miércoles, 28 de noviembre de 2012



(Atribuido a Borges. Autor: Gustavo Alejandro Castiñeiras.

Nombre original: Poema de un Recuerdo)

Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descansar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.


domingo, 7 de octubre de 2012

El homosexual José Luis Núñez Solís, ladrón de la DIPETRE.



    Para agosto de 2011 la Chacha Núñez, don Simplicio o el Aguarrás (porque de lejos parece solvente) como se le conoce en los distintos lares educativos en los que se ha movido durante las últimas cuatro décadas llevaba una vida plácida: disfrutaba de una generosa jubilación que aunque ilegal, nadie se había percatado de ello; se había acostumbrado ya a que lo llamaran profesor pues las nuevas generaciones no estaban enteradas de su negro pasado como proxeneta y ladrón de medicamentos; como homosexual de medio tiempo disfrutaba el felatorismo que les practicaba a varones jóvenes y todavía se daba sus mañas para mantener una relación de corte íntimo con su asistente, una piruja cincuentona artista del adulterio y maestra del engaño.  Todo parecía marchar en paz y los negros tiempos del internado Vicente Suárez donde había sido violado sexualmente parecía que habían quedado atrás.
    Sin embargo, la diabetes perra que lo azotaba desde hacía algún tiempo lo colocaba por esos días en un estado constante de depresión; sentía minada su fuerza, enflaquecía rápidamente; los dientes de oro empezaban a bailotear en sus encías y para colmo de males, los altos niveles de azúcar en su sangre comenzaban a causar estragos en su líbido pues poco a poco la impotencia sexual empezaba a tocar a las puertas de su ya de por sí miserable existencia.
    Dentro de su ignorancia José Luis Núñez Solís pensaba que lo habían embrujado.  Dos o tres veces lo había expresado así a la Piruja con la que se refocilaba invariablemente los viernes por la tarde en su pocilga, allá en Paseo de las Liebres 585 en el fraccionamiento Lomas de Lourdes.  Dentro de sus cavilaciones la Chacha Núñez recordaba sus pecados cometidos como proxeneta al servicio de los viejos dirigentes sindicales de la Sección 38 del SNTE, de las muchas jovencitas que había entregado a la rapiña sexual de los poderosos de la época; del abandono en que ha mantenido a su primera esposa y a sus dos hijas, una de ellas con un empleo mal pagado dentro de la estructura educativa del estado; la otra, con un trabajo de quitacallos deambula por la existencia arrastrando el fardo de la tristeza.  Ambas lo odian por homosexual, por desobligado y por culero, tres “virtudes” que aprendió en el internado Vicente Suárez donde el rengo Chacha Núñez tenía que arrastrar una de sus extremidades inferiores en busca de un mendrugo de pan con el que medio engañaba las tripas.  El desplazamiento del rengo producía hilaridad entre los jóvenes.  Las burlas eran brutales: lo apodaban el Chueco.
    Entre el hambre, las violaciones sexuales a que era sometido y las burlas de sus compañeros, el alma de la Chacha Núñez encallecía.  Ya estaba en eclosión el monstruo inescrupuloso que actuaría como proxeneta y ladrón, como varón de medio tiempo con que trataría de ocultar la homosexualidad a la que ya era proclive, en suma, el enfermo mental que lloraría en su primer reencuentro con la cárcel infantil.  Ahí estaba solícito el hombro de su asistente en la subsecretaría de educación básica quien paciente y amorosamente enjugaba las lágrimas del bandolero mientras escuchaba: “ahí se suicidó un niñó, allá otro…”.  La Chacha Núñez moqueaba en su primer día de regreso al Internado Vicente Suárez.
    Ahora, vacío el morral de la escala axiológica, la Chacha Núñez nutre su alma negra con los recuerdos.  De cuando en cuando llegan a su mente en insights los tiempos en que compartía varón con su hermana Rosa Velia Soledad; era la época en que los hermanos Núñez Solís saqueaban los almacenes de fármacos del Servicio Médico de la Sección 38 del SNTE.  En esa historia de bandoleros que actuaba de manera impune aparecía como personaje secundario un individuo alto de tez blanca y ojos de color, homosexual de medio tiempo también que lo mismo atendía maritalmente a Rosa Velia Soledad que a su hermano José Luis Núñez Solís.  Eran la reencarnación de los personajes de Sodoma y Gomorra las ciudades bíblicas donde la satisfacción de los apetitos sexuales estaba por encima de las virtudes.  Así eran las chachas Núñez.  Así son.  Así han vivido y antes de que esta publicación empezara a escribir su historia se hacían pasar por gente respetable; es más, ya hasta se les hacía normal que los llamaran “profesores”.  Los bandoleros de medicamentos de la década de los 80 le habían apostado al olvido.
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    Ahora que la Chacha Núñez se encuentra en el umbral de la vejez ha contado con mucho tiempo para reflexionar sobre los motivos que tuvieron sus padres para convertirlo en un niño expósito; tal vez ellos, igual que en la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo pensaban como el padre Rentaría respecto de Miguel Páramo que en aquella cuna se revolvía una serpiente (se cita de memoria).
    Pero como a don Simplicio le falta letra no puede remitirse al Imperio Romano donde el paterfamilias, amo absoluto de su casa, podía ejercer el derecho ius exponendi de la potestas patria consistente en sacar de su hogar al hijo no deseado, dejándolo fuera para que muriese o hasta que alguien finalmente lo acogiera.  De ahí el probable origen de (expositus, puesto fuera) que como describiera Tertuliano “es ciertamente más cruel que matar… abandonando a los críos a la intemperie y al hambre de los perros”, según escribe en su blog el argentino Manuel Cortés Blanco.
    El escritor prosigue: “Durante siglos ser un “expósito” supuso una especie de estigma de por vida cuyo obstáculo no era tan fácil de superar.  Al abandono, la vergüenza y la pérdida consiguiente de identidad se sumaba en ocasiones un desprecio social, tan injusto como cruel.  ‘Cunero, hospiciano, inclusero’.  Niños que se burlan de otros niños como en el caso de la Chacha Núñez a quien apodaban el Chueco, quien desde entonces tiene bien claro que el destino de su alma podrida es sólo uno: reptar.
    Este es el estado en el que se encontraba la Chacha Núñez en la infancia con los ingredientes necesarios para convertirse en lo que hoy es: depravado, homosexual, ladrón, proxeneta y cobarde.
