martes, 1 de diciembre de 2009

GRUPO INDUSTRIAL SALTILLO, LA BANCARROTA. EL INFIERNO DE LA EXPLOTACIÓN IMPIA

El miércoles 29 de octubre de 2008 la delgada franja de lectores de periódicos de Coahuila desayunaba sorprendida por un texto extraño que al primer vistazo parecía fuera de lugar; sin embargo, al comenzar su lectura bajo el pomposo título de EL GRUPO INDUSTRIAL SALTILLO, INSTITUCIÓN EJEMPLAR DE LA INICIATIVA PRIVADA DE COAHUILA, así, con mayúsculas negritas, se empezaba a colegir que éste representaba un espaldarazo a al otrora más grande consorcio explotador de Saltillo.
En el cuerpo del escrito se revaloraba la visión de su fundador Isidro López Zertuche sin escatimar ningún epíteto eufónico para sus sucesores Isidro y Javier López del Bosque, quienes a lo largo de sus vidas acumularon cargos suficientes para ser calificados por el pueblo como los más infames de los explotadores en muchas leguas a la redonda, y por lo tanto, dueños del fantasma del hambre que ha merodeado sobre las mesas de los trabajadores en las últimas ocho décadas.
Durante los primeros días de octubre el GIS era señalado por las autoridades financieras y hacendarias del gobierno federal junto con Cemex y Comercial Mexicana de haber especulado con moneda extranjera, propiciando la salida del país
de la décima parte de las reservas en dólares con las que contaba el Banco de México hasta los últimos días de septiembre.
Los rumores de que el GIS se encontraba en bancarrota circulaban como reguero de pólvora en los mercados financieros y la versión de Joaquín López Dóriga difundida en cadena nacional acerca de que Grupo Industrial Saltillo había declarado concurso mercantil, era desmentida de manera enfática por Jorge Verástegui, vocero del holding. El concurso mercantil es un procedimiento judicial para empresas o comercios que por falta de liquidez, no pueden pagar a sus acreedores. La sola insinuación de la quiebra constituía un agravio para la soberbia del otrora poderoso grupo industrial, que aún en su ocaso mantiene bajo el proceso de infame explotación a unos siete mil trabajadores, entre operarios fabriles y obreros de cuello blanco.
En las circunstancias anteriores se entiende el penúltimo párrafo del texto en comento que a la letra dice: “Cuando el entorno internacional sacude a las economías de todo el mundo y las empresas nacionales se aplican en superar una crisis global, es momento propicio para que reconozcamos la capacidad que gracias a su disciplina administrativa el Grupo Industrial Saltillo ha mostrado a lo largo de su existencia para sortear las dificultades que en diferentes momentos le han impuesto las severas crisis y fuertes turbulencias de los mercados comerciales, financieros y bursátiles. No obstante esto, siempre ha mantenido su superior aportación como generador de em
pleos, distribuidor de ingreso, contribuyente responsable, impulsor practicante de la concordia y la dignidad laboral, así como participante altruista y filantrópico en las mejores causas de la comunidad”.
Llaman también la atención las firmas que aparecen al calce del escrito: Humberto Moreira Valdés, gobernador constitucional; Horacio del Bosque Dávila, presidente del sin H. Congreso del Estado; Gregorio Alberto Pérez Mata, presidente del Tribunal Superior de Injusticia; Gregorio García Rodríguez, director de la Escuela Normal Superior; Mario Alberto Domínguez García, director de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila; Rosa Argelia Arriaga Reyes, directora de la Escuela Normal Regional de Especialización; además, también firman la carta de desagravio al GIS, el biologuete Arturo González González quien actualmente funge como director del Museo del Desierto y sobre quien pesan acusaciones de tráfico de fósiles; antes regenteó la dirección de ecología durante los tiempos negros de Rosendo Villarreal como alcalde; Teresa Medina Ramírez (a) la Rata Cetemista y quien carga con la acusación callada de los obreros de vender sus derechos; hasta un sonorense estampa su rúbrica: Jorge Mazón Salazar en su calidad de presidente del Club Rotario 100, pero igual que el resto de los firmantes, nada sabe de los crímenes de lesa humanidad cometidos por los dueños del Grupo Industrial Saltillo durante los primeros 80 años de su existencia. Ninguno de los firmanes estuvo sometido alguna vez a la magra paga y al infame trato que reciben los obreros de parte de los fieros capataces de la industria saltillense.
