domingo, 25 de mayo de 2008

Fraude en la Sección 38 del SNTE.

CARLOS MOREIRA VALDÉS TIENE LA RESPONSABILIDAD DE METER EN LA CÁRCEL A FRANCISCO BENITO PARRA MIRELES. EL ROBO A LA SECCIÓN 38 DEL SNTE NO DEBE QUEDAR IMPUNE.

En el magisterio estatal existe descontento porque a más de cinco meses del arribo al poder de Carlos Moreira Valdés las cosas siguen igual. La permanencia en los puestos sindicales de los ladrones del ayer lastima a los trabajadores de la educación, por lo que el nuevo dirigente está obligado moralmente a castigar a quien o a quienes han desviado los fondos sindicales.
Indudablemente, el castigo tiene que ser la cárcel. Hay muchos indicios que permiten establecer responsabilidades. Este es un momento de decisión para Carlos Moreira que además cuenta con todo el apoyo del poder político. No en balde es el hermano del gobernador.
La fortuna de Francisco Benito Parra Mireles ofende la dignidad de los profesores adheridos a la Sección 38. No es concebible que un profesor tenga gustos tan elitistas como la cacería, cuente con ranchos cinegéticos, negocios de ferretería, lugares privados de evasión y el dinero suficiente para colmar los placeres terrenales cambiando de mancebos a placer.
Si el desvío de dinero en la construcción del edificio queda impune, Carlos pasará a la historia del sindicalismo como un hombre sin carácter que no tuvo los cojones suficientes para meter en la cárcel a quienes han robado no sólo el dinero, sino la esperanza en la organización de miles de trabajadores.
Aunque se sabe que Parra Mireles no es el único ladrón, sí es el que más huellas de sus latrocinios ha dejado impresas en las posesiones que ostenta públicamente aunque no las tenga anotadas en el Registro Público de la Propiedad.
Para el profesorado estatal no hay vuelta atrás. Francisco Benito Parra Mireles debe ir a la cárcel y devolver los 80 millones de pesos que se robó en la construcción del edificio sindical.
Que este sea el primer paso para que el magisterio del estado adquiera conciencia y evite que en el futuro, gente sin escrúpulos vuelva a saquear las arcas sindicales.
Si se dan las cosas, Parra Mireles no será un chivo expiatorio, porque es un ladrón asqueroso.
Carlos debe hacer a un lado la piedad y erigirse en lo que la gente espera de él: un buen dirigente.

Caminito de la cárcel, apurándose a llegar...

Francisco Benito Parra Mireles roba 80 millones de pesos en la construcción del edificio de la Sección 38 del SNTE en Saltillo, Coah., Méx.

Durante los primeros días de diciembre de 2007, cuando ya estaba claro que el Gobierno de la Gente establecería la requisa a la Sección 38, Francisco Benito Parra Mireles intentaba dar marcha atrás a la actitud soberbia con la que se había comportado durante los últimos cuatro años, en los que se había sentido el heredero del botín suculento que representa la secretaría general.
Quienes en ese tiempo veían a Parra Mireles, lo recuerdan nervioso, inquieto y lleno de temores. Cuentan que una tarde entró, abatido, en la oficina de uno de sus pares y le dijo:
- Ya ves como están las cosas.
En la penumbra, detrás del escritorio, un rostro frío sólo asentía. Ni una palabra. Al darse cuenta de que el recuerdo de traiciones flotaba en el ambiente, la Paca Perra concluía con el rictus del miedo reflejado en su rostro:
- A ver cómo nos va, manito.
Y se fue. Salió de la oficina contoneándose con su peculiar modito de andar.
Al despuntar el último mes del año había incertidumbre entre los principales dirigentes de la otrora poderosa sección sindical del SNTE. Aunque aún no era un hecho, ya se sabía que la labor de cabildeo, tejida por Alfonso Cepeda Salas en la Ciudad de México con Elba Esther Gordillo, la dueña del sindicato más grande de Latinoamérica estaba por llegar a su fin con el objetivo de colocar a Carlos Ariel Moreira Valdés como dirigente de la Sección 38. El movimiento había empezado desde los últimos días de abril con el torpedeo a la dirigencia de Alejandro Campos García a través del periódico Vanguardia.
El fin de semana posterior al último día de clases, los rumores corrían con la poca información que filtraban los delegados al congreso. Unas horas después se anunciaría que Carlos Moreira era el nuevo dirigente de la Sección 38. El Cártel de los Moreira había requisado a la sección sindical y la vieja nomenklatura salía, temerosa y cabizbaja, con la única idea de salvar cada uno su pellejo. Alejandro Campos sólo había podido, a través de la negociación política dejar a tres de sus incondicionales: Francisco Benito Parra Mireles en el Servicio Médico, Juan Manuel Armendáriz Rangel en el Seguro del Maestro y Alejandro Durón Ibarra en el Fovi, los tres, pájaros de cuenta cuyas fortunas personales se habían acrecentado de manera inconmensurable durante los últimos años.
Después de calzarse las botas del generalato treintaiochesco Carlos Ariel haría roncar su pecho acusando de rapiña e ineptitud a los dirigentes anteriores. El honor, colgado con alfileres de que hacía gala la vieja nomenklatura sindical rodaba por los suelos. El nuevo dirigente se escudaba en los tres poderes del estado de Coahuila para deslizar lo que antes tanto se había negado: la quiebra de las instituciones de seguridad social. Durante más de dos décadas, Pensiones, Servicio Médico, Seguro del Maestro y el Fovi habían sido saqueadas, convertidas materialmente en palancas del desarrollo de la economía de los administradores del ayer.
Si para Benito Parra Mireles enero se había vestido de gris, los días de mayo se desgranaban envueltos en el ropaje negro de la incertidumbre, pues los rumores sobre el fincamiento de responsabilidad por el delito de peculado corrían de uno a otro confín de la Sección 38 que cuenta con agremiados en la mayoría de los municipios del estado.
Fundamentalmente se le acusaba a él de haber desviado alrededor de 300 millones de pesos desde su posición como tesorero en la administración de Alejandro Campos García y encargado de la construcción del edificio sindical, cuya estructura lastimosa se levanta en los patios del recreativo Carlos Jongitud Barrios, ubicado al pie de la Sierra Zapalinamé, a 20 kilómetros del centro histórico de la capital coahuilense.
Algunos de sus colaboradores cuentan que en la penumbra de su oficina se le ha visto llorar con desconsuelo, desesperado, temeroso de que se le confisquen las decenas de bienes malhabidos que ha logrado acumular en su ya larga carrera de bandido del sindicalismo magisterial. La vieja canción de ‘ca-mi-ni-to de la es-cue-la…’ hoy se ha transformado en parodia que tararean algunos profesores como‘ca-mi-ni-to de la cár-cel… apurándote a llegar’.

El edificio sindical.

