Elsa del Carmen Arzola Muñoz, magistrada de la tercera sala penal del Tribunal Superior de Injusticia del Distrito Federal donde manda el sodomita Marcelo Ebrard Casaubon, es ahora conocida como La magistrada 'mataviejitos'.
Tomado de Reporte Índigo
El Tribunal Superior de Justicia capitalino intenta ocultar un crimen doloso que se le imputa a una de sus magistradas. Elsa del Carmen Arzola Muñoz negó a un octagenario el derecho de librar en libertad un proceso que enfrentaba por un delito no grave. Dos peritajes oficiales enfatizaban que la salud física y psíquica del anciano eran graves. Que no resistirá estar en prisión donde al fin murió el pasado 27 de julio. Su muerte se suma a la de otra anciana ocurrida en 1994, también bajo la responsabilidad de la entonces juez Arzola Muñoz.
“A los 86 años, decrépito, mi padre Enrique Sánchez Cornish, falleció preso y en la más profunda soledad; falleció como uno más de los presos olvidados que a diario mueren en las cárceles de esta ciudad; falleció hundido en una aguda depresión psiquiátrica como interno del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, acompañado de heces y orines que nadie limpió y de la mayor tristeza que pueda imaginar un ser humano”.
El anterior es un fragmento de la denuncia penal que Eva Sánchez Izaguirre presentó para acusar el crimen de su padre. Va dirigida al procurador de justicia capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, y en la misma delata que el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) solapó un caso de tortura y crimen propiciado por Elsa del Carmen Arzola Muñoz. La magistrada de la tercera sala penal fue quien le negó al anciano enfermo el derecho de enfrentar el proceso desde su domicilio hasta que éste no resistió más y murió.
El caso resulta aberrante. Un hombre de 85 años, postrado en una silla de ruedas y usando pañal, fue detenido en marzo pasado junto con su esposa de 68 años, mediante un violento cateo a su domicilio efectuado por elementos del Grupo Especial de Reacción e Intervención (GERI) perteneciente a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
El anciano fue ingresado a prisión, ahí dos peritajes oficiales diagnosticaron que su estado de salud era crítico y que se complicaba aún más por estar acompañado de una severa depresión. El octogenario no era apto para la reclusión. Pese a los diagnósticos del Servicio Médico Forense (Semefo) y el de la PGJDF, la magistrada Arzola Muñoz no permitió al anciano enfrentar su proceso en libertad, siendo que el artículo 75 bis del Código Penal capitalino le otorgaba ese derecho.
Fue así que el anciano –acusado de fraude procesal sin resultado material, es decir, por un delito no grave– murió en prisión. Su esposa, a quien no se le permitió asistir siquiera a su funeral, sigue encarcelada en Santa Martha Acatitla.
Ante las cámaras de esta publicaciónuna de las hijas del anciano fallecido y el abogado Juan Antonio Araujo Riva Palacio denuncian que tras esta muerte se esconde un caso de posible tráfico de influencias. Lo encabezaría la poderosa abogada María Katherina Novoa Gómez quien habría usado las relaciones políticas de su hermano, actual diputado federal suplente de Josefina Vázquez Mota. El diputado Miguel Novoa Gómez forma parte de la cúpula del panismo nacional. Además fue pupilo del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Silva Meza, quien le dirigió su tesis.Se sostiene que la abogada Novoa habría ejercido presión sobre la juez y la magistrada que evitaron que el anciano saliera de la cárcel para así obligar a su familia a otorgar una millonaria negociación económica.
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