    Cobarde porque desde hace meses que la Chacha Núñez no habita la pocilga en la que vivía allá en Lomas de Lourdes.  Anda a salto de mata.  La llamada a un celular que hizo delante la Piruja cincuentona a nombre de Pancho Salazar con una voz chillona e insegura, presa de los celos, le ha costado la tranquilidad, pues hoy es exhibido en su dimensión exacta como un pedazo de materia fecal que por sus acciones avergüenza al género humano.  Esto debe de dolerle más que las hernias intestinales y las hemorroides perras que lo acosan.
    Sin embargo, al revisar la historia personal de este ladrón es difícil entender, en primera instancia, las formas en que ha logrado envolver a decenas de personas que han contribuido a que sea hoy por hoy el emblema de la picaresca educativa del estado; pero la dificultad se supera si se centra la atención en la condición humana, porque es preciso reconocer que la Chacha Núñez, empíricamente conoce los resortes psicológicos de los seres a los que se ha acercado y que han tenido la responsabilidad oficial y sindical del funcionamiento del aparato educativo de Coahuila durante los últimos 40 años.
    Definitivamente, la Chacha Núñez igual que el Lazarillo de Tormes conoce las flaquezas de todos los hampones que ha tenido como amos; sabe de la abyección del ser humano y con esa rara intuición feminoide ha logrado medir psicológicamente a las bestezuelas que ha explotado, aunque no siempre el triunfo ha sido el resultado: hoy vaga por la existencia alejado totalmente de su primera mujer y de sus hijas; además, siente aún el repudio de su segunda esposa quien lo aborrece por homosexual de medio tiempo y hoy sólo le queda quien fuera su asistente, una mujer casada y con un hijo veinteañero que diariamente ingiere el clonazepam suficiente para mantener sedado a un caballo, lo que no habla bien de su salud mental.
    En los registros de la historia del sistema educativo estatal que se extiende a las instituciones de seguridad social no existe un caso similar al de este cínico que después de haber ingresado como conserje se jubile 30 años después, sin estudios de licenciatura con el más alto sueldo.  Es más, recibe más dinero que quienes sí trabajaron frente a grupo.  Por ejemplo: un profesor jubilado con grado de maestría recibe actualmente alrededor de 24 mil pesos por concepto de jubilación y la Chacha Núñez que toda su vida se ha dedicado al enganchamiento de mujeres, actuando como proxeneta al servicio de los poderosos recibe alrededor de 30 mil pesos mensuales y no existe todavía en el sistema un solo funcionario, ni sindical ni oficial que ponga fin al saqueo a que ha sometido a las instituciones.
    Después de jubilarse en 2003 la Chacha Núñez no se retira a la pocilga que habitaba pues es recontratado por el entonces subsecretario Andrés Mendoza Salas contraviniendo el artículo 64 de la Ley de Pensiones de los Trabajadores de la Educación que a la letra dice: “(…)…Las pensiones serán además incompatibles con el desempeño de cualquier cargo, o empleo remunerado en el ramo educativo, al servicio de las entidades y organismos a que se refiere el artículo 2°. de esta Ley”.
    A Andrés Mendoza Salas lo ha sucedido en el cargo María Dolores Torres Cepeda quien aún llora la partida de la Chacha Núñez, su chofer, su confidente, su paliacate de lágrimas su mandadero y la conexión con los brujos que atienden a las figuras del poder estatal.  Hace un año el sodomita metió una incapacidad médica para atenderse las hemorroides perras que lo aquejan producto de las violaciones sexuales a que era sometido en el internado Vicente Suárez donde era niño expósito.  Esto al menos es lo que se dice, pero la realidad es que la Chacha Núñez huyó del centro de trabajo por cobarde: otro de los amantes de su asistente lo perseguía.  La persecución aún no termina y el sodomita de medio tiempo anda a salto de mata.  Cambia constantemente de domicilio y cuando la subsecretaria lo ocupa como chofer ambos maniobran pues saben que también se le busca por la calle Castelar.
    Escribe Salvador Novo en su autobiografía escatológica que por lo mismo fue publicada de manera póstuma que los sodomitas se entienden con un guiño.  Cuatro décadas después de que la Chacha Núñez empezara su relación “de amistad” con Leopoldo Vega Urbina la duda se levanta amenazadora por lo que expresa el dicho: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
    Vega Urbina como Director General de Educación Pública del Estado (1981-1987) durante los tiempos en que el cinismo era gobierno encarnado en la figura de José de las Fuentes Rodríguez, fue el encargado de entregar las primeras 27 horas clase a la Chacha Núñez ubicándoselas en la Escuela Secundaria Humberto Elizalde Jasso.
    El otrora famoso Polo Vega sabía que el bandolero José Luis Núñez Solís era un analfabeto que carecía totalmente de los méritos académicos para acceder a una plaza de profesor de secundaria y sin embargo, firmó, mojando la pluma en el tintero de la mierda su nombramiento.  ¿Qué había detrás de este acto puerco?  Tal vez el entendimiento de Polo Vega con la Chacha Núñez es como escribe Salvador Novo, con un guiño.  Porque aún conservan esa entrañable amistad, al grado de que el bandolero homosexual se encontraba en primera fila el día en que la Sección 38 del SNTE le organizó un homenaje al exdirector de educación en Coahuila.
    En el largísimo rosario de cómplices con que ha contado la Chacha Núñez en su prolongada estancia dentro del sistema educativo coahuilense no se puede soslayar a el Indio Peinado (a) Julio César Gallegos Chávez que igual que el bandolero sodomita no ha podido superar los conflictos gestados en la cuna pues sabe que procede de una relación incestuosa entre su abuelo y su madre.
    El Indio Peinado es un individuo que durante los años duros que le tocaron vivir cuando aún no comía totalmente con mantequita era un comunista de huarache y de huaripa que llevaba al pecho un medallón con la imagen de la virgen de Guadalupe cincelada en altorrelieve.  Este era el fresco que evidenciaba la contradicción existencial y la flaqueza de ideales.
    Como profesor normalista Gallegos Chávez se creía la encarnación del idealista italiano Antonio Gramci pero no pasaba de ser el hazmerreír del resto de la plantilla docente que laboraba en esa institución en la década de los 80.
    Al Indio Peinado le tocó darle asilo a la rata homosexual llamada José Luis Núñez Solís en el año 2000.  Gallegos Chávez sabía también que el roedor asqueroso que tenía que inscribir en la nómina normalista es un analfabeto funcional, pero no le importó: también se entendía con un guiño.
    Este es fundamentalmente el grupo de cómplices con que ha contado la Chacha Núñez para hacer de las suyas en el sistema educativo estatal.  Esto debería llenarnos de vergüenza a todos y sin embargo, no pasa nada.
   