La mañana del domingo 27 de abril, los dirigentes de las delegaciones de la Sección 38 acompañaban a Carlos Ariel Moreira en el centro recreativo Carlos Jongitud Barrios. Habían ido, ex profeso, a conocer el edificio sindical, el bodrio levantado con toda la rapiña del mundo por Francisco Benito Parra Mireles.
Durante el recorrido, más de 60 representantes delegacionales podían advertir las fallas en los sistemas hidráulico y eléctrico; la distribución de los espacios diseñados de manera mezquina y la pésima calidad de los materiales utilizados durante su edificación.
En el edificio, al fondo del lobby, un letrero con estilo muy profesoral que ignora la cacofonía y el uso de las mayúsculas, reza agresivo: “NO RECARGARSE POR FAVOR”, un poco antes, sobre su pedestal, una estatuilla de cuerpo entero de la hiena magisterial Elba Esther Gordillo con un envase de unicel con la marca cocacola como adorno; colgando de la pared, un largísimo rollo verbal en letras doradas –también puras mayúsculas- que por respeto a la salud mental y a la inteligencia de los lectores de este medio, no se reproduce.
La construcción con forma de hemiciclo consta de tres cuerpos de tres niveles y mira hacia el poniente. Al centro del semicírculo se levanta una especie de obelisco sin sentido en cuya base se advierte una pileta de mal gusto que se encuentra rodeada de árboles tiernos y pasto en eclosión. A la derecha del que mira se levanta el edificio del Servicio Médico; a la izquierda el auditorio y las oficinas del Fovi, Seguro del Maestro y Pensiones; al centro se encuentra la parte que albergará, algún día, el despacho sindical.
Una cantidad inmensa de cajones de estacionamiento recibe al visitante; unos metros al poniente, decenas de patrullas de la Policía Federal Preventiva se encuentran estacionadas afuera del hotel que funciona en el extremo surponiente del centro recreativo de los profesores estatales, enfrente del complejo sindical que ha nacido condenado a convertirse en elefante blanco. (Esta expresión se atribuye a posesiones que tienen un costo de manutención mayor a los beneficios que aportan).
Los colores de la fachada son suaves a la vista. Su claridad irradia buen gusto. Esta es la parte hermosa del edificio. En la parte posterior, tambos de impermeabilizante de la marca Protexa permiten inferir que los techos no fueron tratados adecuadamente. Una de las paredes del edificio de Pensiones se encuentra manchada de piso a techo con un color negruzco. El edificio central, destinado a ser la sede del poder sindical que albergaría al secretario general y al resto de los miembros del CES cuenta con un sótano para unos diez vehículos. Se supone que los diseñadores del proyecto pensaron en alejar de las masas profesorales a los líderes supremos, pues del sótano se sube al primer piso por una escalerilla incómoda de peraltes desparejos que parece boca de lobo. En el mismo zulo se encuentra la central eléctrica y por doquier se advierten cables sueltos y albañales sin rejillas.
Dentro del edificio, los jefes de las delegaciones sindicales de la Sección 38 quedaban atónitos ante la mezquindad de los espacios destinados al trabajo cotidiano, pero al llegar a la oficina de la secretaría general la sorpresa los dejaba sin aliento por el dejo faraónico que había sido impreso en este lugar: Francisco Benito Parra Mireles lo había diseñado para él. Ya se sentía el máximo dirigente.
Al llegar a este lugar, Carlos abrió un fólder que llevaba bajo el sobaco y les dijo palabras más, palabras menos:
- ¿Cómo ven? Según el despacho que se contrató para el avalúo nos comunica que el edificio no vale más de 25 millones de pesos y nos lo metieron en 160. ¿Qué hacemos?
Los delegados respondieron casi al unísono a la pregunta mayeútica:
- Chíngatelos a todos, Carlos.
Días después corría el rumor de que Francisco Benito Parra Mireles lloraba desconsolado en su oficina, porque sabe que si Moreira Valdés decide amarrarse los cojones, le espera una larga temporada a la sombra, en el Cereso de Saltillo por el delito de fraude y otros que le resulten por haber dispuesto del patrimonio colectivo de los profesores estatales, y haber desviado los fondos públicos de las instituciones de seguridad social de la Sección 38.

Así se maquinó el fraude…

Carlos Moreira Valdés sabe todo lo que a continuación se narrará, por eso no se comprenden los motivos por los que no ha pasado de las bravatas a los hechos encarcelando no sólo a Parra Mireles, sino también a Juan Manuel Armendáriz Rangel y a Alejandro Durón Ibarra. El sustrato de la historia es la rapiña del extesorero en la administración de Alejandro Campos, quien maquinó el megafraude no sólo a las instituciones y a la tesorería de la Sección 38, sino que hipotecó por diez años la esperanza de muchos profesores para adquirir una vivienda, porque del Fovi saldrá el dinero para pagar el crédito de 70 millones de pesos más 53 millones de intereses que fueron desviados monda y lirondamente por Francisco Benito Parra Mireles. Otras aristas del ya famoso megafraude se han tratado en ediciones anteriores de esta publicación, pero se abordarán de nuevo para que el lector del magisterio tenga una idea clara de la rapiña de muchos de sus exdirigentes. Las pruebas están en las propiedades que se encuentran dentro y fuera del país, pues se sabe que Armendáriz Ragel posee bienes inmuebles en Houston, Texas.
La historia.
En 1988, Juan Manuel Armendáriz Rangel se estrenaba como Presidente del Consejo de Administración del Servicio Médico, en ese puesto conoció a Marco Fernández quien a la sazón era proveedor de medicamentos de esta institución, dueño de giros negros y además constructor inescrupuloso.
Como dentro del magisterio estatal la mayoría está al tanto de la rancia amistad entre Armendáriz Rangel y Alejandro Campos García en ese entonces responsable de la Dipetre, éste recibió a Marco Fernández y le encargó la construcción de un inmueble en la región Carbonífera. Después se harían compadres.
Ya como secretario de finanzas de la Sección 38 del SNTE Francisco Benito Parra Mireles completaría el cuarteto. En esos tiempos se empezó a fraguar el gran golpe a las finanzas de las instituciones de seguridad social. Se sabe que Alejandro Campos García a la sazón secretario general delegó la responsabilidad de levantar el edificio en despoblado en el tesorero y éste a su vez, ya investido de plenos poderes, lo primero que hizo fue asociarse con Marco Fernández en la compañía Trecasa, S.A. de C.V., luego, en una reunión a la que asistieron todos los titulares de las diferentes carteras y los presidentes del Fovi, Pensiones, Seguro del Maestro y Servicio Médico, se tomaría el acuerdo de solicitar un crédito al Gobierno Estatal por… ¡70 millones de pesos!
Por instrucciones del gobernador Humberto Moreira, la secretaría de finanzas les negó el crédito, pero ofreció su intervención ante la banca privada para agilizar el financiamiento. Le tocó al Dr. Sergio Fuentes, Director de Políticas Financieras dar la cara ante los funcionarios de Scotiabank Inverlat para que la Sección 38 obtuviera el crédito de 70 millones de pesos, casi siete millones de dólares.
Después de que el dinero estuvo disponible Francisco Parra haría otros ajustes al transferir la suma millonaria de Scotiabank Inverlat al Grupo Financiero HSBC por razones aún desconocidas pero sí inferibles. Sólo él tenía acceso al dinero en esta cuenta.
Según el libro de actas de acuerdos tomados en el seno del Comité Ejecutivo Seccional, ahí mismo se acordó que cada una de las cuatro instituciones de seguridad social aportaría mensualmente 600 mil pesos a fondo perdido; además, se sabe que el CEN del SNTE había aportado ya cinco millones de pesos con los que despegó la obra en diciembre de 2006.
Según una nota informativa firmada por el reportero José Reyes aparecida el 11 de febrero de 2007 en el rotativo Vanguardia de la capital del estado, se anunciaba que apenas se estaba gestionando el crédito bancario.
Para la obtención del crédito, el Fovi hipotecó el Centro Recreativo del Magisterio Carlos Jongitud Barrios que tiene un valor en libros de 120 millones de pesos, exactamente la cantidad que tendrá que pagarse por concepto de capital más intereses en los próximos diez años.
Se sabe también que mensualmente Parra Mireles exigía puntualidad a los titulares de las instituciones de seguridad social de la Sección 38 con el argumento de que la construcción del edificio sindical no podía detenerse.
La compra de materiales y el pago de salarios de los albañiles contratados por Trecasa S.A. de C.V., constructora manejada por el hijo de Marco Fernández, corrían a cargo de Francisco Benito Parra Mireles. Durante 14 meses se exprimió diariamente al Fovi, Pensiones, Seguro del Maestro y Servicio Médico con 86 mil 666 pesos con 66 centavos. Al concluir el edificio, las instituciones de seguridad social habían erogado 36 millones 400 mil pesos, 3.5 millones de dólares.
Se rumorea también que gran parte de los materiales usados en la obra fueron vendidos o coyoteados por Parra Mireles a través de Materiales Ferreparra, empresa propiedad del extesorero sindical, pero que funciona a través de prestanombres, según se infiere del tren de vida que llevan los supuestos socios de este negocio.

Fovi-Sección 38, el pagano.

