Hace unas semanas se supo que sólo tres de cada 10 profesores aprobaron el examen de oposición y lo más grave es que de esos tres la mayoría pasaron de panzazo por lo que es fácil inferir que no saben leer y tienen problemas para dominar las operaciones básicas de la aritmética.
Lo anterior demuestra que el subsistema de escuelas normales en el país funciona en medio de la podredumbre que se genera en el Sindicato Nacional de Trabajadores de
Guevara Niebla sostiene en su libro La catástrofe silenciosa que el subsistema de normales del país se nutre con los funcionarios sindicales que al término de su trabajo en las distintas carteras del SNTE se reintegran a la docencia en alguna escuela normal porque éstas se encuentran homologadas al Instituto Politécnico Nacional por lo que las percepciones salariales son más altas que en las escuelas secundarias y de educación básica.
Gilberto Guevara deja claro que la grilla sindical no va de la mano con la inclinación a la cultura y sostiene que las deficiencias académicas de los exfuncionarios sindicales son dolorosamente monumentales.
En Coahuila, por una decisión tomada por el dirigente de
Las víctimas directas son los miles de alumnos de primaria y secundaria que son promovidos a los grados superiores sin el dominio pleno y total de los contenidos de los programas educativos, porque ni siquiera los profesores los dominan. Lo anterior es harto doloroso porque el magisterio nacional adherido al SNTE diariamente trabaja para conformar una patria que se nos está diluyendo entre las manos por el analfabetismo funcional que campea en los cuatro puntos cardinales del país. Según la prueba ENLACE (Examen Nacional para
Por lo anterior no es gratuito que en la pujante e industriosa capital de Coahuila donde se presumen los puentes de la gente sólo haya dos o tres librerías con escasa oferta, pues para conseguir la obra de Truman Capote, el autor de los textos A sangre fría, Música para camaleones, Los perros ladran y Desayuno en Tiffanys, tuve que ir a la librería Ghandi en Monterrey y a las librerías subterráneas del metro en Ciudad de México. Las bibliotecas públicas funcionan en las mismas condiciones dolorosas: no hay lectores. En la obra
En México, donde de acuerdo con el artículo tercero de
En febrero de 1992 en su número 170 la revista Nexos publico un largo artículo de Gilberto Guevara Niebla bajo el título de El malestar educativo en el que el autor expresa que “La educación es una parte privilegiada de nuestra herencia institucional y cultural. Desde el momento en que México se liberò de la tutela colonial, hombres distinguidos como el doctor José María Luis Mora y Valentín Gómez Farías vieron en la educación una palanca formidable para lograr la liberación del pueblo mexicano del influjo espiritual del feudalismo y el colonialismo. El ideal democrático, decía el Nigromante, se consumaría combinando ayuntamientos con escuelas. Algunos liberales de
Definitivamente, la redención de las masas en nuestro país no se ha logrado a través de la educación pública y por el contrario, cada vez se fortalece más la educación privada que va dirigida a las élites de este país porque los ricos si saben el valor de la educación. El pueblo no, por eso vemos que dirigentes charros como Tereso Medina Ramírez de
Por otra parte, es injusto culpar de la maldad educativa sólo a los profesores, porque éstos no son más que proletarios de cuello blanco y para cerrar cito de memoria un párrafo del libro El triste porvenir de los países latinoamericanos de Francisco Bulnes, el escritor maldito quien sostiene que cuando en la alimentación de un pueblo faltan las proteínas, la imaginación se paraliza, los impulsos cesan, se declara la inanición mental con el delirio lúgubre de un silencio absoluto del que surge una tumba sin inscripción: la del carácter. Pueblos sin carácter no pueden ser demócratas.
Pero, ya sea por el carácter convertido en un silencio absoluto, por la alimentación a base de maíz y fritangas o por la burrez del magisterio nacional, la realidad es horrorosa: la educación pública no sirve.
Para Dictamen Radiofónico
Juan Cisneros Cortés
No hay comentarios:
Publicar un comentario