miércoles, 24 de enero de 2007

Parte de las opiniones que existen en la red acerca de la Paloma (a) MARCOS MARTINEZ SORIANO, también conocido como "el cuerno de chivo de RCG"


Licencia para matar
Jaime Torres Vargas
No tuve la vomitiva mala suerte de verlo seguido, pues su órbita de difusión, hasta donde sé, cubría básicamente a la ciudad de Saltillo, pero en dos o tres viajes a esa capital pude sintonizar en el hotel algún canal del cable y de inmediato noté que estaba ante la presencia de un dinosaurio de la comunicación, uno de esos seres abyectos que con micrófono o papel en mano se dedicaban antiguamente (eran legión) a zaherir sin misericordia a los enemigos del patrón en turno. El personaje al que me refiero es, por supuesto, Marcos Martínez Soriano, comentarista de televisión que todavía hace algunos meses se dedicaba a lanzar, desde su televirulento foro, bolas de estiércol con impunidad caciquil.
No puedo hablar ampliamente de Martínez Soriano, pero basta con hacer memoria de los pocos programas que le vi para hacerme de una opinión categórica sobre el desempeño de esa fauna que en apariencia ya estaba extinta y sin embargo cuenta todavía con ejemplares de raza. Para empezar, el tipo tenía no sé cuántas horas al aire en no sé cuántos programas. Ostentaba luego el monopolio del tiempo al aire en el cable saltillense. Eso era en sí mismo asombroso, pues ver y/u oír dos minutos a Martínez Soriano daba suficiente solidez a una certidumbre de granito: como comunicador, tal personaje sólo podía presumir un cierto timbre de orador preparatoriano, jamás una estampa grata para salir a cuadro ni, mucho menos, contenidos discursivos dignos de ese nombre.
En este rubro, en el de su manejo de la información, Martínez Soriano parecía, como digo, atrapado en el pretérito del servilismo comunicacional. Como en los viejos tiempos del periodismo rastrero y sin tapujos, siempre estaba destazando y elogiando, en ambos casos hiperbólicamente. Si se trataba de destripar, lo hacía con saña apache, sin medir uno solo de sus adjetivos, como con permiso para matar; si era lo contrario, lisonjear, no tenía bozal el amelcochamiento embustero de su lengua. Eso no está mal, me atrevo a pensar, cuando las posiciones nacen de una convicción, de una necesidad imperiosa por lanzar dardos o piropos. No era el caso, sin embargo, de locutor que recuerdo. En todas sus apariciones expelía demasiado el tufo de un interés superior, la mano negra que mece la cuna del manipulador informativo.
Gerardo Hernández, en su Capitolio de ayer publicado en La Opinión (“Campañas de odio”), reemprende el comentario sobre el affaire Martínez Soriano-Montemayor Seguy. Es de sumo interés lo que señala, ya que los medios de comunicación no son entidades abstractas, doncellas inalcanzables por la huesuda mano de la corrupción. Los medios de comunicación, como razón social, como membrete, pueden ser impolutos, perfectos como los estatutos de un partido o los fundamentos de una religión, pero sus hombres, quienes los habitan, son seres falibles, susceptibles a cualquier descomposición.
Así, son los comunicadores quienes deben estar atentos a las bajezas de sus colegas, ya que el poder político, envilecido como está, pocas veces se animará a limitar los excesos de quienes, al menos en teoría, los fiscaliza diariamente.
Hace algunos días circuló de nuevo información sobre la extrema peligrosidad a la que se encuentra expuesto el periodismo mexicano frente a la epidemia del narco y al abuso del poder político. Las cifras de muertos desgarran, entristecen, es cierto, pero sin querer hablan muy bien del nuevo periodismo mexicano, imperfecto como toda obra humana, aunque cada vez más profesional. No hay que dejar que por una o dos manzanas se pudra toda la canasta.

Llama HOMOSEXUAL al Obispo RAÚL VERA LOPEZ.