La imbecilidad gubernamental y el cretinismo sindical

    Pero al margen del perfil delincuencial de este gomorrita es muy doloroso aceptar la inacción de las autoridades encargadas de velar por la aplicación correcta del dinero público.  Aunque esta publicación ha solicitado por escrito información acerca del perfil profesional de Núñez Solís, en la Secretaría de Educación (SEDU) se ha negado la información completa bajo el argumento de que los datos se encuentran en un archivo muerto y por lo tanto de muy difícil acceso.  Total: todos se hacen pendejos.  No hay respuesta.
    En la SEFIR, Secretaría de Fiscalización y Rendición de Cuentas cuyo titular es Jorge Verástegui Saucedo luego de armar un pedito de proporciones regulares esta publicación logra que le den entrada a un escrito en el que se solicita una revisión del caso José Luis Núñez Solís a través de los auditores de esa secretaría pero días después la petición seguía atorada hasta que Territorio Libre logra una respuesta muy débil en la que mediante oficio un abogadete con aspecto de burócrata del medievo que firma como Héctor Nájera Davis remite la petición a la Contraloría interna de la Sección 38 a cargo de un profesor de nombre Julio César Rodríguez Martínez.  Esto es todo lo que se logró en la SEFIR.  Días después saldría a la luz pública a través de una columna periodística que Verastegui Saucedo cobraba como aviador en la Secretaría de Economía durante la administración de Humberto Moreira.  Antes de encabezar la Secretaría de Fiscalización y Rendición de Cuentas, Jorge Verastegui fue un abyecto empleado del Grupo Industrial Saltillo; en ese tiempo se sentía por encima de todos pues era el ejecutor político de la voluntad de Javier López del Bosque, el fiel de la balanza política en la región.  ¿Qué se puede esperar de un corrupto que creció en las entrañas purulentas del GIS en cuanto a la encomienda que ha recibido para cuidar los dineros públicos?  Nada.  Sólo basura.  Esto es la SEFIR.
    Pese a que en el oficio citado se reconoce que los funcionarios de la Dirección de Pensiones, tanto los actuales como los que ya se fueron tienen responsabilidad como servidores públicos, en la Dipetre, su presidente Jesús Amancio Núñez Limón sigue montado en su macho negándose a revisar el caso de José Luis Núñez Solís a pesar de que la institución pensionaria ya no puede cumplir con sus compromisos de manera autónoma y actualmente usa parte del presupuesto regular del Gobierno del Estado para cubrir parte de las pensiones y jubilaciones de los trabajadores de la educación de Coahuila.
    Pero lo más grave es que con la impunidad que los funcionarios de la Dipetre tratan el caso de las Chachas Núñez (el homosexual José Luis y la odalisca Rosa Velia Soledad), se desprende que un gran número de jubilados y pensionados se encuentran en la misma situación que el grupo de delincuentes que han sido señalados por esta publicación; de otra forma no se entiende la complicidad de su silencio.

  
   
   

   
   
   

    

jueves, 16 de agosto de 2012



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domingo, 5 de agosto de 2012

La Rata José Luis Núñez Solís.

