sábado, 2 de abril de 2011

Rubén Moreira Vs. Guillermo Anaya

Cuando el calendario de 2011 se deshaga del último pétalo de abril los coahuilenses estaremos a tan sólo unas horas del despegue de la campaña de cada uno de los actores políticos de los distintos partidos. El 3 de mayo, día de la Santa Cruz que festejan los albañiles Rubén Moreira y Guillermo Anaya harán las primeras fintas en el cuadrilátero político de la entidad. Por donde se le vea, este proceso electoral es inédito, pues la pelea se dará nada más ni nada menos –como dicen los cronistas deportivos- entre el hermano del gobernador con licencia Humberto Moreira Valdés y el compadre del presidente de la república Felipe Calderón. El pueblo, políticamente analfabeto, por lo que no debería salir a votar será juez y parte: será juez porque emitirá su voto mojado en el tintero de la estulticia y será parte porque el PRI representa la Tarjeta del Hogar que equivale a una cocacola de 600 mililitros diariamente, mientras el PAN significa la demagogia del programa Oportunidades.

Hasta el momento nadie sabe cuál será el tono del discurso de los contendientes, pues por un lado, el pueblo analfabeto integrado por obreros, campesinos y sobrevivientes de la economía subterránea que como los bueyes se sienten orgullosos de llevar en su lomo los fierros de la CTM, CROC y CNOP no tienen miedo a las balas cruzadas entre soldados y sicarios porque como decía José Alfredo, para ellos “la vida no vale nada”.

Pero por el otro lado está la clase media medrosa que ha sido educada bajo la didáctica de las telenovelas del Canal de las estrellas que tanto defiende Alonso Lujambio, el Secretario de Educación del calderonato. Esta clase media dueña de pequeñas ambiciones y por lo mismo timorata, sí tiene miedo al fuego cruzado entre sicarios y marinos.

Hay un tercer estrato social: los ricos, los dueños de esta patria chica que no es mía, es de ellos, de los explotadores, de los que chupan el sudor y la sangre de los obreros, de los que explotan a los jornaleros, de aquellos que compran a precio de barata los productos del campo, tanto de los ixtleros como de los candelilleros. Ellos, los explotadores, que producen tanto monobloks para los vehículos automotores y cacerolas; leche y acero y que a la vez son dueños del alimento del pueblo. Ellos, los dueños del dinero no tienen miedo, tienen pavor. Ellos que generaron el caldo de cultivo para la reacción social violenta que hoy tiene en vilo a la Nación por los salarios de hambre que han pagado al pueblo están en espera de un discurso al estilo Pinochet.

Por lo demás, el pueblo raso que no sabe de discursos se conformará esta vez como los campesinos y obreros acarreados en la década de los 60 con un lonche y una coca.

Esto es en cuanto al discurso de los candidatos ante el reclamo de las clases medias que sociológicamente son las que exigen.

En esta contienda también falta ver la posición que asuman los medios de información, sobre todo los electrónicos que son los que históricamente influyen en el inconciente colectivo de un pueblo primitivo como el nuestro. Basta con recordar la campaña negra que los empresarios desataron contra López Obrador en 2006.

Todo apunta a que la contienda se dará en el cuadrilátero de la televisión y la radio pues el pueblo coahuilense, último en el ranking educativo está más acostumbrado a los sonidos y las imágenes que a las palabras. Sólo el 5 porciento de la población lee periódicos y cuando los compra se inclina por los policiacos. Cuando tienen en sus manos un periódico con cierto grado de decencia leen la sección deportiva. No dan para más. Las secciones editoriales como dijo Xóchitl Gálvez les dan “gueva”, pues no saben leer.

Y aquí está la parte medular del asunto electoral en el que participan por un lado Rubén Moreira hermano del gobernador con licencia y de Guillermo Anaya compadre del presidente de la república.

El que domine a la masa de palurdos e iletrados como los llama el poeta Cedillo será el triunfador en esta contienda cuyo trofeo será el solio principal del palacio rosa.

Seguramente los grandes temas que afectan al pueblo coahuilense no se tocarán. Primero porque a Rubén Moreira no le conviene desnudar los puntos flacos de la administración de su hermano Humberto como son justicia, educación, cultura y seguridad pública. Segundo porque Guillermo Anaya se ve tibio, timorato y frívolo.

Para los principales contendientes esta campaña política será la más difícil pues llegan acotados por las balas. Sólo basta imaginar un mitin en la plaza de Armas hasta donde llegue el rugir de la metralla mientras el candidato hable sobre la justicia social, sobre el empleo.

La gente ya no quiere demagogia. Quiere vivir en paz.

Sin embargo, todo apunta a que el discurso del candidato priista usará frases como “Arriba y adelante” de Luis Echeverría. “La solución somos todos” de López Portillo y “La renovación moral” de Miguel de la Madrid. Si esto dio resultados en el ayer, ¿para qué se quiebran la cabeza los priistas?

El PAN de Guillermo Anaya recurrirá a la descalificación mediante las campañas negras que tan bien dominan.

De cualquier manera es necesario estar atentos pues los tiempos barruntan sorpresas.

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