Fragmento de un artículo publicado por Sergio Aguayo Quezada y en el que critica el hecho de que la Paloma (a) Marcos Martínez Soriano haya llamado homosexuales a los sacerdotes Pedro Pantoja y Raúl Vera López.
"En México la fractura al interior del movimiento se expresa de manera diferenciada por instituciones y regiones. En Saltillo, Coahuila, por ejemplo, hay una relación fría y distante entre la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila que encabeza Miriam Cárdenas y el obispo Raúl Vera que defiende apasionadamente a los desposeídos y que de manera cotidiana recuerda las violaciones que padecen los derechos de los trabajadores, los migrantes, los encarcelados y los homosexuales, entre otros grupos vulnerables.
El viernes pasado el Centro Diocesano de Derechos Humanos “Fray Juan de Larios” organizó, en Saltillo, una mesa redonda en la que participaron el Obispo, Pablo Romo y quien esto escribe. Fue un evento teñido de postmodernidad porque, a un recinto dedicado a Juárez llegó el Obispo Vera ataviado con el níveo hábito dominico para lanzarse con elocuencia contra esa ideología neoliberal que nutre la pobreza extrema, contra el narcotráfico y contra los “partidos contaminados por una ideología del poder”. Condenó a los gobernantes elegidos por el pueblo que luego firman compromisos en contra de éste. Y reivindicó una y otra vez a los desposeídos, habló de la necesidad de que el pueblo se convierta en el sujeto de su historia y demostró, como si hiciera alguna falta, que hay estilos bien diferentes a la hora de defender los derechos humanos. Y remató diciendo que “por todo lo que digo soy criticado”.
La pastoral y el estilo de Raúl Vera provocan enojos en Saltillo que se manifiestan en la violencia del lenguaje utilizado cotidianamente por Marcos Martínez Soriano, el conductor de “De primera mano”, un programa que se transmite de lunes a viernes en el canal 7 de la localidad. En su edición del pasado lunes 12 de diciembre volvió a descalificar a los sacerdotes de la Diócesis a los que imputa una presunta homosexualidad porque, según dice con frecuencia, visten con “faldas” (sotanas). Durante la conducción Martínez Soriano se refugió en humor carpero para hablar de una “queja que presentaron dos alegres comadres/compadres... [el sacerdote] Pedro Pantoja, Pedro se antoja... ¿qué traigo en la lengua? Iba a decir comadres, en lugar de compadres, iba a decir compadres y dije comadres. Luego en vez de decir Pedro Pantoja, dije Pedro se antoja... y Raúl Vera, el obispo”... y así por el estilo.
En otro segmento del programa la descalificación del obispo fue más directa. A raíz de que éste pronunciara una misa ante los obreros de Altos Hornos en Monclova en el que les recordó sus derechos, Martínez Soriano le dijo ante las cámaras al obispo: “usted está en contra de la Ley y aquí no es Chiapas [antes de Saltillo, Raúl Vera estuvo en San Cristobal de las Casas]. Ni aquí hay encapuchados de calcetín, bufones como Marcos, no. ¡Lárguese a la selva Lacandona!”.

El gusto de la Paloma (Por qué no el Palomo) por la práctica felatórica. Una boca llena de semen gubernamental.
(Crónica de Luis Carlos Plata)

8:26 PM. De vuelta a 'casa'. Canal 7; para entonces un noticiario nocturno lleva 26 minutos pontificando la figura de Humberto Moreira…

Ya pasan de las siete de la mañana, lo sé porque en la pantalla de la televisión está Marcos Martínez Soriano, el 'periodista' consentido de la televisora RCG y de Gobierno del estado, el mismo que el pintor Armando Meza no dudara en calificar como 'perfecto hijo de Alessio Interminelli', es decir, del adulador oficioso.

Ahí está, cámaras y micrófono de por medio, retando al auditorio para que lo insulten, presumiendo su “amistad” con los gobernantes en turno, tuteándose con Humberto Moreira, quien lo acompaña desde la vanagloriada unidad móvil en un enlace, para informar a “los saltillenses” sobre no sé qué obra de pavimentación, en no sé qué colonia de la periferia de la ciudad.