LAS CHACHAS NÚÑEZ SOLÍS SON UNA FAMILIA DE LADRONAS ASQUEROSAS…
Después de que en la edición anterior de esta revista se publicó que el ladrón José Luis Núñez Solís se encuentra jubilado con sueldo de profesor de la Escuela Normal Superior y por lo tanto cobra alrededor de 30 mil pesos en la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación y luego de que tanto Jesús Amancio Núñez Limón, Presidente del Consejo de Administración de ese organismo y Francisco Pacheco, Administrador del mismo reconocen que la jubilación es ilegal, pero, en un pataleo infantiloide dejan entrever que no le pueden dar marcha atrás, mientras aceptan que dos hermanas del caco magisterial cobran una jugosa jubilación como si hubieran dejado la zalea como maestras. De esta manera Rosa Velia Soledad y Cristina Núñez Solís –hasta donde se sabe al momento de redactar estas líneas- cobran también jubilaciones de profesoras, la primera como si hubiese trabajado en la Escuela Normal Superior y la segunda como si hubiera ejercido el magisterio en la escuela secundaria Andrés S. Viesca, aunque en sus albores laborales Rosa Velia Soledad era taquimecanógrafa y Cristina, conserje. De la información anterior se desprende una serie de actos de corrupción que comenzó hace casi cuatro décadas y aún no termina porque los funcionarios de la Dipetre, de las secretarías de Educación, de Fiscalización y Rendición de cuentas así como de la Tesorería, se niegan a cumplir con sus funciones de vigilancia en la aplicación de los fondos públicos con lo que se ha condenado a la ruina a la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación, porque el caso de la familia Núñez Solís representa apenas la punta del iceberg, ya que la inferencia silogística indica, que puede haber hasta centenas de jubilados y pensionados en situación de ilegalidad. Desde que Territorio Libre del pensamiento empezaba a circular allá por la tercera semana de marzo, la publicación tuvo la virtud de sacar de la modorra a algunos reporteros de la fuente quienes cuestionaron a Rubén Delgadillo Romo acerca de las irregularidades que existen en la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación quien les contestó que habría una limpieza en el organismo pensionario y sin embargo, dos meses después, el Secretario General de la Sección 38 se muestra nervioso e indeciso en la toma de decisiones sobre el destino de la Dipetre que se advierte ya como un tejido poroso en proceso final de descomposición, pues ahora queda claro que esta institución de seguridad social se ha manejado discrecionalmente por parte de los secretarios generales que han tenido en sus manos el destino del organismo pensionario que cobija la vejez de muchos profesores que sí han actuado en el marco de la decencia y por estos días disfrutan de su pensión. Como si ocultaran los misterios de la Virgen de Fátima, los funcionarios de la Dipetre se han negado reiteradamente a hacer pública la nómina de pensionados y jubilados porque –dicen algunos enterados- muchos familiares y amigos de los exsecretarios generales de la Sección 38 se encuentran pensionados y jubilados en siComo si ocultaran los misterios de la Virgen de Fátima, los funcionarios de la Dipetre se han negado reiteradamente a hacer pública la nómina de pensionados y jubilados porque –dicen algunos enterados- muchos familiares y amigos de los exsecretarios generales de la Sección 38 se encuentran pensionados y jubilados en situación de privilegio como sucede con la familia Núñez Solís, hasta el momento el ejemplo emblemático de la corrupción que existe en la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación. LA CORTINA DE HUMO: (…)… “UNA PIRUJA CINCUENTONA, ARTISTA DEL ADULTERIO Y MAESTRA DEL ENGAÑO…” EDesde los primeros momentos en que comenzó a circular la edición anterior de esta revista, Rosa Velia Soledad y José Luis Núñez Solís, los hermanos que durante la década de los 80 se dedicaban al saqueo de las bodegas de medicamentos del Servicio Médico de la Sección 38, se han dedicado al cabildeo y de esta manera tratan de construir una cortina de humo en torno de sus acciones delictivas, en las que han incurrido al cobrar de maneras ilegal e inmoral el dinero de una pensión que no les corresponde. Como defensa a las acciones legales que tanto la Dipetre como las dependencias del gobierno deberán tomar más pronto que tarde, han hecho circular entre pensionados y jubilados la versión de que detrás de todo se encuentra una “piruja cincuentona, artista del adulterio y maestra del engaño” con la que el sesentón José Luis Núñez Solís se enredó desde hace más de una década y que pese a estar atada a su matrimonio, es la novia del ladrón de la bodegas de materiales de la Secretaría de Educación, quien pese a tener alma de conserje se encuentra jubilado como profesor normalista con una cantidad aproximada a los 30 mil pesos mensuales, cuando de acuerdo con la Ley de Pensiones debería percibir sólo 9 mil 410 pesos. De esta manera aflora el lumpenaje de la familia Núñez Solís que hasta antes de que les estallara el escándalo ya consideraban ala piruja como “de la familia” según un mensaje colgado en el muro de Facebook en la página que tenía Rosa Velia Soledad Núñez Solís. Lo anterior ha permitido a los miembros de la familia Núñez Solís la sobrevivencia a los primeros escarceos en los que ha quedado firme el hecho de que cobran indebidamente sus pensiones, logradas sobre la base de la simulación, el engaño y la complicidad tanto de funcionarios estatales como de algunos dirigentes sindicales. LAS NÚÑEZ SOLÍS Y EL ARTE DE JUBILARSE COMO PROFESORAS CUANDO “SUS FACHAS” LAS ACUSAN DE SER CAMPESINAS RÚSTICAS Y ANALFABETAS… De acuerdo con las indagatorias que ha llevado a cabo esta publicación usando como instrumento la Ley de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, ninguno de los miembros de la familia Núñez Solís cursó estudios de licenciatura, por lo que para colocarse en la nómina estatal del magisterio en calidad de profesores, tuvieron que contar con la complicidad del Departamento de Validación de la Secretaría de Educación que en el año 2000, fecha en que ingresó en la lista de pagos normalista José Luis Núñez Solís, lo encabezaba Javier Quintana Maldonado –en estos momentos enfrenta cargos por fraude en la Escuela Normal Superior ya que estafó con 300 mil pesos a grupos de alumnos foráneos- y fungía como titular de Relaciones Laborales Samuel Rodríguez. En ese entonces Humberto Moreira se estrenaba como Secretario de Educación de Coahuila. Todos ellos violaron la Ley de Profesiones que en su artículo 9 (nueve) establece que para el ejercicio magisterial tiene que contarse con estudios en el nivel de licenciatura. Además de los funcionarios señalados, también tuvieron que contar con la complicidad de Julio César Gallegos Chávez y de Sara Patiño Orduño, quienes en ese tiempo fungían como Director de la Escuela Normal Superior y Secretaria General de la Delegación D-II-7 de la Sección 38 que agrupa a los trabajadores de esa institución. TRANSAS QUE DEJAN HUELLA Y HAN EMBARRADO A VIVOS, “VIVILLOS” Y MUERTOS… Pero lo más grave es que en el caso de Núñez Solís, la complicidad oficial y sindical ha permitido que se tuerza el espíritu de la Ley de Pensiones y otros Beneficios Sociales para los Trabajadores de la Educación Pública del Estado de Coahuila que en su artículo 2º establece a la letra: “… se considera trabajador de Educación Pública, a la persona que reuniendo los requisitos (…) preste sus servicios a las siguientes entidades y organismos: Gobierno del Estado. Los Municipios de la Entidad. Universidad Autónoma de Coahuila Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro” Las instituciones de Servicio Social creadas para beneficio de la educación pública del Estado. Para el presente análisis es conveniente precisar que para efectos de jubilación o pensión la Dipetre considera al Servicio Médico que forma parte de “Las instituciones de Servicio Social” y al Gobierno del Estado como entidades diferentes; es decir, Si la Chacha (a) José Luis Núñez Solís ingresó en 1973 como conserje y de ahí pasó a Jefe de archivo, para el 2003 tenía 30 años de servicio, pero sólo debió haber sido jubilado con la plaza que ostentaba en el Servicio Médico, el mismo que había saqueado durante toda la década de los 80, pero nunca como profesor, porque al subsistema llamado Gobierno del Estado ingresó apenas en la década de los 80 por lo que para el 2003 sólo tenía en servicio alrededor de 20 años pues la Escuela Secundaria Sección 38 nació apenas en 1983, por lo tanto Núñez Solís no tenía en servicio los 30 que exige la ley para efectos de pensión o jubilación; tampoco contaba con 55 años de edad por lo que no pudo haberse acogido al artículo 74 del ordenamiento que rige en el papel, pero no en los hechos, el funcionamiento de la Dipetre. Además, igual que en la Escuela Normal Superior, en estos días nadie puede atestiguar que la Chacha Núñez haya trabajado como profesor de esa institución. La deducción anterior se basa en que para el 01 de octubre de 1973 la Chacha Núñez contaba con 21 años y 148 días de edad si se puede creer en la fecha de nacimiento que tenía colgada en su sitio original de Facebook -05 de mayo de 1952-, por lo que no es creíble que en la misma fecha le haya sido otorgado el puesto de profesor de secundaria, porque –nuevamente la inferencia-: para 1967 tenía 15 años y el alma encallecida pues durante años había estado mal nutrido, lo habían aporreado sus compañeros de internado y ya arrastraba como un pesado fardo