El Fondo de la Vivienda de la Sección 38 del SNTE, es una institución que nació el 29 de abril de 1986 mediante el decreto 63 del Congreso del estado, durante los meses en que el gobierno de José de las Fuentes acusaba los últimos estertores agónicos.
Teóricamente, su funcionamiento debería ajustarse a la normatividad financiera que rige al Infonavit para dotar de vivienda de interés social a los trabajadores de la educación, con el producto de las aportaciones que el Gobierno del Estado ha hecho a la institución durante más de dos décadas y no servir sólo de aval, entre los bancos y los adquirientes de vivienda.
Debido a lo anterior, el valor en libros del Fovi debe de oscilar entre los 3,500 y los 4,000 millones de pesos si se toma en cuenta que actualmente el Gobierno del Estado aporta a la institución alrededor de 11 millones 250 mil pesos mensuales, aproximadamente 135 millones anuales.
Como en general, el gremio profesoral padece un altísimo grado de analfabetismo funcional porque no lee ni en defensa propia, no sabe que el Gobierno del Estado aporta el cinco porciento del total de una nómina de cerca de 15 mil trabajadores de la educación cuyos ingresos en promedio se acercan a los 7 mil 500 pesos mensuales. Esto hace del Fovi la institución más sana, la más próspera, y la que ha permitido el desvío millonario de recursos durante su existencia. Prueba de lo anterior, es que cuenta entre sus activos por lo menos al Centro Recreativo Carlos Jongitud Barrios y a la Clínica-Hospital de Torreón entre los bienes más costosos que ha adquirido y financiado.
Además, el Gobierno del Estado empató la legislación estatal con la federal con 15 años de retraso, pues la ley del Infonavit fue promulgada en 1972 y el Fovi se creó en 1986. A los trabajadores de la educación que cursaron el segundo tramo de su vida laboral en este período se les regateó su derecho a la vivienda por el vacío legislativo producto de la hegemonía priista. A los empleados del ministerio educativo de Coahuila que ingresaron en el servicio de 1986 a la fecha con una antigüedad de dos décadas, se les sigue regateando la justicia en la asignación de créditos. Nunca ha habido transparencia en el manejo de los recursos de esta institución, pero esto no es culpa de los profesores, sino de los funcionarios que han ocupado en distintos períodos la dirigencia del instituto, obligado por ley a dotar de casas-habitación al profesorado estatal y de los funcionarios que han ocupado la comisaría del gobierno estatal y cuyas obligaciones, de acuerdo con la ley, son las de vigilar la aplicación justa del dinero de los profesores.
No hay subcuenta de vivienda y esto significa que el trabajador no sabe a cuánto ascienden las aportaciones que el gobierno estatal ha hecho, ni los intereses generados por el cinco porciento del sueldo del trabajador de 1986 a la fecha. Esto permite malos manejos en la asignación de créditos hipotecarios, pues la ley del Infonavit, supletoria en todo caso, establece que esta cantidad de dinero se descuenta del costo de la vivienda, y bimestralmente se abona el equivalente al cinco porciento al pago de la construcción adquirida por los trabajadores. Esta es la mecánica que debería seguir el Fovi, y sin embargo no lo hace. Nadie reclama. El gremio prefiere vivir en un soporífero estado de ignorancia supina.
A grandes rasgos este es el Fondo de la Vivienda de la Sección 38, la institución que de acuerdo con la información que se ha filtrado. será la encargada de pagar el crédito contratado para el levantamiento del edificio sindical con lo que se compromete cualquier programa de vivienda para beneficio de los trabajadores de la educación, por los altos intereses que fija la banca internacional que funciona en nuestro país.
De acuerdo con información que existe en la red, actualmente la tasa de interés para créditos hipotecarios se encuentra en promedio en 14 porciento anual sobre saldos insolutos; es decir, por el crédito de 70 millones de pesos, este año el Fovi deberá pagar por concepto de intereses 9 millones 800 mil pesos más siete millones del capital con lo que la erogación ascenderá a 16 millones 800 mil pesos, 12.44 porciento de los ingresos que se calcula tendrá durante 2008. La deuda se saldará hasta el año 2017 con el pago total de 53 millones 900 mil pesos por concepto de intereses, con un gran total de 123 millones 900 mil pesos, que en diez años será el costo final del elefante blanco que se levanta al pie de la Sierra Zapalinamé, a 20 kilómetros del centro histórico de la capital, dinero más que suficiente para emprender un ambicioso programa de vivienda a favor de los trabajadores agremiados en la Sección 38.
Si a lo anterior se suman los recursos que durante 14 meses aportaron las instituciones de seguridad social (Fovi, Seguro del Maestro, Pensiones y Servicio Médico) que ascienden a 33 millones 600 mil pesos a razón de 2 millones 400 mil pesos mensuales, el costo del edificio sindical se elevará a 157 millones 500 mil pesos.
De lo anterior se infiere que Francisco Benito Parra Mireles manejó durante 14 meses 103 millones 600 mil pesos, pero su voracidad combinada con el espíritu de rapiña que lo caracteriza endeudó al Fondo de la Vivienda con 53 millones 900 pesos más.
Para que el lector tenga una idea de lo que se habla, basta establecer que el distribuidor vial ubicado sobre el bulevar Venustiano Carranza de la capital coahuilense tuvo un costo menor, aunque se tome en cuenta el incremento inflacionario de los últimos siete años.
Además, de acuerdo con el documento de valuación que Carlos Moreira mostró a los representantes delegacionales el domingo 27 de abril en el edificio sindical y en el que consta que la construcción no tiene un valor superior a los 25 millones de pesos, las cosas se complican para Francisco Benito Parra Mireles, pues no podrá justificar el endeudamiento ni podrá sustraerse a la responsabilidad penal que deriva del hecho de haber desviado fondos públicos en un delito tipificado por el código penal como peculado, pues desvió dinero de los pensionados, canceló la compra de medicamentos de calidad y frenó el desarrollo de vivienda, los tres, asuntos vitales en la existencia de los trabajadores de la educación.
Entonces, ¿dónde está la cantidad de dinero que resulta al restar a 103 millones de pesos que dice Parra Mireles gastó en la construcción del edificio sindical y los 25 millones que dice el valuador que en realidad costó la construcción?

El patrimonio de Parra Mireles.

Dice el viejo dicho popular que en Saltillo el que no es poeta hace cajeta y como consecuencia, tanto cajeteros como poetas se conocen, sin que esto signifique que este conocimiento sea en el sentido bíblico, sino más bien que tanto un gremio como el otro saben de las conductas y actitudes ante la vida, de cada uno de sus miembros.
Así sucede en el magisterio, pues aunque los dirigentes de la Sección 38, desde Dionisio Sánchez Villaseñor hasta Fancisco Parra han pensado que la masa profesoral es pendeja, no lo es tanto, pues se ha allegado sus propios mecanismos para saber quién ha sido quien en la dirigencia sindical durante las últimas dos décadas.
Por eso, a los profesores cuya edad laboral oscila entre los 20 y los 30 años les extraña la inexplicable riqueza del extesorero sindical que le ha permitido, al menos durante los últimos cinco años cambiar de mancebos, comprar ranchos cinegéticos, ampliar su escuela, fortalecer el negocio de ferretería y materiales para la construcción, remodelar su centro de convivencia, asistir a torneos de caza, aspirar a la dirigencia de la Sección 38 y mandar a sus hijos al elitista Tecnológico de Monterrey.
Aunque Francisco Benito Parra Mireles acepta la existencia de todas las propiedades que se le adjudican en la edición anterior de Territorio Libre se justifica diciendo que son patrimonio familiar y que sus hermanos Leoncio y Ramiro son los propietarios, habría que revisar minuciosamente de dónde obtuvieron el dinero para adquirirlas, porque la presunción que existe, es que son prestanombres del bandido sindical, porque al hurgar en el Registro Público de la Propiedad, no existe nada a su nombre.
Entre las propiedades de Parra Mireles se encuentran las siguientes:
Rancho cinegético en el norte del estado, en un punto cercano a Piedras Negras.
Rancho cinegético en el municipio de Cuatrociénegas con entrada por San Buenaventura.
Predio semirrural en el que mantiene especies exóticas en extinción, en el municipio de Ramos Arizpe.
Casa en la calle Carlos Espinosa Romero marcada con el número 1079 en la colonia de los Maestros.
Centro de Estudios para la Niñez y la Juventud (CENJU), escuela que funciona en la calle Salazar pocos metros al norte de Mixcoac, en la antigua cuadra colorada.
Ferreparra, un negocio de materiales para la construcción cuyo domicilio fiscal se encuentra sobre el bulevar Eulalio Gutiérrez en el fraccionamiento Praderas de Saltillo, Coah., y que según la escritura pública 279, protocolizada por el notario público Gilberto Garza Martínez es propiedad de la cuñada y tres sobrinos de Parra Mireles y donde funge como administrador Ramiro, de los mismos apellidos. Lo curioso en este caso es que el tren de vida de los supuestos propietarios del negocio no coincide con la bonanza de la negociación.
Fuertes sumas de dinero en bancos nacionales y extranjeros.