Son las 7:42 AM; el Alcalde tiene la virtud de comenzar su trabajo temprano. ¡ZAP! Cambio de canal. 11:35 AM. En un irreflexivo movimiento del pulgar, con el control remoto en la mano derecha, encamino la ruleta de canales nuevamente hacia Siete Saltillo.

Un segmento de comerciales abre con los “Ecos del segundo informe” del Presidente Municipal; distraído, me es indiferente lo que se publicita: en año electoral da lo mismo una operación de cataratas que el remozamiento de una banqueta. Mi atención se fija en las palabras de una mujer que agradece “el apoyo del profe Moreira”, en un mensaje leído ante los que parecen ser sus vecinos. No cabe duda, al personaje en cuestión le sienta bien el populismo (lo que sea que eso signifique).

¡ZAP!, 2:45 PM. Una vez más sintonizo “El canal de casa”, ahora para ver —como todo mundo lo hace, y solamente para eso— la temperatura en la ciudad.

Tres tipos con actitud de perdonavidas nos dicen que “Nadie tiene por qué callar”. (Habrá que reconocérselo: la frasecita vende, o al menos apantalla). Su tema de conversación-análisis es ambiguo, aún así logro entender que de quien se habla es de Humberto Moreira y de su “amplísima” ventaja en una encuesta realizada a coahuilenses radicados en la Ciudad de México, sobre las preferencias para que sea él, el próximo gobernador.

Los tipos esos han de acompañar sus alimentos con una generosa ración de chayote: es lo único que se me ocurre al tiempo. ¡ZAP!

(Extraoficialmente, hay informes que señalan que la Presidencia Municipal de Saltillo paga 2 millones de pesos mensuales a la televisora de Roberto Casimiro González por concepto de publicidad. Tema que, por lo demás, se tratará en otra columna).

8:26 PM. De vuelta a “casa”. Canal 7. Para entonces un noticiario nocturno lleva 26 minutos pontificando la figura de Humberto Moreira y desglosando, a manera de noticias, la agenda diaria del munícipe: el espectáculo se vuelve intolerable. Me rindo. La televisión local, una de las nueve opciones a las que tengo acceso en mi aparato receptor, padece un severo cuadro de —permítaseme la expresión— reiteratonitis aguda y una sobredosis, altamente perniciosa, del profesor Humberto Moreira Valdés.

¡ZZZAP! Apago el televisor.


"Martínez Soriano sale de RCG".
(Solopa'desahogarme.blogspot.com)

El título fue lo que alguien tecleó en google y vino a dar a mi blog, lástima que no había posteado esta información todavía.

Marcos Martínes Soriano tiene, más bien, tenía un noticiero de opinión en un canal local de Saltillo y hace algunas semana se despidió argumentando unas vacaciones.

Con eso de que mi papá está enterado de todo, supe que la verdadera razón fue que el tipo está demandado por Rogelio Montemayor, ex-gobernador del estado y director de Pemex cuando el pemexgate por difamación.

Ah, porque cuando el mono este fue gobernador, el Soriano era su tapete, de hecho, se dio a conocer en ese periodo de gobierno. Y de repente empezó a soltar una sarta de pendejadas que muy poca gente le creía.

En fin, que el ex-director de pemex decidió entablar una demanda contra el maricón ese (ah, porque además de homosexual es maricón, rajón, miedoso) así que ni tardo ni perezoso salió huyendo...

Correos posteados al blog Nomaspa’desahogarme

Tal vez Dios exista, después de todo :)!

Excelente noticia aunque...

YA SABÍA :$

Aparte de ser un joto, rajòn, etc. y todo lo demas que le quieran poner, es un pendejo ya que no tiene ni la mas minima idea de lo que es ser un verdadero periodista ya que se la pasa diciendo un monton de pendejadas,sin objeto ni fundamento. Pero ni modo si a la televisora RCG le gusta vender este tipo de comedias, Que lastima y que desperdicio.
(Se respeta la ortografía)