las consecuencias de la violación sexual; en estas condiciones, en un Saltillo marcado por la desigualdad socioeconómica en el que se imponía la ley de la selva, ¿podría un adolescente seguir adelante? La respuesta es: no, por el determinismo social. Pero, suponiendo sin conceder como se expresan los abogangsters, que la Chacha Núñez en eclosión, aparte de sentir las cornadas del hambre no satisfecha en los años anteriores haya sentido que una fuerza interior lo impelía a superarse por la vía académica, para 1970, apenas contaba con estudios de educación media básica y contaba ya con 18 años de edad y sin prosapia profesoral de por medio, era casi imposible que este pedazo de zoquete pudiese haber ingresado como alumno de la Benemérita Escuela Normal del Estado de donde habría egresado en junio de 1974. Otra vez, bajo el supuesto sin concesión de que la Chacha Núñez haya seguido la vía universitaria, tuvo que haberse inscrito en la Escuela Preparatoria Nocturna –aún no llevaba el nombre de Mariano Narváez-, o en el ese entonces elitista Ateneo Fuente, con una fecha probable de egreso marcada en junio de 1972. Por esta vía era imposible su ingreso en la Escuela Normal Superior porque aún no se admitían bachilleres, sólo profesores de primaria, por lo que se descarta que haya obtenido el título de profesor de secundaria en 1976. Hasta donde se puede inferir por las fechas y por la “entrañable” amistad que los une, Leopoldo Vega Urbina quien fungía como Director General de Educación Pública del Estado entre 1981 y 1987 fue el encargado de entregar la plaza de profesor de secundaria a la Chacha (a) José Luis Núñez Solís; a falta de méritos académicos este pedazo de mierda social, hábil con la lengua y falto en lo absoluto de escrúpulos, acercaba a las muchachitas recién egresadas de las escuelas normales al funcionario público que en sus tiempos de poder era un consumado sicalíptico. Por lo tanto desde el ingreso, la Chacha estaba destinado a ser proxeneta y coima, ya no sólo de Candelario Sánchez Villaseñor y Eliseo Loera Salazar, sino que ahora también lo sería del otrora famoso Polo Vega. Hasta la fecha la falta de escrúpulos de ambos los hermana. Los dos son iguales: cuando tienen poder son prepotentes y altaneros; cuando están en la lona se arrastran. La amistad que los une es entrañable. Ambos la presumen. EN MÉXICO LEY QUE NO SE VIOLA NO ES LEY, POR ESO LAS NORMAS VALEN UNA CHINGADA… Paráfrasis de Octavio Paz La realidad es que la Chacha Núñez aceptó primero el puesto de conserje y luego ascendió a camillero en la clínica del Magisterio porque en 1973 no era profesor y según las deducciones anteriores, el puesto lo consiguió por sus oficios de proxeneta, pero mucho después de la fecha que tiene marcada como ingreso en la documentación que existe en la Dipetre: 01 de octubre de 1973. Según el artículo 2º de la Ley de Pensiones, Núñez Solís era “trabajador” en dos entidades: Gobierno del Estado donde cobraba como “profesor” y Servicio Médico de la Sección 38 donde cobraba como Jefe de archivo; se entiende que son entidades diferentes en las que ingresó en fechas totalmente distintas, tal vez con 10 años de distancia. Por lo tanto, de acuerdo con el espíritu de la ley, la Chacha Núñez pudo haberse jubilado en 2003, luego de 30 años de servicio como Jefe de archivo de la Clínica del Magisterio, pero solamente de esta entidad llamada Servicio Médico de la Sección 38, Pero no de la otra entidad denominada Gobierno del Estado, en la que ingresó con por lo menos una década de diferencia.Aquí empiezan los asegunes en la jubilación de Núñez Solís, porque la Escuela Secundaria Sección 38 nació en 1983, por lo que si el interfecto en cuestión empezó su carrera de bandido profesoral por sumarse al ejército de proxenetas al servicio de Leopoldo Vega Urbina, para 2003 apenas contaba con 20 años de aviador del magisterio, tres de los que sobrevoló también el cielo normalista, pues desde el año 2000 hasta el 2003 cobraba también sin trabajar en la nómina de la Escuela Normal Superior. La lógica no existe entre los funcionarios que han administrado la educación pública de Coahuila en las últimas cinco décadas, porque de entrada, nunca debieron haber inscrito a Núñez Solís en la nómina de la Escuela Normal Superior con el puesto de profesor, porque se violaba el artículo 09 de la Ley Estatal de Profesiones en cuyo texto se indica que para ser maestro, en Coahuila se requiere de título y cédula profesionales, con los que obviamente no cuenta el aludido. Por otro lado, el artículo 72 de la Ley de Pensiones dice a la letra: “El monto de la pensión (…) se establecerá de la siguiente forma: “Para los trabajadores que desempeñaron distintos puestos durante los últimos tres años, anteriores a su retiro, el monto de su pensión se establecerá con base en las siguientes disposiciones: 1).- Se tomarán en cuenta los sueldos vigentes al momento del retiro, de todos los puestos desempeñados. 2).- El monto de la pensión se obtendrá promediando los sueldos que correspondan a cada uno de los puestos ocupados, en relación al tiempo durante el cual dichos puestos fueron desempeñados. Los lineamientos de la Leye Pensiones no fueron respetados por los funcionarios de la Dipetre al momento de autorizar la jubilación de Núñez Solís, pues si éste tenía tres puestos: “profesor” de la Secundaria Sección 38, “profesor” de la Escuela Normal Superior y Jefe de archivo del Servicio Médico de la Sección 38 con 12,231 pesos con 82 centavos, 9 mil 100 pesos y 6 mil 900 pesos respectivamente, el monto de la pensión debió haberse ubicado en el promedio de las tres percepciones: 9,410 pesos, en lugar de los 28,231 pesos que actualmente cobra en la Dipetre. Lo anterior porque un sinvergüenza como José Luis Núñez no puede percibir más que un jubilado que cuenta con nivel de doctorado en su currícula académica y cobra en la Dipetre apenas 24 mil pesos mensuales. Así que por donde se le busque, la pensión de la Chacha Núñez es además de inmoral, ilegal, por lo que desde hace mucho se le debió reducir, pero como en estos momentos este análisis se enfrenta a hechos consumados en los que el aviador magisterial ha cobrado cada mes 18,821 pesos de más durante durante casi nueve años, Jesús Amancio Núñez Limón debe aplicarle el artículo 114 de la Ley de Pensiones que establece a la letra: “Se equipara al fraude y se sancionará como tal en los términos de nuestra Legislación Penal vigente en el Estado, el obtener las prestaciones que esta Ley otorga sin tener derecho a ellas, valiéndose del engaño, simulación, substitución de persona o de cualquier otro acto de artificio o mala fe. El Consejo Directivo de la Dirección de Pensiones, presentará la denuncia respectiva ante la autoridad que corresponda” Si se parte de la última cantidad 18,821 pesos que indica el monto que mensualmente ha cobrado indebidamente en la Dipetre desde el 01 de octubre de 2003, hace ya ocho años con ocho meses en total (104), basta multiplicar 18,821 pesos por 104 meses, operación básica que arroja una hermosa suma que de hacerla efectiva, los fondos de la Dirección de Pensiones aumentarían en un momento en un millón 957 mil pesos: en números: 1’957,000.00. Hermosa cifra. Por supuesto que el ladrón no la ve hermosa, pues tendrá que regresar esta candidad a la Dipetre. DON SIMPLICIO Y SUS ACHAQUES… El caso de la Chacha Núñez también conocido por sus amigos como Don Simplicio porque es incapaz de ocultar la estupidez de que hace gala cuando “jotea” en el clímax de las borracheras que se ponía antes de que le cayera el chahuistle, como castigo divino por todas las jovencitas que recién egresaban de las normales y eran entregadas por él a funcionarios sindicales y oficiales. El signo ominoso del lumpenaje que arrastra desde sus orígenes se manifestaba en toda su plenitud cuando en los pasillos del viejo almacén de medicamentos del Servicio Médico, allá en los lejanos tiempos de la década de los 80, los mano larga que nunca faltan acariciaban las nalgas de su hermana Rosa Velia Soledad y el pedazo de materia fecal con patas conocido ya como la Chacha Núñez no movía un solo dedo para defender la ya de por sí maltrecha honra de su hermana. Estos son los valores que adquirió cuando terminó sus estudios de primaria en el Internado Vicente Suárez y con cuyo paupérrimo bagaje cultural, al margen de la vergüenza cobró toda su vida como si fuera profesor contando con la complicidad de los funcionarios sindicales y oficiales del ayer. Y como Dios no tiene que bajar del cielo para castigar sin palo ni cuarta a cuanto sinvergüenza deambula por el mundo, por estos días la Chacha Núñez ha comenzado a pagar: la diabetes perra que padece lo ha convertido en un inerme sexual –según ha contado su fogosa amante, una piruja cincuentona, artista del adulterio y maestra del engaño-; además, las hernias intestinales, producto de las violaciones sexuales a que fue sometido en la infancia, lo condenan por estos días a sufrimientos atroces aunque ni con esto pague su labor de proxeneta que aprovechaban sus amos en turno para abusar de estudiantes y recién egresadas normalistas, a las que convencía de que para poder acceder al empleo había que entregar las nalgas. Este es a grandes rasgos el retrato hablado de este delincuente que ha hecho de la indecencia su modo de vida sin importarle en lo más mínimo el daño que ha causado con su conducta a sus dos hijas, a sus dos esposas y por último a la querida con la que actualmente se refocila en su pocilga allá en Paseo de las Liebres en el Fraccionamiento Lomas de Lourdes.