La ruta del dinero.

La fortuna personal de Francisco B. Parra Mireles es directamente proporcional al dinero que manejó durante los cuatro años en que fungió como tesorero de la Sección 38.
Hasta donde se sabe, dispuso a su antojo de más de 30 millones de pesos producto de las cuotas sindicales; 25 millones que fueron recaudados por concepto de arrendamiento de los 15 salones de usos múltiples que se encuentran distribuidos sobre toda la geografía estatal; 33 millones 600 mil pesos que exprimió a las instituciones de seguridad social; 70 millones de pesos del crédito bancario para la construcción del edificio sindical y una cantidad incuantificable que le escamoteó durante cuatro años a los profesores estatales del fondo de ahorro, pues aunque en esta instancia sindical se cobra el cuatro porciento de interés mensual a los trabajadores, el producto de la usura sindical no se refleja en la percepción decembrina del profesorado coahuilense; más las partidas que le entrega el gobierno del estado al sindicato y que hasta la fecha desconoce el magisterio estatal. ¿Para qué quería más?

Las contradicciones en el costo del edificio sindical.

Wenceslao.com.mx es una página especializada en el tema educativo que administra Wenceslao Vargas Márquez desde Xalapa, Ver., y que actualmente va por el millón y medio de visitas; el sitio en la red funciona desde 1999, pero empezó el conteo el 16 de enero de 2000.
En este lugar, en 2007 aparece un largo correo electrónico del que rezuma el desencanto y la desesperanza, pero también el miedo a la represión de los dirigentes sindicales. Se transcribe íntegro:
GESTIONA PRESTAMO PARA EL MAGISTERIO DE LA SECCION 38 (sic)
$ 60 000 000 (Sesenta Millones de Pesos) (sic)
Por: ATEyB-38
El día 11 de Febrero 2007 (sic) se publicó esta noticia en el periódico Vanguardia de Saltillo, por el periodista José Reyes.
Nos extraña sobremanera que, quejándonos constantemente de los quebrantos financieros, en nuestras Instituciones de Seguridad Social, (sic) estén dispuestos los dirigentes de la Sección 38 a realizar una erogación de $ 60 000 000.00 sesenta millones de Pesos (sic), para la Construcción de un Nuevo Edificio Sindical, según se dice para dar comodidad a los maestros, pero se descapitalizará a las Instituciones de Seguridad Social y lo decimos por el comentario publicado: (Detalló [el compañero Alejandro Campos] que los pagos a la institución financiera se realizarán tomando parte de los recursos gubernamentales que el Estado aporta para instituciones como Fondo de la Vivienda, Servicio Médico, Pensiones y el Seguro del Maestro de la misma Sección Sindical), el Servicio Médico presenta un enorme desabasto de medicamento y con esto se agrabará (sic), el Prof., Alejandro Campos prometió en enero de 2006, que para Junio de ese mismo año se solucionaría el problema número uno del Servicio Médico y a la fecha (febrero 2007, no se ha resuelto [lo sabrá] o no se lo comunican los responsables del Servicio Médico.
Nos causa sorpresa que ahora se hable de Sesenta Millones de Pesos, cuando en reunión de Comités Ejecutivos en la ciudad de Torreón el año pasado (2006) nos dio a conocer que el costo de la obra sería de $ 30 000 000.00 Treinta Millones de Pesos y que se cubrirían en forma tripartita por el Comité Ejecutivo Nacional, el Gobierno del Estado y la propia Sección 38, consideramos que es una aberración que se siga descapitalizando a las Instituciones de Seguridad Social, para pagar un Préstamo Bancario, cuando hay prioridades mayores, como lo es la Salud de todos los Trabajadores de la Educación y es el primer problema que se debería resolver, para beneficio de todos y no de unos cuantos que harían uso del nuevo edificio sindical.
Sí (sic) el Comité Ejecutivo Nacional ya aportó $ 5 000 000.00 (cinco millones de pesos) y como lo menciona el Prof. Campos, los bienes inmuebles de que quiere disponer para su venta hascienden (sic) a $ 32 000 000.00 (treinta y dos millones), entonces se cuenta con 37 millones, no tomando en cuenta el apoyo estatal, nos preguntamos ¿para qué pedir $ 60 millones?. (sic)
Por otra parte ¿Porqué (sic) no se ha consultado a la base gremial para saber si esta (sic) de acuerdo con ese endeudamiento de nuestra Sección 38 y aparte tampoco se ha consultado si están de acuerdo en la venta de los bienes inmuebles, que son de todos y cada uno de los agremiados y no son propiedad del Comité Ejecutivo en turno.
Desconocemos si se realizó un avalúo comercial de los bienes inmuebles y también si hubo licitación, para la construcción del nuevo edificio, también se desconoce la ubicación del nuevo inmueble, el proyecto y como es que ya lleva tres meses de iniciada la obra, se menciona en el artículo publicado que dentro de la obra estará el Hotel del Magisterio y el Centro Recreativo, ¿Cómo es posible esto?, si son edificios ya construidos, ¿también se van a rematar los existentes?
Existen muchas preguntas al respecto, pero lo esencial, es que existen prioridades y repetimos la falta de medicamentos es el clamor general del magisterio, ( solicitamos a los periodistas lo investiguen en general, por lo menos en Torreón) pero los compañeros maestros temen denunciarlo por temor a las represalias de nuestro Secretario General Prof. Alejandro Campos García.
También está el problema latente de Pensiones, ya que los sorteos solo han dado para casi un mes de sueldo de todos los Jubilados y Pensionados del Estado, entonces de que manera se está recapitalizando.
¿Sabrá el Gobernador Prof., Humberto Moreira, que el año pasado se nos dijo de $ 30 000 000.00 (treinta millones y este año se habla del doble $ 60 000 000.00 (sesenta millones), ¿Porqué (sic) se duplicó el costo?, ¿Dónde está la Transparencia?

La misiva electrónica no ganaría un concurso de sintaxis, mucho menos de ortografía; sin embargo evidencia el alto grado de analfabetismo que existe en la filas del profesorado coahuilense. Además demuestra que quienes decidieron hacer un edificio que albergue a la burocracia sindical en la Sierra de Zapalinamé, no tenían ni idea de lo que querían hacer ni de su costo.
Por otro lado, sinecqdóquicamente, aflora la frustración, el desencanto y el temor a las represalias. Pero, lo más importante: no se tomó en cuenta a la base trabajadora al decidir; mucho menos a las delegaciones al momento de investir a Francisco Benito Parra Mireles con poderes extraordinarios para disponer de los recursos público y sindical.

No se hagan bolas…

Aunque los periódicos, las estaciones de radio y los canales de televisión han hecho esfuerzos por ventilar el meollo de este asunto, aún andan muy lejos de una verdad muy simple que se conoce en el magisterio: la verticalidad del poder, en el ámbito de la Sección 38 del SNTE.
Por décadas, la disciplina mal entendida y el sometimiento de los funcionarios sindicales al jefe en turno ha sido la constante. Desde antes de Dionisio Sánchez Villaseñor hasta la llegada de Carlos Moreira a la dirigencia, el secretario general se ha rodeado de una especie de estado mayor para ejecutar las acciones que ha considerado pertinentes, lo mismo la construcción que la compra de edificios.
En el caso de la administración anterior, Francisco Benito Parra Mireles era el funcionario más fuerte después de Alejandro Campos García. De esta manera hacía y deshacía, siempre en nombre del secretario general.
De esta manera exigía a los titulares de las instituciones de seguridad social –Fovi, Seguro del Maestro, Pensiones y Servicio Médico- que mensualmente le entregaran 600 mil pesos cada una, no obstante que sabía que se estaba quebrantando la ley en su parte medular, pues este dinero es público y no debe ser desviado de los fines que marca cada una de las leyes que rigen a cada una de las instituciones; sin embargo, lo hizo amparado en el poder que le confería ser el consigliori del secretario general.
En los últimos días han aparecido declaraciones muy vagas del Secretario de la Función Pública Ismael Ramos Flores en el sentido de que se está auditando a las instituciones. Se hace bolas porque quiere, si ya sabe la forma en que Parra Mireles obligó a los titulares de las instituciones de seguridad social a sustraer el dinero, por órdenes de la secretaría general.
Ramos Flores sabe que hubo un responsable que operó el proyecto de levantamiento del edificio sindical desviando los recursos públicos y tiene nombre: Francisco Benito Parra Mireles.
El problema al que se enfrenta Ismael Ramos Flores es encontrar la forma de llamar a cuentas a los extitulares de las instituciones de seguridad social para el deslindamiento de responsabilidades, pues no fueron ellos los que dispusieron del dinero profesoral, sólo respondieron a la coacción del voraz extesorero sindical.
Parra Mireles no se conformó con exprimir de manera criminal a la Dipetre y al Servicio Médico, instituciones vitales para los trabajadores, sino que fue más allá, al cancelar la esperanza de contar con una vivienda a las nuevas generaciones de profesores.

Epílogo

Pero al margen de lo que haga o deje de hacer la Secretaría de la Función Pública, que hasta el momento no ha dado una, Carlos Moreira Valdés está obligado moralmente a exigir a Parra Mireles que regrese la suma total –alrededor de 80 millones de pesos- con que infló el costo del ya famoso edificio sindical.
Hasta el momento se ha visto muy lento y el magisterio estatal reclama justicia de manera callada en el desvío del dinero de sus instituciones de seguridad social, de sus cuotas sindicales y de otras contribuciones que vía nómina hace para el funcionamiento de la Sección 38.

Saltillo, Coah., primavera de 2008.

Juan Cisneros Cortés.




LEY DEL TALIÓN: INJURIA POR INJURIA, CALUMNIA POR CALUMNIA...

Tereso Medina Ramírez exige que lo llamen ‘licenciado´, pero el único título profesional que se le conoce es el de Rata.

Hace unos días, el periódico El Norte de Monterrey, N.L. publicaba los nombres de los dirigentes que han envejecido al frente de las centrales obreras. En la lista aparecía el de
Mario Enrique Morales de la CROC.
Al ser abordad por los reporteros el croquista aceptó que efectivamente lleva 28 años en la dirección de esta central obrera y campesina, pero que son los mismos años que ha vivido en la misma casa, no posee automóvil y no tiene grandes sumas de dinero en el banco como “otros”, que viven en lujosas residencias, tienen decenas de vehículos a su servicio, ranchos, casas chicas y sumas groseras de dinero en su caja fuerte. Sin duda alguna Mario Enrique se refería a Tereso Medina Ramírez, el inescrupuloso dirigente de la CTM, cuya fortuna, ofensiva para la cobarde clase trabajadora, es ya legendaria por la compulsión que ha mostrado la Rata cetemista en la adquisición de bienes de todo tipo.
Aunque la Rata del cetemio coahuilense está podrido en dinero, es orgullosamente dueño de un pasado tenebroso e inconfesable en el que para sobrevivir tuvo que despojarse de principios y de escrúpulos.
Algunos de sus malquerientes afirman que en la juventud de Tereso no faltó el apareamiento homosexual en posición pasiva, con el consecuente desgarramiento ano-rectal que dejó huella profunda en su psique, pues aún en estos días, algunas noches se despierta gritando, en el paroxismo de la desesperación, bañado en sudor frío, luego el llanto, en posición fetal. Patética la escena.
Los días que siguieron fueron tristes, amargos. Otra vez la pobreza. De nada le servía pensar en el suicidio, sin cada mañana despertaba sin un quinto. No tenía ni los tres pesos que costaba una piola, ni dinero para adquirir matarratas. Era un paria. Hoy es un potentado que disfruta de las mieles que escurren de la posición de pastor de bueyes castrados, que lamen la correa, porque esta es la imagen que encaja para describir al vergonzante movimiento obrero que regentea Tereso Medina Ramírez.
Pero, los mismos malquerientes se quedan sorprendidos de la ‘buena estrella’ de la Rata del cetemio coahuilense, pues luego de aquellos escarceos con tintes de prostitución masculina, Tereso fue materialmente ‘recogido’ por la bondad de un médico, que en mala hora se lo llevó a vivir en su hogar.
El galeno salía diariamente a su trabajo muy temprano y algunas veces su sueño era interrumpido por alguna urgencia en la clínica donde laboraba. La mujer, gordita, de tez blanca llamaba la atención del joven Tereso, quien la miraba con ese mirar de soslayo de quienes no pueden ver de frente, porque en su alma llevan la ponzoña.
Un día, el doctor regresó de manera inesperada a su domicilio, con su llave abrió la puerta, penetró en la sala, y al no encontrar a su esposa en las labores cotidianas se dirigió a la recámara. Ahí estaba Tereso Medina, refocilándose alegremente con la mujer de su protector. Las escenas que siguieron son del tipo de las películas de Las ficheras por lo corrientes: Medina Ramírez saltando de la cama para ponerse el pantalón y con la camisa en la mano tomaba la calle Acuña; detrás llevaba al galeno, que lo injuriaba y lo maldecía.
El matrimonio se desintegró. La mujer trabaja por estos días en alguna tienda departamental. Su victimario no se quiere ni acordar de aquellos tiempos. La amargura del pasado no le permite evocar aquella época.
En algún rincón de la conciencia negra del dirigente cetemista también se encuentra el caso de Juan Manuel Argüello López, quien allá por la década de los 80 era tesorero del sindicato de General Motors. Por lo pronto, en este espacio no se dará cuenta de las catexias libidinales que se transformaban en el leit motiv, que orillaban a Medina Ramírez a la crueldad laboral. Primero le aplicó la claúsula de exclusión y luego la empresa se vería obligada al despido. Después el nombre de Argüello López aparecería en las ‘listas negras’. Desde el corrupto poder cetemista Tereso le había cincelado como destino el destierro. Actualmente cumple ya más de dos décadas en Estados Unidos, pero se rumorea que algún día vendrá a ajustar cuentas con el dirigente charro de los obreros coahuilenses.
Los desajustes mentales del ridículo dirigente se evidencian por la forma en que trata a sus subordinados que en la realidad son sus compañeros del comité ejecutivo.
A ninguno de ellos les permite que lo llamen Tereso, mucho menos Tere, ni siquiera señor. Los obliga a que se dirijan a él anteponiendo siempre el término ‘licenciado’. Así es como le gusta que lo llamen al interior de la CTM. Y cómo no exigirlo, si está cansado de que afuera, en los medios de comunicación, en las cantinas y en las fábricas, los obreros y los periodistas se rían de él, le cuestionen el producto de sus raterías y hagan mofa de cada una de sus acciones. Últimamente le ha dado por parecer médium, como lo hizo en Piedras Negras, donde la hilaridad de los asistentes no se desbordó sólo por el temor que le tienen, cuando dijo que ‘soñaba’ con una comercializadora. En otra ocasión dijo que no pierde la esperanza de crear una caja de ahorros para los trabajadores. Nadie le cree, pues los obreros se saben despojados no sólo de sus cuotas, sino de su esperanza.
Por estos días el licenciado ‘disel’ Tereso Medina ha dicho a sus cercanos que espera una diputación. Seguramente será plurinominal, pues los obreros no votan ni en defensa propia, menos lo harán por su verdugo que luego les exigirá que lo llamen licenciado.
Por cierto, nadie sabe dónde obtuvo su título profesional la rata cetemista, tal vez se lo entregó el Instituto Maurer en estudios por correspondencia.
Por lo pronto y pa’lo que se ofrezca, aquí en Territorio Libre el único título profesional que se le conoce a Tereso Medina Ramírez, es el de Rata y se graduó en la universidad de la estitulticia y la cobardía obreril.
La Universidad Obrera de la Vida otorgó a Tereso Medina Ramírez el pomposo título de Rata.

Corrupción en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (Saltillo, Coah.,)

Persigue la Auditoría Superior de la Federación a Jorge Galo Medina Torres, rector de la UAAAN. Su caída está cantada para agosto de este año.
Hace tiempo, un pastor que prestaba sus servicios en la Narro fue descubierto robando pequeñas cosas de la universidad, a decir verdad, ni siquiera afectaban su patrimonio, pues eran meras bagatelas; no obstante lo anterior y para escarmiento de los verdaderos ladrones universitarios fue conducido a la Comisión de Honor y Justicia.
Ya ante los señores justicia, el pastor comenzó a ser interrogado acerca de los motivos que había tenido para robar. Con el candor de la ignorancia, el presunto ladrón de cosas sin importancia empezó diciendo, mientras mantenía con la mano izquierda su pringoso sombrero en el regazo y con la derecha se limpiaba el sudor de su frente con un paliacate rojo:
- Pos nada, que yo v’ía que fulano ‘garra’, que zutano ‘garra’ y que perengano ‘garra’ y entonces yo pensé, pos yo también ‘garro’.
La anécdota, que se encuentra asentada en acta describe de un plumazo el verdadero espíritu de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, pues según el pastor, ahí ‘todos [a]garran’.
Hubo tiempos en que un tipo de apellidos Rodríguez Charúa, a quien apodan “el Burrero” era una celebridad como arquetipo del ladrón universitario: sólo cambiaba los becerros del rancho Los ángeles a su predio particular, no muy lejos uno del otro.
Desde los puntos de vista académico y moral, la Narro se encuentra en agonía desde hace muchos años y sólo las mañas de que se han valido las últimas administraciones han permitido mantenerla con vida a través de la leva estudiantil que practican en el sureste del país, ofreciendo becas a los preparatorianos de los estados donde campean los mayores índices de marginación.
Actualmente los muchos intereses que existen entre las distintas tribus, tanto sindicales como oficiales mantienen el ambiente de guerra. Acusaciones van y vienen. En medio está el rector Jorge Galo Medina Torres a quien la Auditoría Superior de la Federación está por fincarle responsabilidades por el desvío de 15 millones de pesos que debió aplicar para el fortalecimiento del sistema de pensiones de los trabajadores, y en lugar de hacer esto, entregó el dinero a dos de sus incondicionales Lorenzo López Barbosa (a) La loba en celo y a José Luis Guerrero (a) el Pinocho.
La historia comienza en 1999 con la reforma a la ley de pensiones y mediante la que se separan los fondos de la U A de C, UAAAN y Sección 38 creándose las cuentas individuales de las tres instituciones. En ese entonces, la rectoría en turno hace creer a los trabajadores que con su propio fondo podrán hacer frente a las pensiones y jubilaciones por muchos años y no aceptan que se les graven sus ingresos con el 6.5% adicional, que de acuerdo con estudios actuariales, era necesario para garantizar las prestaciones a los empleados en retiro.
Como los buitres que no estaban adheridos al IMSS, sino a la Dipetre no contaban con el SAR, se creó un fideicomiso para cubrirles esta prestación. El contrato con la banca, no se sabe con cuál institución, funcionó hasta hace poco tiempo en que los funcionarios de la Narro se dieron cuenta de que si los trabajadores no aportaban el 11 porciento de su sueldo con incrementos paulatinos del 1.5% anual para pensiones y jubilaciones, no se completarían los pagos a jubilados y pensionados.
Ante esto, el exrector Alberto Aguirre consigue un aumento en el presupuesto federal por 15 millones de pesos y durante su último informe así lo anuncia a la comunidad universitaria.
Luego de asumir la rectoría, Jorge Galo Medina Torres se compromete ante los trabajadores que ese dinero sería invertido en el fotalecimiento del sistema pensionario; sin embargo, no lo hace, pues según la versión de algunos trabajadores, este dinero no llegó a la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación.
Pero además, Galo Medina se comprometió a aportar 60 millones de pesos durante los siguientes cuatro años a partir de su toma de protesta para el mismo fin.
Con documentos actuariales en mano, los funcionarios de la Narro encabezados por Jorge Galo se daban cuenta de que ni así se lograría el pago puntual de esta prestación a los trabajadores en retiro y decidieron hacer una nueva maniobra financiera al violando la normatividad federal, al cancelar el fideicomiso que garantizaba el pago del SAR, -entre 12 y 18 mil pesos- a cada uno de los trabajadores.
El cabildeo que ha permitido el desvío de los 15 millones de pesos (fondos federales) se orientaba a convencer a los empleados de que recibieran su parte del fideicomiso del SAR a cambio de que aceptaran el nuevo gravamen para el sistema de pensiones que pasaría del cinco al 11 porciento de manera paulatina.
Con este movimiento, Galo Medina mató tres pájaros de una pedrada a saber: 1).- Desvió los 15 millones de fondos federales, 2).- Algunos funcionarios como Mirna Julieta Ayala, Enrique Mandujano Álvarez y Raúl Indalecio Martínez Ortegón se embolsaron 180 mil pesos cada uno, producto de ajustes en la retención de impuestos a los trabajadores y, 3).- El rector evita con esto el pago de 75 millones de pesos para el fortalecimiento de pensiones, pues luego de la entrega del dinero, los trabajadores han quedado de acuerdo en que se les descuente hasta el 11 porciento de sus ingresos que irán a parar a la cuenta individual que la Narro tiene en la Dipetre.
Otra de las acusaciones que pesan contra Jorge Galo Medina Torres es que mantiene muy cerca de él a funcionarios que participaron en el caso de UNICRER como José Luis Guerrero (a) el Pinocho, quien cuenta con la franquicia para vender a los productores nacionales y extranjeros la semilla mejorada que se produce en los campos de la universidad y no entera el producto de la venta a la administración de rectoría.
Colaborador cercano a Galo Medina y que participó también en el fraude de UNICRER, es Roomel de la Garza y Garza, quien actualmente se desempeña como representante de la UAAAN en la Ciudad de México.
Por otra parte, la Auditoría Superior de la Federación, que se encarga de la revisión de las cuentas públicas de las instituciones que funcionan con fondos federales, mandó, durante los meses de marzo y abril varias recomendaciones al rector de la Narro y al parecer n han sido aclaradas, mucho menos subsanadas.
Así las cosas, la caída de Jorge Galo Medina Torres está cantada por sus enemigos para los primeros días de agosto de este año.
Y por supuesto que esto le dolerá al actual rector, pues aparte de los 22 mil pesos que percibe por concepto de sueldo, recibe también una compensación líquida de 63 mil pesos mensuales.

La homofobia, peor que el sida para los homosexuales.

Fenómeno gay: el sufrimiento de jotos y jotitos.

