martes, 1 de diciembre de 2009

LA ESTUPIDEZ DE JORGE TORRES LÒPEZ ALCALDE DE SALTILLO QUIEN YA RESPONDE AL MOTE DE EL MONIGOTE DE LA GENTE.

Hace unos meses yo pensaba que el Monigote de la Gente (a) Jorge Torres López sólo era estúpido para articular frases y oraciones, ahora, después de leer sus declaraciones acerca de que Aguas de Saltillo, S.A. está corrigiendo sus políticas sociales, pienso que la estulticia no tiene cuna: lo mismo afecta al proletariado que a quienes como él han nacido en pañales de seda.
Convertido en vocero de Agsal, Torres López declara que las cosas han mejorado desde la salida de Rogelio Koehn y con la llegada de Jesús María Tura Torres. Se nota que la estupidez alcaldesca no ha estado nunca a merced del maltrato y la soberbia con que se conducen los empleados menores de la compañía de agua. Es seguro que nunca ha estado en el departamento de quejas a donde concurren por lo menos unos 150 saltillenses diariamente.
Si en la primera de sus declaraciones tácitamente reconoce que las cosas no se hacían bien durante la gerencia del brasileño, la pregunta es ¿por qué no hizo nada por salvar a los saltillenses de multas y abusos?
Por el contrario, sus desdichadas declaraciones donde orondamente daba a conocer que el Ayuntamiento de Saltillo había adquirido el cinco porciento más de las acciones de Agsal, pero que aún no podían poner gerente, porque esto está pactado con Aguas de Barcelona, el socio minoritario que se encarga de la administración.
A diario, los empleados menores de Agsal recorren las calles de Saltillo como perros de presa en busca de tomas clandestinas. Diariamente también cuadrillas de trabajadores de la empresa Cima del Norte, S.A. horadan la piel de nuestra ciudad porque las mangueras que llegan a los domicilios se están tapando y porque reponerlas es un gran negocio: dos mil pesos por reposición.
Y aunque es patrimonio de la empresa, que bajo toda lógica debería correr por los gastos de mantenimiento de su red de agua que robaron con la complacencia de Óscar Pimentel, el hombrecillo de cráneo tonsurado que malgobernaba la ciudad en 2001 y del mismo exgobernador Enrique Martínez y Martínez, pues se sabe que sin la anuencia del gobernante en turno no se mueve ni la hoja de un árbol en el ayuntamiento.
Pero además de lo anterior, la calidad del agua que consumimos los saltillenses está en entredicho pues parece secreto de estado la profundidad desde donde se está bombeando el vital elemento, porque en muchos lugares, en la tubería de cuatro pulgadas ya no queda espacio para que fluya el agua, como sucedió en meses pasados en la calle Netzahuacoytl de la colonia Azteca.
Por otro lado, son mentiras las declaraciones del Monigote de la Gente (a) Jorge Torres López en el sentido de que el contrato cuesta a los saltillenses que habitan en las colonias populares alrededor de un mil pesos, pues existen cientos de casos en los que los usuarios han tenido que pagar, la mayoría de las veces en abonos cantidades que oscilan entre los cinco y los 10 mil pesos por una toma domiciliaria.
Además de lo anterior los mexicanos ladrones al servicio de los bandoleros españoles que en mal momento se asociaron con el Ayuntamiento de Saltillo aplican una multa de 500 pesos, porque no se le puede llamar de otra manera a quien o quienes dejen de pagar durante tres meses consecutivos. Lo anterior lo fundamentan en el artículo 84 de la Ley para los Servicios de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado en los Municipios del Estado de Coahuila de Zaragoza que tiene su nacimiento en los tiempos negros de la inútil administración de Eliseo Mendoza Berrueto.
Pese a que el agua es un bien público, y que miles de saltillenses aportaron en metálico o con trabajo comunitario para la construcción de la red, no hay piedad para ellos, sobre todo para los más desprotegidos económicamente.
Por otro lado, pronto los gachupines gonorreicos han encontrado la forma de alejar la crítica periodística con cochupos y embutes disfrazados de publicidad a los medios de comunicación.
Lo más grave de todo es la falta de organización social del pueblo ante una actitud deleznable de las autoridades de los tres niveles de gobierno. El liderazgo social se encuentra ausente, por eso tanto abuso de una empresa que no debería existir con esa actitud atrabiliaria que no sólo roba el dinero del proletariado, sino que zahiere la inteligencia de algunos sectores sociales.
Ante una actitud pasiva del pueblo, es muy fácil que hayan sobrevivido todos los alcaldes y el Monigote de la Gente no podía ser la excepción, más cuando proviene de la rancia burguesía explotadora de Saltillo, pues no debemos olvidar que es primo de Manuel López Villarreal y de Rosendo Villarreal Dávila.

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