Por otra parte, el desplegado periodístico representa también un traspié ideológico del gobernador Humberto Moreira Valdés quien desde sus primeras incursiones en la vida pública, ha pugnado a través de su discurso por una justicia social que no se implantará en estas latitudes, mientras existan empresarios con la mentalidad explotadora de los dueños del GIS cuyo aullido por los estragos que les ha causado la tempestad financiera, se ha escuchado en todos los confines del mundo del dinero.
Desplegados similares fueron publicados en otras entidades del país con el mismo fin: desagraviar a los barones del dinero tendiendo una cortina de humo que los librara de las acusaciones públicas proferida por Agustín Carstens y Guillermo Ortiz, Secretario de Hacienda y Director de Banxico respectivamente, tocante al acaparamiento de divisas en el mercado de derivados que contribuyó a la caída del peso.
La acusación de sacadólares y como consecuencia de apátridas dolió en las negras y purulentas entrañas del gigante provinciano dedicado originalmente a la fabricación de bacinicas y ollas de peltre para el mercado nacional, pero que con el paso de los años diversificó sus productos extendiéndose a las industrias automotriz y de la construcción. Por eso la desesperación con la que Jorge Verástegui -vocero del holding- señalaba enfático en rueda de prensa celebrada el 13 de octubre: “en ningún momento especulamos”. No obstante el énfasis del funcionario, el señalamiento ya estaba hecho, aunque luego vendría el reculamiento de las autoridades financieras y hacendarias del país.
Pero independientemente de lo anterior, lo cierto es que los últimos meses han sido negros para el corporativo saltillense que ya siente el agua hasta el pescuezo pues luego de poner en venta casi de garage a la Compañía Industrial del Norte (Cinsa) en 600 millones de pesos, con lo cual calcula que podrá apenas cubrir el 22 porciento de sus pasivos, puso en venta también el Recreativo Isidro López Zertuche que funcionaba desde el 15 de mayo de 1991 muy cerca de la confluencia del bulevar Fundadores y calle Urdiñola al poniente de Saltillo.
Tan mal iban las cosas en el GIS, que por primera vez en ocho décadas, su consejo de administración es presidido por Adán Elizondo, un elemento ajeno a la dinastía de Isidro López Zertuche, fundador del cártel industrial de Saltillo.
Del entorno financiero internacional se puede inferir que sólo una contingencia gravísima pudo hacer que el Grupo Industrial Saltillo tuviera que repudiar la sangre de su fundador removiendo de la copresidencia del consejo de administración a Juan Carlos López Villarreal y a Ernesto López de Nigris cediendo de esta manera el paso a Adán Elizondo Elizondo tan sólo tres semanas después de la muerte de Isidro López del Bosque quien había sucedido en 1959 a su padre Isidro López Zertuche al frente de las empresas.
Sólo una circunstancia de gran envergadura como la crisis global pudo permitir que se exhibiera el principio de Peter de los sucesores de Javier e Isidro López del Bosque. La tercera generación ya no pudo. Y esto debe de doler en la honra industrial, antes vanidosa y soberbia.
Cuando un emporio tan poderoso como el GIS con ventas anuales que superan los mil millones de dólares tiene que recurrir al patrimonio colectivo de su contraparte constituida por los dirigentes charros que encabeza la rata de la CTM Tereso Medina Ramírez, las cosas no pueden marchar bien. El anuncio de que el centro recreativo Isidro López Zertuche sería adquirido por las ratas que han regenteado los intereses de los trabajadores causó estupor en distintos sectores. Ante una propuesta ciudadana de que GISSA donara las instalaciones para evitar que la UAC construyera el nuevo edificio en despoblado de Arteaga, el corporativo guardó silencio. El motivo: su bancarrota.
