privatizar PEMEX porque el petróleo es de los mexicanos? Bárbara estupidez, a mí nunca me ha llegado algún cheque por concepto de reparto de utilidades de PEMEX. Y aunque se excusen de que la manera en que PEMEX demuestra ser de todos los mexicanos es con la realización de obras sociales y públicas, pues yo no estoy convencido de ello porque las carreteras siguen siendo una mierda, las calles también son una porquería. Las obras públicas importantes tardan años en hacerse por supuesta falta de recursos, y si se concretan resulta que quedaron mal hechas y con errores importantes pero que sería incosteable volver a realizarlas.

A pesar del heroico acto de 1938, seguimos siendo una nación tercermundista. PEMEX, nuestro gran patrimonio del que deberíamos sentirnos orgullosos es la empresa petrolera más endeudada del mundo. Carece de autonomía, está mermada en gran parte para reinvertir utilidades en mantenimiento y mejora de infraestructura y lo peor del caso, por muchos años México ha resultado ser petrodependiente y ha visto a PEMEX como a su gallinita de los huevos de oro. Incluso la plataforma económica de López Obrador emplearía a Petróleos Mexicanos como eje principal de la economía mexicana.
Y así seguimos, padeciendo una bomba de tiempo. Manteniendo con impuestos a un corporativo enclenque y mal administrado; consintiendo a un sindicato que goza de prestaciones de ensueño. Pero eso sí, conservando nuestra soberanía y dignidad (¿?).
No cabe duda, solo es cuestión de unos pocos años para que México y Corea del Norte se conviertan en potencias mundiales y todas las industrias nacionales accedan a energéticos basados en hidrocarburos de magnífica calidad y excelente precio que detonarán el desarrollo de la industria y la generación de miles y miles de empleo. Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Japón, incluso Rusia, envidiarán el enorme poder económico que nos va a dar el tener a la eficientísima PEMEX en manos del Estado. Ahora no quiero ni pensar lo que sería con AMLO. Sigamos pues, disfrutando de las conquistas del socialismo mexicano. Y sobre todo, alabar y honrar a Lázaro Cárdenas del Río, el idiota más admirado por los mexicanos.

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