CONTRAESQUINA
Jesús R. Cedillo
Cinco sentidos
Publicado el: 13-Septiembre-2007
El que fue considerado el mejor periodista del mundo, el polaco Ryszard Kapuscinski habla de los “cinco sentidos del periodista” y estos son: estar, ver, oír, compartir, pensar. El polaco lo dejó por escrito en un libro de edición no venal, el cual fue publicado por el FCE y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Hoy, a reserva de poner en práctica todos los sentidos, tomo el de “compartir” para esta columna. Y compartir es lo que han hecho varios lectores con quien esto escribe, merced a dos textos publicados en las páginas de Vanguardia en lunas anteriores. Me refiero a un artículo editado en “Semanario” y otro editado en este espacio donde el denominador común fue el siguiente: el periodismo escrito en México.
Uno colega, el otro un lector atento; el primero es el académico y periodista Juan Cisneros Cortés y el otro interlocutor es don Enrique Castillo Romero, hombre de empresa y asaz lector que desmenuza la política local y nacional mejor que cualquier analista de renombre.
El tercero en hacer llegar comentarios a este escritor sobre lo aquí publicado, pero con énfasis en nuestro escritor tutelar de influencia y cabecera, Octavio Paz, es el funcionario público Sergio Guadarrama.
Compartir, dice Kapuscinski, y éste tiene razón. Sin lectores, los periodistas somos fantasmas deambulando en un mar de burocracia, boletines y estulticia oficial. Y para tener lectores, hay que escribir lo que éstos piensan, sienten, ven, huelen y escuchan en la vida cotidiana. Es decir, reflejar la realidad que los lectores, que los ciudadanos padecen (padecemos).
Cito al esteta polaco autor de “Ébano”: “El lector es una persona activa, con sus opiniones y sus preferencias, que compra el periódico y pierde su tiempo leyéndonos porque confía en que allí va a encontrar respuestas a sus preguntas. Si no las halla dejará de leer el periódico o al periodista...”.
Compañero de varias batallas periodísticas y de vida (incluidas buenas parrandas, como debe ser, y donde se conocen los amigos), Juan Cisneros, editor de la revista “Territorio Libre”, invitó a comer a quien esto escribe y disertamos por más de dos horas sobre la práctica del periodismo tanto en la región como a nivel nacional.
Pocos lo saben, pero cuando gobernaba Saltillo el panista Rosendo Villarreal, el periodista Cisneros le enderezaba cotidianamente dardos envenenados desde su tribuna escrita y radiofónica, a lo cual el entonces Alcalde respondió de la única manera que saben hacer muchos panistas: ¡la cárcel!
Esquina-bajan
Tanto con Cisneros Cortés como con don Enrique Castillo, coincidimos en un punto: hace falta la escritura y publicación de perfiles, historias y anécdotas de los periodistas que han dado forma y fondo a esta profesión en Coahuila. Hace falta una buena colección de libros que retraten a estos hombres de acero y roca que eran temidos por su ácida e ingobernable pluma.
Hace falta un buen libro, un buen perfil de vida de don Armando Castilla Sánchez, fundador de esta casa editora que de manera visionaria perfiló lo que ahora se conoce como “La Zona Dorada” de
Saltillo. En la pálida memoria de este columnista aún hierve una frase que éste espetó ante el embate de los políticos: “hay que darles una recordadita periódicamente a estos políticos corruptos acerca de quién es el dueño del diario y de la pluma”.
Hace falta una colección de libros que rescaten el trabajo periodístico de reporteros y escritores como José Alvarado, Mario Loya, Jesús Álvarez del Castillo. Lo anterior claro está, incluyendo alguna estampa de ellos y un análisis de sus textos antologados. Hace falta que don Mariano Farías nos entregue alguna buena colección de tips y anécdotas de su amplia experiencia y bagaje como uno de los mejores periodistas que ha tenido este estado.
Letras minúsculas
Con Vanguardia y mis compañeros redactores, hay buen periodismo para rato. Así sea.