Cuando un clasemediero vende su automovil para pagar deudas, invariablemente pierde seguridad y su autoestima merma porque siente que su vida desciende a los infiernos. El nueve de agosto de este año, el periódico Zócalo de la Gente –cuasivocero del PRI-Gobierno- anunciaba que el corporativo había vendido Aerogisa, S.A. de C.V., una empresa que prestaba servicios al grupo, funcionarios y familiares. El precio de venta fue de aproximadamente cinco millones de dólares. En su edición de ese día Zócalo de la Gente resume:
· El 1 de mayo de este año murió Isidro López del Bosque.
· El 8 de mayo Adán Elizondo Elizondo tomó las riendas del Grupo Industrial Saltillo como presidente ejecutivo del Consejo de Administració mientras Ernesto López de Nigris tomaba la presidencia de operaciones del Sector Fundición integrado por Cifunsa y Technocasta y Juan Carlos López Villarreal se hacía cargo del control de operaciones de Recubrimientos, Calentadores y Artículos para el Hogar.
· El 18 de junio la empresa anunció que desincorporaba de su portafolio el 49 porciento de participación que mantenía en la compañía Ditemsa, S.A. de C.V., dedicada a la fabricación de herramentales para la industria automotriz. La compradora fue ARRK North America Holdings.
· El 15 de agosto el Grupo Industrial Saltillo anunció el cierre formal del Centro Recreativo y Deportivo Isidro López Zertuche que hoy se sabe adquirirá la Rata Cetemista Tereso Medina Ramírez a un precio que aún se desconoce.
· El jueves 4 de septiembre el Grupo Industrial Saltillo anunció en la Bolsa Mexicana de Valores la venta de su filial Cinsa perteneciente al área de Hogar en 57 millones de dólares.
· En los primeros días de octubre GISSA fue acusada junto con Cemex y Comercial Mexicana como sacadólares.
· Y para rematar octubre negro, el 29 Standard & Poor’s colocó las calificaciones de riesgo crediticio en escala nacional (CaVal) de ‘mxA-‘ de Grupo Industrial Saltillo S.A.B. de C.V. en listado de Revisión Especial (CreditWatch) con implicaciones negativas tras el anuncio de la empresa sobre la extemporaneidad en la entrega de los resultados al tercer trimestre de 2008. En el portal de internet de GISSA aún no aparecen los resultados del tercer trimestre por lo que en este espacio se procederá al somero análisis de los números publicados el 25 de julio correspondientes al primer semestre de este año.
De acuerdo con datos publicados en la columna Tiempo de negocios que firma Darío Celis en el periódico Excelsior, Adán Elizondo Elizondo tendrá que pagar 83 millones de pesos de la siguiente manera: el 22 de diciembre 32 millones de pesos a Banamex; el 26 de diciembre 45 millones a Banco del Bajío, y tres días después, el 29 del mismo mes seis millones a Mercantil CB. Como se puede advertir, las deudas, sólo con estos bancos a cortísimo plazo se encuentra entre los siete y los ocho millones de dólares con un mercado norteamericano casi colapsado en la industria automotriz, y con escaso flujo de efectivo producto de la recesión global en la que los clientes del GIS se encuentran también entrampados en la crisis inmobiliaria que envuelve al país del norte. Muy lejos se ve diciembre de 2004 en que GISSA anunciaba las negociaciones con Caterpillar Inc para la construcción de una planta para la fabricación de monoblocks en la que invertiría 100 millones de dólares. Hoy la turbulencia internacional socava los cimientos del imperio explotador más grande de Saltillo.
En el reporte de resultados de GISSA del segundo trimestre de 2008, el corporativo muestra que aunque hubo un crecimiento de 25% medido en dólares y de un 18% en pesos contra las cifras del año anterior, el resultado de Operación (UAFIR) del 2T08 fue negativo por cuatro millones de dólares; las siglas UAFIR significan en el argot contable Utilidad antes de [gastos] financieros, impuestos y retenciones.
Los argumentos que expone el corporativo en sus considerandos previos a la presentación del estado de resultados son los aumentos a las materias primas y los energéticos que afectaron a los sectores de fundición de hierro y así lo refleja su estado de pérdidas y ganancias en el rubro de costo de ventas que ascendió de 3,616 a 4330 millones de pesos de un total de ventas de 4,940, con lo cual desde el primer trimestre de 2008 acumula una UAFIR negativa (pérdida) de 293 millones de pesos. Todo esto antes del proceso de depreciación y amortización. Además, los rubros de productos financieros y fluctuación cambiaria aparecen en rojo en el documento que aparece en el portal de internet de Grupo Industrial Saltillo S.A.B. de C.V.
Hasta el 30 de junio de 2008 GISSA contaba con 728 millones de pesos en efectivo e inversiones temporales; además, la cantidad neta de cuentas por cobrar a clientes se ubicaba en 2,165 millones de pesos; otras cuentas por cobrar por 245 millones; inventarios por 1,268 millones; en otros activos circulantes tenía 43 millones; el valor de inmuebles, planta y equipo ascendía a 5,764 millones; y en otros activos tenía 1,029 millones de pesos que en total sumaban 11,242 millones de pesos, una cantidad nada despreciable que convertida a dólares arroja la impresionante suma de 865 millones al tipo de cambio de 13 pesos por dólar.
No obstante lo impresionante de la suma anterior, GISSA tiene en sus pasivos créditos bancarios a corto plazo por 229 millones de pesos; una porción circulante de la deuda a largo plazo por 559 millones de pesos, deudas con proveedores por 1,737 millones de pesos; además, debe por conceptos de participación de los trabajadores en las utilidades del ejercicio anterior y de impuesto sobre la renta la cantidad de 799 millones de pesos. Por los conceptos de créditos bancarios y otros pasivos a largo plazo e impuestos diferidos, el GIS debe 1,845 millones de pesos, con lo que su capital contable se ubica en 6,073 millones de pesos.
Con los números anteriores el asunto iría a todo mecate si no fuera porque los clientes gringos pueden convertirse en mulas y con esto GISSA dejaría de recibir, al menos en el corto plazo 2,165 millones de pesos, y si esto sucede como así lo tienen previsto los altos funcionarios del otrora gigante provinciano de la industria, se detendrían las ventas, por lo que el rubro de inventarios por 1,268 millones de pesos se convertiría también en mercancía mula.
Si el asunto se mira del lado de los pasivos, las cosas se complican, porque la supuesta liquidez de 728 millones de pesos con que contaba el GIS hasta el 30 de junio del año en curso, no es suficiente para cubrir 229 millones de pesos por concepto de créditos bancarios a corto plazo y 799 millones que le debe tanto al fisco como a los trabajadores por concepto de participación de éstos en las utilidades; además, de acuerdo con el documento, el corporativo debe otros 52 millones de impuestos que ha ido difiriendo.
Si a la calificación de riesgo crediticio otorgada por Standard & Poor’s para las acciones del Grupo Industrial Saltillo se le suma la modificación a la baja que también hizo el 10 de octubre Fitch Ratings la situación se pone muy fea para el corporativo saltillense, “pues con esto la calificadora estima que la perspectiva de fortalecimiento en la posición financiera de GISSA no se alcanzará como consecuencia del entorno económico prevaleciente, así como por el anuncio por parte de la compañía de un cargo a resultados al 30 de septiembre de 2008 por un monto de alrededor de 600 millones como consecuencia del reconocimiento del valor razonable atribuible a instrumentos financieros derivados”, según el portal de internet de MILENIO.COM del 10 de octubre.
Además, el sitio da cuenta de que el corporativo enfrentará en febrero de 2009 la amortización de un certificado bursátil por 508 millones de pesos.
Para rematar el panorama negro, en la sección DINERO del diario Vanguardia el 17 de noviembre se publicaba una nota en la que ya se usaba el término bancarrota para el GIS y se establecía que las acciones del holding saltillense habían caído 72.39% pasando de 18 pesos con 47 centavos desde la última jornada en el 2007 de la Bolsa Mexicana de Valores a cinco pesos con 10 centavos cada una de las cerca de 300 millones de papeles emitidos por GISSA.

Concurso mercantil. Reconocimiento de bancarrota.

La sola posibilidad de que el Grupo Industrial Saltillo se acoja a la Ley de Concursos Mercantiles generaría un desmadre de tamaño internacional por la envergadura del corporativo que mantiene relaciones comerciales con muchos países del orbe








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