A finales de febrero, una carta abierta dirigida a Elba Esther Gordillo Morales y firmada por el profesor Jaime Zamudio sacudía la estructura de la Sección 38 del SNTE que dirige Carlos Moreira Valdés.
El texto, publicado en Vanguardia en un cuarto de plana hacía referencia a algunas irregularidades que a juicio del firmante han surgido después de la fusión de las instituciones de seguridad social de la Sección 38. Las leyes del Servicio médico, Pensiones, Seguro del maestro y Fondo de la vivienda de la 38 fueron reformadas y de acuerdo con la visión de Jaime Zamudio García, en términos generales, las reformas se contraponen con los procesos democráticos de dicha sección sindical.
Los días siguientes a la publicación de la misiva, las balaceras alteraban la vida de los saltillenses por lo que el texto quedó temporalmente en el olvido; sin embargo, de acuerdo con los primeros recuentos de los daños la carta dirigida a Elba Esther Gordillo podía ser el pretexto para la intervención del Comité Ejecutivo Nacional en la Sección 38 del SNTE bajo cualquier pretexto. Esto olía a traición, pues en lo primero que se pensó al interior del grupo hegemónico de los hermanos Moreira, fue que la traición de Elba Esther flotaba en el ambiente; es decir, que no apoyaría a Rubén en su proyecto hacia la gubernatura del estado y ya había tomado la decisión de apoyar a Guillermo Anaya, el principal contrincante de Rubén.
Otra de las conclusiones a las que llegaba en esos días el grupo compacto que sigue a Carlos Moreira era que detrás de Jaime Zamudio estaban todos los nefastos exdirigentes a los que Carlos había acusado de llevar a la quiebra a las instituciones de seguridad social, pero especialmente dos enfermos mentales que actualmente ostentan una riqueza que no corresponde a sus ingresos como profesores y cuyos nombres son Juan Manuel Armendáriz Rangel y Francisco Benito Parra Mireles.
Actualmente Francisco Benito Parra Mireles –extesorero de la Sección 38- es dueño de por lo menos dos ranchos cinegéticos ubicados en los municipios de San Buenaventura y Piedras Negras, ferreterías y un pequeño Mexpost que cuenta con una flotilla enorme de vehículos. Aparentemente todo con el producto de su sueldo como profesor normalista ya jubilado.
Juan Manuel Armendáriz Rangel es el más rabioso de los opositores a Carlos Moreira. Fue Secretario general de la Sección 38 en el período 2000 a 2004 y no estaba manco para meter sus manos en la caja de caudales de la Sección 38. A Juan Manuel Armendáriz se le ha podido documentar que cuenta con inversiones en bienes raíces en San Antonio, Texas a nombre de una de sus hermanas. También cuenta con inversiones en Cancún, allá en el estado de Quintana Roo. Todo con su sueldo de profesor de secundaria.
Para el año 2004, unos meses antes de que Armendáriz Rangel dejara el cargo, la comidilla en la Sección 38 del SNTE era Jaime Zamudio quien viajaba en una Ford Lobo Harley Davidson edición especial con valor de 600 mil pesos, era dueño de una casa enorme ubicada en el fraccionamiento Santa Anita mientras su esposa viajaba en una camioneta Honda y el matrimonio tenía para los mandados una Sonora de reciente modelo. Todo esto no tendría nada de malo si Jaime Zamudio no huebiera llegado a la Sección 38 a bordo de una vieja vagoneta Datsun. Todo, también lo había hecho con su modesto sueldo de profesor de secundaria.
No obstante la dudosa calidad moral de Jaime Zamudio García la carta había sembrado la inquietud en la Sección 38 porque en términos generales barruntaba una ruptura entre los hermanos Moreira y Elba Esther Gordillo por la cercanía que guarda Juan Manuel Armendáriz Rangel, el más rabioso de los opositores a Carlos Moreira.
En otro momento no habría pasado nada pero en estos días está en juego la gubernatura del Estado de Coahuila que se disputan Rubén Moreira Valdés y Guillermo Anaya Llamas y cualquier ruptura con la lideresa del magisterio nacional podría meter en problemas a Rubén por la fama de vende elecciones que se ha ganado Elba Esther Gordillo Morales.
Por lo pronto ya ha quedado claro que Jaime Zamudio no es más que títere de Armendáriz Rangel y compañía, pero también ha quedado claro que el grupo de ladrones que encabezan Armendáriz Rangel y Francisco Benito Parra Mireles están listos para dar el zarpazo y recuperar el coto de poder que tuvieron desde la muerte de Eliseo Loera Salazar en junio de 1988.
Durante años Parra Mireles desde su puesto como tesorero de la Sección 38 robó hasta el cansancio pues en ese entonces cobraba un interés del 48 porciento anual por los préstamos que la organización hacía a los profesores. Hoy las tasas de interés están en el 12 porciento anual.
Los ardidos del ayer alegan que en las clínicas del magisterio de la Sección 38 se recetan medicamentos genéricos cuando antes se entregaban medicinas de patente. Esto es absurdo como alegato pues en Estados Unidos el consumo de los genéricos es práctica común.
Con la llegada de Carlos Moreira las tasas de interés en el Fondo de la Vivienda se redujeron drásticamente y ahora más profesores tienen acceso de créditos de interés social. Esto es cierto y no se puede reducir este comentario a un exegesis sobre la labor del actual secretario general.
Sin santificar la dirigencia de Carlos Moreira y en espera de que la historia coloque en su justo lugar a cada uno. Hoy la Sección 38 es otra. Antes el saqueo era la constante. El robo y la rapiña eran el sello distintivo de la institución. Ahí están Dionisio Sánchez Villaseñor, Francisco Benito Parra Mireles y Juan Manuel Armendáriz Rangel como ejemplo de los ladrones que saquearon el patrimonio social de los profesores de la Sección 38.
Por eso la carta de Jaime Zamudio dirigida a Elba Esther Gordillo que con su nefasta presencia envilece a la educación pública en México, no ha tenido las repercusiones que se calculaban en el momento de su publicación.
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