Continuará

martes, 15 de mayo de 2012

JUBILA PENSIONES DE LA SECCIÓN 38 DEL SNTE AL LADRÓN JOSÉ LUIS NÚÑEZ SOLÍS CON SUELDO DE PROFESOR DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR. SÓLO TERMINÓ PRIMARIA.

• Lo jubilan con casi 30 mil pesos mensuales, tres veces el promedio que reciben los profesores que sí pisaron los claustros académicos. • Maestro de la aviación magisterial, jamás ejerció como profesor. • No tiene título profesional, pues sólo cursó estudios de primaria en el Internado Vicente Suárez de Saltillo, Coah., México. • En ochos años la rata asquerosa ha robado a la Dirección de Pensiones alrededor de dos millones de pesos. • Después de su jubilación ilegal siguió cobrando en la Subsecretaría de Educación Pública, primero con Andrés Mendoza Salas y luego con Dolores Torres Cepeda; dice a quien lo quiere escuchar que conoce los secretos más íntimos de estos personajes a quienes a servido como chofer, ¿entonces porque cobra jubilación como profesor? • Durante toda la década de los 80 se dedicó al saqueo de los almacenes de medicamentos del Servicio Médico de la Sección 38 del SNTE. • En la década de los 90 lo sorprendieron robando las bodegas de materiales de la Secretaría de Educación de Coahuila. • Aunque su destino era la cárcel, hoy se burla de todos los profesores gracias a la permisividad oficial y a la corrupción que existe en la Dirección de Pensiones de la Sección 38 del SNTE. • Logra jubilarse de manera ilegal con tres plazas: docente con 13 horas clase en la Escuela Normal Superior; 27 horas clase en la Escuela Secundaria Sección 38 y como Jefe de archivo de la Clínica del Magisterio. • ¿Cuántos casos más como el de este ladrón existen en la Dirección de Pensiones de la Sección 38 del SNTE?

