Persecución de periodistas, tráfico de influencias, caprichos, ineptitud de la burocracia mal llamada nueva clase política, marginación de políticos tradicionales, pleitos con su antecesor y personajes emblemáticos de la burguesía, problemas personales muy serios, falta de ritmo y rumbo en el enfoque administrativo, despido de miles de trabajadores, educación pública de bajísima calidad, crimen organizado en plena eclosión y un estado generalizado de desconfianza de la población hacia la administración gubernamental, es el saldo con el que Humberto Moreira Valdés llegará en su primer informe.
Lo anterior es gravísimo, pero más grave aún, es el hecho anunciado ya por el gobernador de Coahuila: no acudirá de manera republicana a leer su informe ante los burros que integran la legislatura actual. Lo hará en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler, ante las cámaras de RCG. Nomás esto nos faltaba. El mandatario demostrando de facto su sometimiento ante Roberto Casimiro González, el empresario analfabeto de la televisión estatal, que hoy se encuentra bajo escrutinio federal por las violaciones reiteradas a la Ley Federal de Radio y Televisión, en que ha incurrido la jauría desdentada que no oculta su militancia priista.
Tal vez, el gobernador, al finalizar la lectura de su informe obsequie a la parte estúpida del pueblo que sufragó por él, un espectáculo de baile al ritmo del acordeón de su amigo Celso Piña. En fin, de Humberto Moreira todo puede esperarse, si ya ha decidido romper con la tradición republicana que tanto honraron los mandatarios que lo han antecedido.
Pobre Coahuila. No merece el emputecimiento de su vida pública…
Lo anterior es gravísimo, pero más grave aún, es el hecho anunciado ya por el gobernador de Coahuila: no acudirá de manera republicana a leer su informe ante los burros que integran la legislatura actual. Lo hará en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler, ante las cámaras de RCG. Nomás esto nos faltaba. El mandatario demostrando de facto su sometimiento ante Roberto Casimiro González, el empresario analfabeto de la televisión estatal, que hoy se encuentra bajo escrutinio federal por las violaciones reiteradas a la Ley Federal de Radio y Televisión, en que ha incurrido la jauría desdentada que no oculta su militancia priista.
Tal vez, el gobernador, al finalizar la lectura de su informe obsequie a la parte estúpida del pueblo que sufragó por él, un espectáculo de baile al ritmo del acordeón de su amigo Celso Piña. En fin, de Humberto Moreira todo puede esperarse, si ya ha decidido romper con la tradición republicana que tanto honraron los mandatarios que lo han antecedido.
Pobre Coahuila. No merece el emputecimiento de su vida pública…
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