domingo, 15 de abril de 2007

Parece que a nadie le importa.

Se cae a pedazos el Edificio Coahuila.


En 2006, el edificio Coahuila cumplió 40 años, pero cinco años atrás las dependencias que ahí tenían su asiento empezaron a emigrar a distintas partes de la ciudad.
La construcción fue inaugurada con la presencia del asesino Gustavo Díaz Ordaz el 30 de noviembre de 1966 a la mitad de la administración de Braulio Fernández Aguirre.
Durante muchos años ha sido punto de referencia porque durante muchos años fue el edificio más alto de la ciudad y porque ahí funcionaba la Junta de Conciliación y Pillaje, regenteada mucho tiempo por Francisco Javier Almaguer.
En ese lugar se llevaban a cabo las pláticas de conciliación entre las partes obrera y patronal de la famosa huelga de Cinsa-Cifunsa que hace 33 años convulsionaba a esta ciudad.
Pero además de esta dependencia, funcionaba el Tribunal Superior de Justicia del Estado, los juzgados de Primera Instancia del Ramo Civil, el Tribunal para Menores, la Oficina del Registro Público de la Propiedad, el Departamento de Educación Pública del Estado y la Agencia de la Secretaría de Educación; en el sótano se instaló la imprenta del gobierno y el Archivo Judicial del Estado.
Aparte de la imprenta, ya ninguna de las dependencias mencionadas funciona en ese lugar. El edificio ha ido quedando solo. Nadie sabe si las autoridades lo demolerán, porque su deterioro se advierte a simple vista.
Los pedestales que soportan las pesadas estatuas de Juan Antonio de la Fuente y de Miguel Ramos Arizpe se caen a pedazos, el viejo elevador ya no funciona y se ha convertido en un peligro para las pocas personas que tienen que usarlo; los recubrimientos exteriores se desploman cuando el viento sopla y techos y paredes acusan el descuido en que se mantiene la construcción.
En la esquina de las calles Guerrero y Ateneo se puede advertir la pátina del tiempo, pues las varillas han perdido su recubrimiento de concreto.
Nadie sabe a que dependencia le compete el mantenimiento y parece que a nadie le importa que el otrora elegante edificio Coahuila se caiga a pedazos con el consiguiente peligro de usuarios y peatones.
El inmueble se levantó sobre las ruinas de lo que antes fue el colegio Josefino y luego el Ateneo Fuente al sur de la plaza Zaragoza.
Una de las estatuas que se encuentran en la escalinata del edificio Coahuila corresponde a Juan Antonio de la Fuente, quien nació en Saltillo y fue Ministro de Relaciones, de Gobernación, de Hacienda y de Justicia e Instrucción Pública. Además fue Ministro Plenipotenciario en Francia y miembro del Congreso Constituyente de 1857. A él se atribuye la frase: "No luchéis contra mi Patria, mi Patria es invencible". Además, incorporó a las Leyes de Reforma la Ley de Libertad de Cultos.
La otra corresponde a Don Miguel Ramos Arizpe, quien nació en 1775 en el antiguo Valle de las Labores, hoy Ramos Arizpe, y murió en 1843. Sacerdote y diputado en las cortes de Cádiz en 1810, en las que abogó por la independencia de México. Estuvo desterrado desde 1814 hasta 1920. En 1822 regresó a México y fue Ministro de Justicia en dos ocasiones (1825-1828) y (1832-1833). En el Congreso de 1842 fue diputado por Puebla.
Según la placa que cuelga de uno de los muros del edificio, se puede leer que originalmente la construcción estaba destinada para albergar a dependencias de educación y de justicia.
Por estos días, aunque nadie ha anunciado su muerte, luce triste y desierto
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1 comentario:

  1. Profesor Juan Cisneros:

    Tiene mucha razón en cada línea de la nota que presenta. Sus comentarios, como siempre, objetivos y con un reclamo justo ante las situiones que nos acontecen día a día.

    En verdad lo felicito.

    Atte.
    Su alumno David C. ENSE

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