José Luis Núñez Solís: la patética historia de un ladrón

A finales de septiembre de 2003 José Luis Núñez Solís pasaba por una temporada de nerviosismo pues tres años antes, Humberto Moreira Valdés a la sazón Secretario de Educación de Coahuila le había otorgado dos plazas con el fin de que se jubilara con decoro, pero, había un pequeño “pero” porque Núñez Solís no era, no es ni será nunca profesor, aunque cobraba como aviador en la Escuela Normal Superior la cantidad de nueve mil pesos equivalentes a 13 (trece) horas clase y en la Escuela Secundaria Sección 38 donde tampoco ejerció como docente tenía adjudicadas 27 horas clase por lo que actualmente cobra una suculenta jubilación que hasta hace poco tiempo ascendía a 12 mil 231 pesos con 83 centavos. La cantidad global que por los conceptos anteriores cobra en la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación (Dipetre), equivale tan sólo al 76 por ciento de su “pensión”, pues el resto, 24 por ciento lo cobra por concepto de Jefe de archivo del Servicio Médico de la Sección 38 del SNTE, aproximadamente 6 mil 900 con lo que redondea una jugosa pensión de alrededor de 28 mil 947 pesos cada mes, cifra tres veces superior a la cantidad promedio que por el mismo concepto reciben los profesores que sí se sobaron el lomo dentro de las aulas por más de 30 años y que además, sí ostentan su respectivo título de profesores de primaria y secundaria. Aparte de patético el caso de Núñez Solís es emblemático pues demuestra la forma permisiva y corrupta con la que han actuado durante 40 años los funcionarios tanto oficiales como sindicales, pues no es posible aceptar que un trabajador que inicialmente entró como conserje y luego fue camillero se jubile como maestro de la Escuela Normal Superior donde nadie puede dar referencias de él, ni como alumno, ni como maestro. Lo anterior también demuestra la discrecionalidad con que se han conducido los miembros de los consejos de administración que durante la última década han estado a cargo de la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación (Dipetre). Actualmente el responsable de las finanzas de esta institución de seguridad social de los profesores estatales de la educación es Leonel Hinojosa Valdés quien conoce del caso Núñez Solís, pero aunque se le solicitaron los documentos probatorios de la trayectoria laboral del interfecto en cuestión, a través de uno de sus testaferros se negó a proporcionarlos. Aunque la petición elevada a los funcionarios de la Dipetre se fundamenta en los conceptos de la Ley de Acceso a la Información Pública, la respuesta ha sido rotunda: no. Luego de una indagatoria en la que se preguntó a algunos profesores jubilados y pensionados sobre la forma en que la Dipetre les entrega mensualmente el dinero para su manutención, todos afirmaron que se hace a través de tarjeta de débito los días 23 de cada mes y que nunca alguno de ellos ha tenido a la vista la nómina de pensionados y jubilados. Ellos mismos han concluido que la Dipetre maneja el asunto en el más absoluto secreto y van más allá al afirmar que hay muchos casos como el de Núñez Solís en el que se sangra a la institución con pensiones ilegales. Al cuestionarlos acerca de si están dispuestos a exigir a Leonel Hinojosa Valdés que se transparente la nómina de los profesores pensionados y jubilados respondían de manera afirmativa por lo que no se descarta que en los próximos meses la Dipetre sea sometida al escrutinio público para terminar con los malos manejos. En los últimos 20 años la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación no ha hecho pública su situación financiera como lo marca la ley en su artículo . Pero lo más grave de todo es que un “trabajador” como Núñez Solís que durante toda su vida laboral se desempeñó como sicario al servicio de la venalidad de dirigentes sindicales de la talla de Candelario Sánchez Villaseñor y Eliseo Loera Salazar, así como de funcionarios ladrones de la talla de Óscar Pimentel González y que nunca pisó, ni por equivocación un claustro académico porque carece de los méritos profesionales llegue al final de sus días muy orondo, con el disfrute ilegal de una suculenta jubilación. José Luis Núñez Solís: la patética historia de un ladrón Hasta donde se sabe, Núñez Solís ingresó como conserje en la Clínica del Magisterio en los años viejos de la década de los 70; de este puesto fue transferido al de camillero donde se ganó el mote de el Perro Núñez por su conducta antisocial y egoísta. Ya arrastraba el apodo de la Chacha desde los tiempos en que cursaba sus estudios elementales que aún lo acompañan en su miserable existencia en el Internado Vicente Suárez, porque en ese lugar le gustaba hacerla de “mujercita” de uno de los hijos del director de esta institución de negra fama. Renco y ciego, desde muy pequeño, su alma de víbora entendió que su destino era reptar. De esta manera obtuvo el puesto de jefe del archivo de la Clínica del Magisterio que nunca ejerció a plenitud pues se la pasaba como mandadero de Eliseo Loera Salazar y de Candelario Sánchez Villaseñor, ambos presidentes del Consejo de Administración del Servicio Médico de la Sección 38 del SNTE. En aquellos años ya se encontraba como secretaria de la presidencia del Consejo de Administración Rosa Velia Soledad Núñez Solís, una mujer madura que acababa de romper la relación sentimental que sostenía con un jugador de beisbol del equipo Saraperos de Saltillo y que a diferencia de su hermano, había cursado estudios elementales de taquimecanografía. Eran los años en que la minifalda causaba furor y tornaba sicalípticos a los hombres. Eliseo Loera Salazar estaba ahí, al acecho de aquella mujer de pechos turgentes y nalgas tentadoras que con guardar silencio despertaba las pasiones porque si hablaba perdía todos sus encantos pues era dueña de una voz chillona, muy parecida a la de su hermano José Luis, quien aún habla como ejidataria rústica. Como todo profesor que se sienta orgulloso de su profesión, tanto Loera Salazar como Sanchez Villaseñor no sabían hacer cuentas, esta responsabilidad era delegada en Rosa Velia Soledad Solís Núñez quien mandaba a su hermano, el baquetón José Luis a cobrar los cheques de las cuotas que tanto la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro como la Universidad Autónoma de Coahuila pagaban al Servicio Médico para que los trabajadores de ambas instituciones recibieran atención médica. En ese entonces la Clínica del Magisterio funcionaba en un viejo edificio de la calle Acuña, unos metros al sur de donde se levanta el edificio que durante muchos años ha albergado a la dirigencia de la Sección 38 del SNTE. Ahí mismo se encontraban las oficinas administrativas donde el Tesorero era Luis Luévano, un gomorrita consentido del sistema educativo estatal ya jubilado y el Jefe de almacén era Jesús Rodríguez, todos, verdaderos pájaros de cuenta quienes de la mano de Rosa Velia Soledad y José Luis Núñez Solís habían tomado ya la medida a los funcionarios sindicales que por ley tenían la obligación de velar por el patrimonio de esta institución de seguridad social, pero que en cambio se dedicaban al saqueo descarado con el que financiaban un tren de vida que llevaría a Candelario Sánchez Villaseñor a la cárcel por vender automóviles Volkswagen de la línea Corsar y a Eliseo Loera Salazar a la Secretaría General de la Sección 38. Eran los años finales de la década de los 80 cuando llegaba a su fin la gubernatura de José de las Fuentes Rodríguez. En diciembre de 1987 estallaba el escándalo cuando Candelario Sánchez Villaseñor era encarcelado por vender carros robados en la Ciudad de México. Eliseo Loera Salazar era el dirigente de la Sección 38 pero antes también había sido presidente del Consejo de Administración del Servicio Médico. El río estaba revuelto. En el Servicio Médico de la Sección 38 las aguas habían estado siempre turbias, pero sobre todo desde que Eliseo Loera se convirtió en presidente del Consejo de Administración en 1980 y como dice el refrán, a río revuelto, ganancia de pescadores, los ganones eran Jesús Rodríguez, Luis Luévano, Rosa Velia Soledad y José Luis Núñez Solís. Por aquellos años Rosa Velia Soledad recomponía su vida al casarse con un hombre mucho más joven que ella. Le había echado el ojo y lo escogió porque César era el que manejaba el camión de 3.5 toneladas con caja seca en el que se distribuían los medicamentos a todas las clínicas del Estado. El saqueo era despiadado. Ahí empezaba su carrera de bandido el mayate José Luis Núñez Solís, quien amafiado con su hermana, su cuñado, el tesorero y el jefe de almacén surtían a todas las pequeñas farmacias de la ciudad a precios de ganga. Desde 1980 hasta la muerte de Eliseo Loera Salazar a finales de junio de 1988, José Luis Núñez Solís comandaría a la gavilla de saqueadores que incluía a su hermana, su cuñado, Luis Luévano y Jesús Rodríguez. Por aquellos años también, el mayate Núñez Solís andaba de novio con la primera mujer a la que haría infeliz ya que las costumbres de la época marcaban que todo homosexual debería cubrir las apariencias casándose y la Chacha Núñez como lo apodaban desde los tiempos negros del Internado Vicente Suárez en que la hacía de “mujercita” para saciar los instintos de uno de los hijos del dueño del internado. De esta manera, el sodomita llegaba al altar disfrazado de varón y calzando los botines de bailador de congal que lo harían famoso entre los dirigentes sindicales que lo humillaban y escupían en el rostro por pendejo y por ladrón. Sólo les servía para conseguir mujeres pues el rufián es habilidoso con la lengua e inescrupuloso, dos máculas que ha convertido en baluartes para arrastrarse en la vida cuando es necesario. Muy pronto los cuñados de Núñez Solís comenzarían a perseguirlo por las relaciones extramaritales de corte homosexual que mantenía de manera promiscua. Como la cobardía es el sello que caracteriza a este pedazo de materia fecal con patas, se colocaba a salto de mata para evitar confrontarse con los hermanos de su mujer. Antes los había deslumbrado con mentiras pues les decía que él era un hombre muy influyente en el Servicio Médico de la Sección 38 convertido por él mismo en la guarida de la gavilla de saqueadores que comandaba. Existe un lapso de tiempo en el que se pierde el rastro de este delincuente y corresponde a los períodos en que fueron secretarios generales Osvaldo Campos Quintero y Lázaro Vásquez Ramos, aproximadamente entre 1989 y 1993. Al parecer con ellos no había química y con las manos atadas y el rabo entre las patas se refugiaría en el archivo médico de la Clínica del Magisterio. En 1991 Julián Montoya de la Fuente llegaba a la Secretaría General de la Sección 38 del SNTE y su período se prolongaría hasta febrero de 1995. En ese lapso, cuando ya se encontraba como titular de la Secretaría de Educación Pública el excaco municipal Óscar Pimentel González, la esposa de Julián llegó un día al archivo de la Clínica del Magisterio y porque la señora no llevaba credencvial, Núñez Solís la Chacha le negó el servicio y como Julián sigue siendo hombre de pocas pulgas, ni tardo ni perezoso lo puso a disposición de la SEP con el argumento de que tenía años saqueando los almacenes del Servicio Médico. Lo que hizo Julián fue acercar un ladrón con otro pues tanto Pimentel González como la Chacha Núñez se entendían de maravilla pues manejan el mismo código de gavilleros. De esta manera convertido ya en hombre de las confianzas del Secretario, la Chacha Núñez se dedicaría a organizar todos los eventos en los que participaba su patrón además de manejar los asuntos confidenciales como la entrega de una camioneta Ram Charger al locutor Antonio Dávila Campos que fue pagada a la agencia con fondos del erario. Rota la brida de la vergüenza, el rufián Núñez Solís se acostumbraba a la buena mesa y al trago oneroso. Por ese entonces, durante un viaje a Torreón, desde su celular compró una camioneta Explorer ante el asombro de sus acompañantes entre los que se encontraba el Indio peinada (a) Julio César Gallegos Chávez. Había encontrado una nueva mina de oro y para ocultar su homosexualidad empezaba a cortejar a una mujer casada a la que haría suya por dinero en esos mismos meses y formalizaría su amancebamiento dos lustros después. Del segundo matrimonio de Núñez Solís no hay datos, pero se rumora que era una mujer muy atractiva que, harta de la inmoralidad del marido, un buen día tomó sus efectos personales y se fue. Meses después de la compra de la Explorer, una nota periodística acompañada de fotografías desvelaba el sustrato pestilente en el que se movía la Chacha Núñez Solís quedando al descubierto la forma miserable en que saqueaba las bodegas de la Secretaría de Educación Pública a cargo entonces de Óscar Pimentel González. Ahí concluía otra etapa de su carrera de bandido magisterial y aunque su destino debio de haber sido la cárcel, hoy disfruta muy orondo de tres suculentas jubilaciones: Jefe de archivo de la Clínica del Magisterio y aunque sólo cursó estudios de primaria, terminó también con el nombramiento de “profesor” de la Escuela Normal Superior con 13 horas clase; pero además, cobra jubilación también como si hubiese trabajado en la Escuela Secundaria Sección 38. Tanto en la ENS como en la secundaria mencionada, nadie sabe dar razón de este maldito transa que actualmente roba las jubilaciones de decenas de trabajadores. Por eso la Dirección de Pensiones de la Sección 38 se encuentra en quiebra y nadie hace nada para sanar las finanzas de esta institución corrigiendo las pensiones de la gente que como este ladrón cobra de más. Esta historia es de hombres chiquitos, de ladrones sindicales que asuelan desde hace mucho a las instituciones sociales de la Sección 38 del SNTE, instituciones que de manera estoica ha resistido el paso de rapiña de muchos de sus titulares que mantienen en estado de alto secreto su funcionamiento porque así conviene a los grandes iniciados del sindicalismo magisterial que se practica en estas latitudes. En los años tiernos de la década de los 80 Eliseo Loera Salazar incursionaba en serio en la política de la Sección 38 del SNTE y junto con los hermanos Sánchez Villaseñor –Dionisio y Candelario- saqueaban sin empacho alguno las instituciones de seguridad social de esta institución apurando las copas pletóricas de la miel que escurría en un gremio que no sabe hacer cuentas y mucho menos exigirlas a sus dirigentes. En este escenario en el que los personajes de relleno no tienen lugar en la historia aparecía este sujeto de alma purulenta y conducta miserable que como las rémoras, se alimentaba de los desperdicios de los grandes tiburones sindicales. Hasta donde se sabe, el trabajo de José Luis Núñez Solís era el de proxeneta y coima del sindicalismo de rapiña que campeaba en la Sección 38 del SNTE en aquellos ya lejanos tiempos. Y ahí en ese sustrato pestilente comenzaba a arrastrarse José Luis Núñez Solís. Su alma de gato se había entrenado para servir en los fríos claustros del Internado Vicente Suárez donde la humillación y los malos tratos eran la constante. Ahí en Camporredondo sentía por primera vez el falo ardiente horadando sus entrañas, pues la violación era una de las prácticas de uno de los hijos del director, por eso, en estos tiempos padece diverticulitis y hernias intestinales aparte de unas almorranas perras que no lo dejan ni a sol ni a sombra en medio de una diabetes sin control que ya lo empijan a cocerse a fuego lento en el infierno Emasculado del honor la baja autoestima vendría por sí misma en un medio adverso donde la sobrevivencia estaba por encima del bruñimiento cultural. Ante esto, un gran aprendizaje lo acomañaba ya en aquellos lejanos días de finales de la década de los 50 y al inicio de los años 60: sabía que agazaparse a esperar el momento para recoger las migajas de la vida sería la constante en su existencia. Por eso, como el Lazarillo de Tormes se ha quedado con la hija del aguador –mujer con fama de puta según el relato de autor anónimo- o retomando los versos de la Vida Inútil de Pito Pérez, ahora el pueblo lo felicita/ por la mujer que se lleva/ es dadivosa y bonita/ diligente… y casi nueva. Jubilación a la medida de un ladrón Como la información en la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación es manejada dentro de los parámetros del más alto secreto y hasta el momento no se transparenta ni siquiera el estado financiero de esta institución de seguridad social, es importante señalar que en 1996 en que Alfonso Cepeda Salas –otro ladrón- era secretario general de la Sección 38 se empezaron a hacer los movimientos necesarios para la viabilidad de la Dipetre. De esta manera, de forma arbitraria se llevaban a cabo asambleas en las distintas delegaciones de todos los niveles educativos donde el único punto a tratar era la entrega del importe total de la subcuenta de vivienda de cada uno de los trabajadores para inyectar de manera permanente estos fondos en la Dirección de Pensiones. Así las cosas, cabe preguntarse: ¿Cuántos sinvergüenzas como la Chacha Núñez cobran indebidamente pensiones y jubilaciones? Seguramente son muchos para que no se quiera transparentar la información.