El 17 de mayo, una inserción del gobierno del estado llamaba la atención de los lectores de periódicos de esta ciudad. Bajo el título REVISA TU HOMOFOBIA, el espacio se dividía en dos partes: del lado izquierdo un test para determinar el grado de homofobia que padece la población y en la parte derecha la definición de la palabra, y los sentimientos homofóbicos que han generado el homicidio de cientos de lesbianas y gays en nuestro país.
El mismo día, en la sección Querida Ana, una mujer contaba su drama: lleva nueve años de matrimonio y es madre de dos hijos, un niño de ocho y una niña de cuatro. Desde el noviazgo había tenido muchos problemas con su pareja porque es un individuo de mal carácter, bebedor, con rachas de crisis frecuentes, mucha mamitis y muy poco sexo.
La mujer bajo el psudónimo de Anónima escribe: “Ana, hace ya casi tres años descubrí lo más horrible que nunca hubiera imaginado: mi esposo es gay, y desde antes de que yo lo conociera tenía una relación con mi propio hermano (¡que está casado y lo estaba desde entonces!!!). Me llené de pánico, estaba horrorizada y esperé el momento para confrontarlo.
De un plumazo dos aristas del fenómeno gay: son seres humanos que merecen por lo menos respeto a secas y la parte cochina de la conducta homosexual, producto de la represión y el desdén en los que vive esta minoría, que fácilmente se acerca al 10 porciento de la población, unos 10 millones en nuestro país. La relación de uno a 10 es constante en todo el mundo y el porcentaje de los grupos lésbicos y gays no ha variado, independientemente de los períodos históricos o de las culturas bajo estudio.
Lo anterior equivale a pensar que cuando despertamos, el dinosaurio de la homosexualidad ya estaba ahí.
Sobre el asunto dos textos llaman la atención: Frutos de Rubí de Rita Mae Brown y Óscar Wilde y lord Alfred Douglas que aparece en el libro Pasiones: amores y desamores que han cambiado la historia, de la escritora española Rosa Montero. En el primero, la autora narra los matices de su personalidad lésbica, desde sus años más tiernos hasta los tiempos en que era activista en pro de los derechos de las minorías en Estados Unidos. En el segundo, el relato desgarrador que hace Rosa Montero acerca de la sublime relación pasional, con ribetes feromonales del poeta con su amante joven, un vividor que lo lleva a la cárcel luego de hacerlo pasar por el desprecio público y finalmente a la muerte en el olvido y el abandono más atroces.
En su novela La Máquina del amor de Jacqueline Susann, el protagonista Robin Stone (se cita de memoria) en medio de una profunda borrachera establece una fugaz relación homosexual en un antro europeo de los años sesenta. El resultado: la confusión mental y el arrpentimiento avivados por la resaca.
Truman Capote sorprende en el capítulo Deslumbramiento de Música para camaleones cuando escribe:
- Bueno –dijo despacio-. Claro que eres lo bastante guapo como para salir en las películas. Más guapo de lo normal para un chico.
Así que lo sabía. Me oí gritar:
- ¡Sí! ¡Sí! ¡Eso es!
- ¿Eso es qué? Y deja de aullar. No estoy sorda.
- No quiero ser un chico. Quiero ser una chica.
Empezó siendo un ruido raro, un sofocado gorgoteo más abajo de su campanilla que reventó en una carcajada. Sus labios finos se ensancharon y estiraron; una risa de borracha manó de sus labios como una vomitona que se derrama a chorros sobre mí, una risa que sonaba igual que el olor a vómito.
- Por favor, por favor. Señora Ferguson, no me comprende. Estoy muy preocupado. Estoy angustiado todo el tiempo. Hay algo que no va bien. Por favor, tiene que entenderlo.
A los ocho años Truman Capote se había dado cuenta de que ‘algo’ no andaba bien: ya se sabía homosexual, el motivo de la angustia que le oprimía el pecho.
Mucho tiempo después, el también autor de A sangre fría aceptaba: ¡Sí, soy homosexual, soy alcohólico y soy drogadicto!... Pero soy un genio.
Pero si Truman Capote describe el sufrimiento de un niño sodomita, Xavier Villaurrutia no deja duda sobre la opresión que lleva en el alma el gomorrita adulto. Los últimos cuatro versos de su poema Nocturno mar:

Lo llevo en mí como un remordimiento
pecado ajeno y sueño misterioso
y lo arrullo y lo duermo
y lo escondo y lo cuido y le guardo el secreto.

Por si faltara alguna aclaración, el poema está dedicado a Salvador Novo, el cacique intelectual del grupo Los Contemporáneos, autor de La estatua de sal, autobiografía homosexual.
En un experimiento psicoanalítico permitido por el Señor Obispo Sergio Méndez Arceo en la década de los sesenta y dirigido por el padre Gregorio Lemercier en un convento michoacano, queda claro que el homosexual lucha por insertarse en el grupo mayoritario; sin embargo nunca lo logra, porque esta es su naturaleza. Es como si se tratara de hacer que un zurdo -10% de la población mundial- usara su mano derecha. Cuando mucho se volvería ambidiestro. Los sodomitas cuando mucho se tornan bisexuales. Así lo establece la obra de teatro de Vicente Leñero: Pueblo rechazado.

Los jotitos en Saltillo…

En la década de los setenta, después de la lluvia vespertina y cuando la brisa suave recorría las calles de Saltillo, un hombre ataviado con alba indumentaria abandonaba su departamento ubicado unos metros al norte de la confluencia de las calles Aldama y Obregón. Solitario siempre, la nieve de los años se había estacionado en su cabeza y su barba, blanca también, apoyado en su bastón recorría con parsimonia las viejas arterias capitalinas. Pueblo chico, todo mundo sabía que Casablanca era el joto más famoso de estos lares. Jamás apuró una taza de café en la sala de una casa ‘decente’ del Saltillo setentero.
Muy cerca de ahí, en la acera poniente de la calle Xicoténcatl, antes de llegar a Victoria se levanta un viejo edificio que desde hace cuatro décadas está cae que no cae y nadie le ha puesto mano. En la planta baja un hombre de unos 65 años de tez blanca, huesudo y menudito tejía desde chambritas hasta bolsas de plástico. Pasaba el ocaso de su vida en medio de la tristeza. Los muchachos de la Gabino decían que era joto. Iban más allá al afirmar que uno de sus compañeros era el novio: le daba
dinero.
En la década siguiente haría sus pinitos en el arte sodomita la Benny, un muchacho de unos 20 años que dejaba boquiabiertos a los transeúntes de la calle Victoria, cuando por las tardes hacía el camino a la secundaria nocturna Venustiano Carranza. Por las noches detenía el tráfico en Allende, porque a lo lejos se confundía con una mujer de cuerpo escultural.
La Benny fue el primer homosexual en luchar por un espacio para sus preferencias. Encontraba sus amores en bares como el Gallo de Oro y el Allende. En ese entonces la vida nocturna de Saltillo era sórdida, triste y pobre. El país estaba en bancarrota. Benny se ganaba la vida como ‘trabajadora doméstica’ en la casa del doctor Manuel Ortiz de Montellano. Era un jotito pobre.
Una mañana, de principios de la década de los ochenta, a través de el Extra, Saltillo se enteraba de que la Benny se había ‘suicidado’ colgándose de los barrotes de una celda de la zona de tolerancia. Murió a manos de un grupo de policías asesinos. El caso quedó impune. Nadie fue a la cárcel.
En aquel entonces, como siempre, Saltillo iba a la zaga, pues en las grandes ciudades del país el movimiento gay empezaba a salir a las calles a reclamar su derecho a existir como sucedía el 2 de octubre de 1978 cuando un contingente de homosexuales y lesbianas se manifestaba públicamente. Ese mismo año se publicaba por primera vez El vampiro de la colonia Roma, de Luis Zapata, una novela cuyo personaje principal, Adonis García narraba las experiencias que había tenido como homosexual militante que sobrevivía en la Ciudad de México.
En Estados Unidos, los sodomitas habían comenzado a aguparse desde finales de los años sesenta.
Al despertar la década de los 80, un grupo de homosexuales, la mayoría ataviados con prendas femeninas partían plaza en Saltillo procedentes de Monclova. Se venían a quejar de que los policías de toda laya los extorsionaban en medio de insultos y vejaciones.
Mala suerte para ellos, pues cuando pensaban que ya habían conquistado su espacio vital aparecía el primer caso de sida en Saltillo. La conmoción primero yel miedo después se
instalaban en el territorio gay. Años terribles aquellos para la comunidad homosexual que apenas empezaba a sacar la cabeza del sótano social donde ocultaban sus preferencias.
Una vez más volverían a deambular tristes, en bolitas pequeñas arrastrando sus miserias en una sociedad que ahora los detestaba más. El temor colectivo, producto de la ignorancia que se tenía sobre la enfermedad, llegaba a expulsarlos hasta de los restaurantes, pues se pensaba que la letalidad del VIH se podía contagiar hasta con el hecho de compartir un cubierto. La mala suerte los perseguía.
No obstante lo anterior y aunque con pasos vacilantes, la ciencia comenzaba a establecer que sólo había dos maneras de adquirir la enfermedad: por contacto sexual y por transfusión sanguínea. Esto empezaría a calmar los temores y a menguar el ánimo homofóbico que se había apoderado de la sociedad.
A mediados de la década de los 90 los sodomitas volvían a ser aceptados. Ya se les veía en congalitos de medio pelo como meseros. En los restaurantes del arrabal se les ocupaba como lavaplatos y cocineros. Ya salían a la calle con el pelo teñido, pero aún en su rostro se advertía el desencanto por la vida. Se miraba que sufrían. Alfred Kinsey había sido lacónico en su condena: no hay homosexual bien adaptado y feliz.

La homofobia.

La homofobia es un miedo intenso y sin razón a los homosexuales. Este temor se manifiesta en el chiste, la burla y la denigración. En México era muy común que el machismo de los años setenta expresara que a los mexicanos les tocan siete mujeres y un joto. Agregaban: “son muy higiénicos”. Luego las risotadas y las imágenes mentales. Después el choque de copas y el ‘zafo’ ante la sola mención del número 41.
Gay es un término que el castellano ha tomado en préstamo del inglés. La palabra fue incluida en la vigésimosegunda edición del diccionario de la Real Academia Española (DRAE), en su edición de 2001. Proviene del vocablo provenzal gai (en castellano “gayo”, como en La gaya ciencia) y significa ‘alegre’ o ‘pícaro’. Se aplicaba a los hombres que ejercían la prostitución homosexual en la Inglaterra victoriana, por el modo “alegre” en que vivían y se vestían. Finalmente el término gay boy ("chico alegre" o prostituto) se convirtió en sinónimo de homosexual. Posteriormente, la comunidad gay adoptó el término tratando la palabra como un acrónimo de Good As You (tan bueno como tú) restándole de esta forma el matiz peyorativo a la palabra y reivindicando la igualdad, como personas, entre homosexuales y heterosexuales. Por ello, hoy en día, la primera acepción en inglés apenas se usa y se utiliza casi exclusivamente como sinónimo de sodomita.
Un siglo después de la redada de Los 41 en la Ciudad de México, un hito en la vida homosexual en el país, Carlos Monsiváis escribió un texto para la revista Letras Libres: “Lo relevante en la perspectiva actual del episodio de Los 41 es, desde luego, la negación absoluta de los derechos humanos y civiles de los homosexuales. A partir de ese momento “se sienta jurisprudencia” y las represiones son legales, no porque correspondan a texto alguno, sino porque ya se han perpetrado con esa pretensión de legalidad. Y esto promueve las redadas incesantes, los chantajes policiacos, las torturas, las golpizas, los envíos a las cárceles y al penal de las Islas Marías sin motivo alguno. Sólo se necesita una frase en el expediente: “Ofensas a la moral y a las buenas costumbres. “No hace falta más, no hay abogados defensores (en el caso de los jotos, ni siquiera de oficio), no hay juicios, sólo caprichos judiciales dictados por “el asco”. Y la sociedad, o la gente que se entera, encuentran normales o admirables estos procedimientos.
“La Gran Redada le entrega a los gays de México el pasado que es, en síntesis, la negociación interminable con el presente. Vienen del momento de felicidad destruido por la gendarmería, y son una comunidad a pesar suyo… (…) los homosexuales han sido presa del pánico de la Redada, y que esto no es psicologismo lo exhibe la alianza de los atropellos policiacos y de la Redada moral: otra vez las detenciones, golpizas e insultos, y el desprecio, la ira y la congoja de los padres. Y sólo cuando el término gay se populariza, la Redada se ve interrumpida, no porque se elimine el ánimo persecutorio, sino porque la invocación de las leyes disminuye las razzias y prepara la irrupción de la voz pública de los que ya no admiten el silencio”.
Carlos Monsiváis aborda también el tema de los crímenes de odio, los asesinatos “porque sí” de los gays, “esas orgías de saña en hoteles baratos, en departamentos y casas”.
Este es el mundo de la homofobia.
Estudios psicológicos recientes afirman que el odio hacia los homosexuales surge del temor que sienten los varones agrupados en la mayoría heterosexual de que aflore el jotito que llevan dentro, porque “un gran porcentaje de los heterosexuales han sentido atracción hacia miembros de su mismo sexo alguna vez en su vida”.
Como el impulso sexual es compulsivo, no existen barreras ni de edad ni de clase social para el ‘ligue’ entre los varones que se sienten atraídos por individuo de su mismo sexo, y merced a las limitaciones que les impone la sociedad, no paran mieses para lograr sus objetivos.
Por esta razón, los homosexuales deambulan por los parques y jardines públicos siempre a la caza. Sodomitas que viajan en lujosos automóviles en busca de prostitutos jóvenes que por dinero les puedan saciar sus instintos. Esta es otra de las razones de la homofobia. Los heterosexuales no quieren que sus hijos tuerzan la vida que ha sido diseñada por los falsos preceptos católicos.

La Iglesia católica y los curas comejotos.

Eduardo Galeano, una de las mentes más brillantes de todo el Continente Americano ha escrito: “En vez de pedir perdón a sus víctimas, la Iglesia católica repite las antiguas maldiciones. Recientemente, la Santa Inquisición, que ahora se llama Congregación para la Doctrina de la Fe, lanzó desde el Vaticano una campaña mundial contra el matrimonio de parejas homosexuales, “una grave inmoralidad que contradice el Plan de Dios y la ley natural”.
“La Iglesia está preocupada, desde hace ya unos cuantos siglos, por la sexualidad humana… (…) entre todos los placeres que merecen el infierno, el amor homosexual es, todavía el más ferozmente reprimido. El machismo y la estupidez armada han disfrazado de normalidad esta atrocid
ad, y la han convertido en costumbre”.
No obstante su esencia podrida por la pederastia y otros crímenes de lesa humanidad que sistemáticamente práctica el clero católico, mantiene a raya a los homosexuales del mundo pese a que en la bilblia existen muchas trazas del amor sodomita.
En Génesis 19, los habitantes de Sodoma, desde el más muchacho hasta el más viejo, “llamado a Lot le dijeron: ¿En dónde están aquellos hombres que al anochecer han entrado en tu casa? Sácalos acá afuera, afuera para que los conozcamos. En términos bíblicos, conocer es sinónimo de copular.
En 1 Samuel 18:1-4, 20:30, 20:41-42 y 2 Samuel1:19-27, el amor entre el futuro rey David y Jonatán, hijo del rey Saúl, no necesita explicación alguna, pues en la elegía fúnebre que canta David a Saúl y Jonatán, muertos en combate contra los filisteos, David dice: “¡Qué angustia me ahoga, hermano mío, Jonatán! ¡Cómo te quería! Tu amor era para mí más dulce que el amor de las mujeres”.
En el libro de Daniel 1:9 se narra el romance que se corría el profeta con el jefe de los eunucos del palacio real de Babilonia. Lo anterior se infiere del texto por las atenciones que el jotito al servicio de Nabucodonosor le brindaba de manera excepcional a Daniel y sus compañeros de cautiverio.
El amor lésbico toma forma en el libro de Ruth.
Luego de la muerte de sus dos hijos varones Noemí le dice a su nuera Ruth:
- He aquí, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses: vuélvete tú tras ella.
Y Ruth respondió:
- No me ruegues que te deje, y que me aparte de ti; porque dondequiera que tú fueres, iré yo; y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
No obstante lo anterior, los homosexuales sienten acotado su espacio de maniobra por los curas comejotos que los persiguen desde el púlpito, metiendo en los pechos de la clase media analfabeta y del proletariado, conceptos convenencieros acerca del ‘pecado’ en el que se encuentran los sodomitas.

Epílogo

El 17 de mayo, día nacional contra la homofobia, seguramente es una fecha muy importante no sólo para la comunidad sodomita, sino para la sociedad en general, que ofrece la oportunidad para la reflexión sobre los crímenes de odio y la discriminación, ojalá que los homosexual
es también hayan reflexionado sobre los motivos que han dado a la comunidad para que los rechace. No sólo es la ignorancia ni el machismo sino la compulsión sexual que los ha llevado a corromper a niños y a jóvenes. Esto no lo dicen en sus alegatos sociales. Por lo demás, sí es muy pequeño su espacio y muchos los golpes que han recibido. También ellos fueron niños. También tienen madre, aunque parezca lo contrario.

Poema

ORACIÓN DE UN DESOCUPADO

por Juan Gelman

Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, qué han hecho
de tu criatura, Padre?
un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?