Jesús R. Cedillo
Cinco sentidos
Publicado el: 13-Septiembre-2007
El que fue considerado el mejor periodista del mundo, el polaco Ryszard Kapuscinski habla de los “cinco sentidos del periodista” y estos son: estar, ver, oír, compartir, pensar. El polaco lo dejó por escrito en un libro de edición no venal, el cual fue publicado por el FCE y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Hoy, a reserva de poner en práctica todos los sentidos, tomo el de “compartir” para esta columna. Y compartir es lo que han hecho varios lectores con quien esto escribe, merced a dos textos publicados en las páginas de Vanguardia en lunas anteriores. Me refiero a un artículo editado en “Semanario” y otro editado en este espacio donde el denominador común fue el siguiente: el periodismo escrito en México.
Uno colega, el otro un lector atento; el primero es el académico y periodista Juan Cisneros Cortés y el otro interlocutor es don Enrique Castillo Romero, hombre de empresa y asaz lector que desmenuza la política local y nacional mejor que cualquier analista de renombre.
El tercero en hacer llegar comentarios a este escritor sobre lo aquí publicado, pero con énfasis en nuestro escritor tutelar de influencia y cabecera, Octavio Paz, es el funcionario público Sergio Guadarrama.
Compartir, dice Kapuscinski, y éste tiene razón. Sin lectores, los periodistas somos fantasmas deambulando en un mar de burocracia, boletines y estulticia oficial. Y para tener lectores, hay que escribir lo que éstos piensan, sienten, ven, huelen y escuchan en la vida cotidiana. Es decir, reflejar la realidad que los lectores, que los ciudadanos padecen (padecemos).
Cito al esteta polaco autor de “Ébano”: “El lector es una persona activa, con sus opiniones y sus preferencias, que compra el periódico y pierde su tiempo leyéndonos porque confía en que allí va a encontrar respuestas a sus preguntas. Si no las halla dejará de leer el periódico o al periodista...”.
Compañero de varias batallas periodísticas y de vida (incluidas buenas parrandas, como debe ser, y donde se conocen los amigos), Juan Cisneros, editor de la revista “Territorio Libre”, invitó a comer a quien esto escribe y disertamos por más de dos horas sobre la práctica del periodismo tanto en la región como a nivel nacional.
Pocos lo saben, pero cuando gobernaba Saltillo el panista Rosendo Villarreal, el periodista Cisneros le enderezaba cotidianamente dardos envenenados desde su tribuna escrita y radiofónica, a lo cual el entonces Alcalde respondió de la única manera que saben hacer muchos panistas: ¡la cárcel!
Esquina-bajan
Tanto con Cisneros Cortés como con don Enrique Castillo, coincidimos en un punto: hace falta la escritura y publicación de perfiles, historias y anécdotas de los periodistas que han dado forma y fondo a esta profesión en Coahuila. Hace falta una buena colección de libros que retraten a estos hombres de acero y roca que eran temidos por su ácida e ingobernable pluma.
Hace falta un buen libro, un buen perfil de vida de don Armando Castilla Sánchez, fundador de esta casa editora que de manera visionaria perfiló lo que ahora se conoce como “La Zona Dorada” de
Saltillo. En la pálida memoria de este columnista aún hierve una frase que éste espetó ante el embate de los políticos: “hay que darles una recordadita periódicamente a estos políticos corruptos acerca de quién es el dueño del diario y de la pluma”.
Hace falta una colección de libros que rescaten el trabajo periodístico de reporteros y escritores como José Alvarado, Mario Loya, Jesús Álvarez del Castillo. Lo anterior claro está, incluyendo alguna estampa de ellos y un análisis de sus textos antologados. Hace falta que don Mariano Farías nos entregue alguna buena colección de tips y anécdotas de su amplia experiencia y bagaje como uno de los mejores periodistas que ha tenido este estado.
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Con Vanguardia y mis compañeros redactores, hay buen periodismo para rato. Así sea.
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