Pero hay más ejemplos que ya se exhiben en la prensa nacional. Al presidente nacional del PRI, Humberto Moreira, ya le cayeron encima.
El periódico Reforma ventiló el enriquecimiento inexplicable de Vicente Chaires, coordinador administrativo del CEN priista, un presunto testaferro del dirigente tricolor y gobernador con licencia de Coahuila, a quien golpe tras golpe ya le quitaron lo bailarín, con todo y su estilo chúntaro.
El sueldo del mentado Chaires, un amigo del alma de Humberto Moreira, no cuadra con sus propiedades y negocios. De ser un pequeño comerciante, se convirtió en un exitoso empresario de las telecomunicaciones en Coahuila y con un activo desarrollo en la industria inmobiliaria en Texas.
Sin duda, esto es apenas el principio, la punta de iceberg de una serie de escándalos políticos que se intensificarán conforme se aproxime la elección presidencial del 2012. Es la lucha por el poder y en la lucha por el poder pueden suceder muchas cosas inimaginables, fuera de toda lógica, sobre todo si la PGR es el eje de la política nacional.
A lo largo y ancho del territorio nacional existen políticos, priistas sobre todo, que muy posiblemente no pueden conciliar el sueño.
Felipe Calderón, cuenta la leyenda urbana, lo prometió ante la tumba de su padre: hará cualquier cosa para impedir el regreso del PRI a Los Pinos. Ya lo ratificó, con otras palabras, en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
Esto es la guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario